03 julio, 2012

Rescate emotivo



Sí, en pantuflas y bien cómodo en su sillón favorito, o ¿por qué no? en la cama. ¿Hay butaca mejor?
Al costado, en la mesita, una bandeja con una picadita y una botella. También el cenicero y los cigarrillos, porque este es el único cine donde se puede fumar.
Y al frente, el televisor sintonizado en Canal 13, porque ahora todos los sábados a la noche le trae el "sábado a la noche, cine" al seno mismo de su hogar, para ofrecerle:
A las 20.30 hs.: "Antes que en el cine" - A las 22 hs.: "Cine SEGBA sin cortes publicitarios"

Si Don Draper, el famoso publicista de Mad Men, hubiese visto este aviso de canal 13 de año desconocido seguro compraba la idea, aún sin saber de qué se trataba la sigla Segba. Cine para ver en pantuflas, ¿quién puede resistirse a esa idea de comodidad de ver el cine en casa, sin cortes o antes que en el cine?
Este aviso cayó en mis manos gracias a una costumbre familiar: atesorar recetas de cocina. Cual hormigas laboriosas en casa siempre recolectamos recetas de cuanta revista ande dando vueltas por ahí. A veces bastante improbables. Pato a la naranja, por ejemplo. También hay de las otras, básicas y necesarias: aproveche las sobras e improvise un omelette. La costumbre pasó de generación en generación y hoy soy algo así como la abeja reina de las recolectoras de recetas de la familia.



Hace unos días heredé unas bolsas que eran de mi nona repletas de recetas de todo tipo y procedencia. En esas bolsas podían convivir perfectamente Doña Petrona con Chichita de Erquiaga, el Gato Dumas con Narda Lepes, recetarios de varias marcas, un cuadernillo sobre los distintos usos de la leche condensada en postres y los dibujitos de aves y pescados que adornan y caracterizan las recetas de Blanca Cotta.


Organizar el material se convirtió en una tarea ardua y sensata. ¿Para qué conservar la receta del pato a la naranja cuando puede ser dignamente reemplazado por un carré con salsa de cítricos? Entre tanto recetario y consejos culinarios apareció esta publicidad y otras igual de viejas; Angel Face, Pelopincho, Pond's. Pero el "cine en pantuflas" no llegó al blog por casualidad. Dos de las cosas que más me gustan en la vida estaban ahí, en esa bolsa, como una señal de mi nona sabiendo que en algún momento encontraría el cine metido entre recetas de cocina y emprendería sendas misiones: ver cine y cocinar mucho. Ambas cumplidas y en permanente evolución.


Así fue cómo un rescate emotivo derivó en ímpetu culinario y cinéfilo. "Recetas de la abuela y cine en pantuflas". Una combinación a la que ningún publicista de Mad Men podría resistirse.


Una señal que sólo se transmite entre algunas nonas y nietas.

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