23 agosto, 2011

Felices los niños

Como en el fondo seguimos siendo dos niños, morimos por esta tapa del baby Cure y compramos discos alusivos para festejar en nuestro día como corresponde, con buena música.



Feliz día del niño a todos los gurises y a los que vendrán...


18 agosto, 2011

Locos lindos

Si alguna vez suspiraste con ese vestido que usó Betty Draper en aquella cena aburrida pero necesariamente protocolar junto al encantador Don Draper, ahora tu sueño puede hacerse realidad...siempre y cuando tengas la suerte de estar en la Gran Manzana y darte una vuelta por el local de Banana Republic en el Rockefeller Center.

Mientras esperamos la nueva temporada de Mad Men, serie ENORME, la gente de Banana Republic junto a Janie Bryant, diseñadora de vestuario de los Hombres Locos, se juntaron para lanzar una espectacular colección de edición limitada inspirada en la serie de la década del 60.

La colección incluye sombreros, trajes de tres piezas a lo Draper, trajecitos y vestidos de fiestas para lucir como Betty, zapatitos ¡print! y perlas, por supuesto.
Mad Style, para jugar por un rato a ser Don y Betty.
Eso sí, sin rencores por favor.

Solo para entendidos.














Para chusmear la colección ingresá a: http://bananarepublic.gap.com/

16 agosto, 2011

Al maestro con cariño

La primera película que vi en el cine fue La Cenicienta. Sin embargo, la primera que recuerdo es ET el extraterrestre. Steven Spielberg fue el culpable que un 25 de diciembre mi madre, como muchas otras, abriera su cartera en la oscuridad de la sala y tanteara el pañuelo de tela para dejar de moquear mientras ET volvía a su nave, con la plantita a cuestas, y se despedía de su amigo terrícola Eliot, uno de los tantos chicos tristes de la colección spielbergiana.


Tuvieron que pasar más de 20 años de aquel hecho cinematográfico para que el escritor/director/productor J.J.Abrams, el mismo que logró volvernos locos durante 6 años con la serie Lost, el hombre que volteó en las calles de NYC la cabeza de la Estatua de la Libertad destruída, obra y gracia del monstruo Cloverfield, retomara la nostalgia ochentosa y volviera a la pantalla grande con Super 8, un sentido homenaje al gran maestro, al padre del aula cinematográfica: Steven Spielberg.


Dejando clara su condición de buen alumno, Abrahms empieza Super 8 con un funeral y la mirada triste de Joe, un chico que acaba de perder a su madre en un accidente, situación que lo llevará a estrechar lazos a la fuerza con su padre, segundón del sheriff del pueblo, un hombre bastante limitado en la tarea de mejorar el vínculo filial pero mayormente interesado en volverse el héroe del lugar cuando las papas quemen.


Con este panorama familiar, Joe se refugia en su grupo de amigos y en su rol como maquillador y encargado de efectos especiales de la película de zombies que el piberío intenta filmar a escondidas de los mayores. El juego de las escondidas y la simplicidad de recursos que disponen es muy tierno y emocionante, pero en plena acción el grupo será testigo de un accidente en una estación de tren. A partir de allí, los zombies caseros dejarán de ser el foco de atención y una nueva monstruosidad será la novedad.


A partir de ese momento la película es un abanico de apagones, desapariciones y paranoia para tirar al techo. Sin embargo Abrahms no abusa de los efectos, los usa a discreción y en momentos muy puntuales dentro de la historia. Prioriza el conflicto dramático familiar, el amor y el vínculo entre este grupo de amigos antes que el impacto visual. Esto no invalida las escenas a lo Jurassic Park, cuando el monstruo anda merodeando hambriento y furioso. Pero como suele pasar, el verdadero villano no es el monstruo sino los propios humanos que lo provocaron, y aunque esta vez los chicos no hagan migas con la bestia, inmersos en el caos, ponen su granito de arena para que el bicho reconsidere tal safarrancho.



Podrán decir que Super 8 es una mezcla de ET, Cuenta conmigo, Los goonies y todas esas películas ochentosas que amamos...y es cierto. Seguramente ese fue el espíritu buscado porque Super 8 es nostalgia, amistad, es el difícil vínculo entre padres e hijos, el primer amor de la adolescencia, es olvidarnos de modernos i-phones y la blackberry para volver por un rato a la comunicación por walkie-talkie. Es una de zombies y una de un monstruo a través de la mirada de los chicos. Entre ellos se destaca Elle Faning y su cara que no puede más de cinematográfica. Además la chica en cuestión no hace más que confirmar que le pasa el trapo a su hermana Dakota Faning, y por ello tiene un largo y auspicioso camino en la industria.


Super 8 es volver a casa. Es sentirse chico de nuevo, como en aquella sala de la calle Lavalle, cuando ET dejaba lloriqueando a Eliot.


Gracias por volver. Fue un buen viaje.


Escrita y dirigida por J.J. Abrams. Producida por Steven Spielberg.

02 agosto, 2011

Nos habíamos divertido tanto

La noche del viernes, unos minutos antes de apoltronarnos en las butacas del Imax y ponernos los anteojitos 3D, leímos una nota con el vecinito acerca de las sensaciones que puede provocar un hecho artístico. Una pintura, un concierto, una película...tomen la que ustedes quieran. Lo importante y hasta recomendable es sacarse los prejuicios de encima, olvidarnos de las críticas, los análisis aburridos y dejarse llevar. Sentir, de eso se trata.


Durante diez años Harry Potter no sólo aprendió a jugar Quidditch (para los ajenos al mundo potteriano, una especie de fútbol sobre escobas voladoras) y ahuyentar a base de hechizos a criaturas salvajes, sino que se especializó en hacernos SENTIR. Harry Potter nos produjo alegría, angustia, desesperación, esperanza. Desde su ingreso a Hogwarts, el Colegio de Magia y Hechizería, Harry aprendió, sufrió, hizo amigos incondicionales, se ganó enemigos, se enamoró, se desenamoró y se volvió a enamorar como todo adolescente, su índice de popularidad creció tanto o más que él y ahora, diez años después, la gallina de J.K.Rowling abandona el gallinero pero deja en el nido su último huevo de oro.


Harry Potter y las reliquias de la muerte Parte 2 es oscura y tiene muchos de esos momentos para enroscarnos cual bichas a la butaca. No da respiro, casi no hay humor...sólo dramatismo. No hay como en las series una voz en off que nos introduzca en esta segunda parte, no hay un recordatorio ni un "Previamente, en HP y las reliquias de la Muerte Parte 1". Se supone que todos los que pertenecemos a la cofradía tenemos el background potteriano necesario para meternos de cabeza en el enfrentamiento entre las Fuerzas del Bien y el Mal.


Se nota que David Yates puso toda la carne al asador porque hay espectacularidad en los efectos visuales y demás cuestiones técnicas. Hay batallas épicas tan bien logradas que recuerdan al Señor de los Anillos. Hay mortífagos, trolls, arañas gigantes, dementores, hombres lobos y todos los elementos que conformaron el universo del niño mago, y si bien el director podría haber abusado de los recursos técnicos (que sí, los hay) decidió sabiamente poner el acento en los personajes, Yates honra y rinde homenaje a sus protagonistas como ninguna de las sagas lo había hecho antes. El trío de amigos se luce y si desde el principio de la historia mágica el Profesor Severus Snape (impecable Alan Rickman) nos había parecido brillante, en ésta Snape se vuelve el corazón, el sistema nervioso central de estas segundas reliquias. Bien merecido lo tiene.


A esta altura ya no queda mucho por contar. Harry, Ron y Hermione vuelven a Hogwarts para pedir una ayuda comunitaria entre todos los miembros del Colegio para encontrar los objetos en los que Voldemort dividió su alma a fin de destruirla. La búsqueda incluye, entre otras cosas, una aventura en una bóveda de un banco con dragones albinos y otro esperado enfrentamiento final (sorpresa incluida) con su platinado enemigo Draco Malfoy. La película no deja a nadie afuera y da el espacio y el momento justo para despedirnos de todos y cada uno de los personajes de la saga: el gigante Hagrid, la familia Weasley, los profesores buenos que todavía quedan en el Colegio...

Aunque parezca mentira, la película es la más corta de toda la saga ¿o será que las dos horas y un poquito pasan volando como la escoba de Harry?
Bastardeado por muchos y amado por muchos, muchos más Harry Potter llegó a su fin. Ya no habrá andén de 9 3/4 londinense donde tomar el tren a Hogwarts ni ranas de chocolate para disfrutar durante el viaje o shopping mágico en el callejón Diagon. Vamos a extrañar a Gary Oldman, ese padrino medio rocker que adoptaba formas animales para comunicarse, y ya no escucharemos más la risa de villana Helena Bonham Carter.


Seguramente este no sea un blog de crítica porque, por mucho que lo intente, no puedo volverme objetiva con las cosas que me gustan y disfruto.


Pero es mejor: el vecinito de enfrente es un blog de sensaciones, de emociones, de esas cosas que no tienen explicación porque son mágicas...como las heridas que se curan con un simple toque de varita mágica.
Fue hermoso mientras duró, Harry. Gracias.


Alzo mi copa de cerveza de manteca y brindo...


A tu salud.



Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Parte 2. Director: David Yates.