29 junio, 2011

El encantador de perros

Hay dos tipos de encantadores de perros: César Millán es uno de ellos. Conocido por su serie televisiva en Animal Planet, el encantador de acento cuate se encarga de enseñar trucos y reglas básicas para adiestrar a pichichos con problemas de conducta. Simulando una consulta médica César asume el rol de doctor, indaga en los hábitos y costumbres de los dueños/amos de casa y de la mascota a tratar. Una vez hecho el diagnóstico se encargará de mostrar ejercicios y tips para reeducar al mejor amigo del hombre. Al final del programa, el can más histérico será una seda y el antisocial del barrio será el mejor amigo de los niños.


El otro encantador de perros es el anti-Millán. Es capaz de transgredir las reglas y hace lo impensado sin importar raza, color, edad o contextura física del animal. Es el que dormirá enroscado en un costadito de la cama para que la fiera duerma a pata ancha en la queen size. Esta clase de encantador se armará de paciencia cuando el animal ataque alacenas, heladeras mal cerradas o deje los vidrios empañados de saliva, y también tomará la valiente y dolorosa decisión de despedirse de su amigo cuando llegue la hora.


Según el caso que nos ocupa esta vez en el vecinito, el otro encantador de perros es Jeff Bridges.

Si hacía falta algo más para terminar de adorar a un hombre como Bridges es que decidiera hacer A dog year, una miniserie producida por HBO sólo apta para los amantes de los cuatro patas.

Un año de perro (tal como fue traducida) no es para los que miran de reojo y con desprecio cuando un animal se les acerca. La serie es ideal para los que se revuelcan a jugar con su perro panza arriba sin importar que el jean se ensucie, es para los que entre bocado y bocado dejan un pedacito de pollo, carne o lo que se tenga en el plato para el pichicho, los mismos capaces de alimentar a sus cachorros a base de nestum y volver al mismo método alimentario cuando les llegue la vejez.


De acuerdo a la categoría en la que cada uno se reconozca, podrán amar u odiar la serie perruna.

Desde ya que si son de los que cuidan a sus mascotas como hijos no sólo van a disfrutar A dog year, sino que van a volver a enamorarse de Jeff Bridges; barbudo y desaliñado como le gusta estar, con sus canas al viento y esas muecas tan tan Jeff Bridges.


Basada en las memorias de Jon Katz, A dog year cuenta la historia de un escritor hermitaño, perrero por excelencia desde los títulos de apertura de la película, quien decide hacerse cargo de un border collie con serios problemitas de conducta y la misma seria proporción de ganas y necesidad urgente de mimos y cuidados.


Devon, así se llama la nueva adquisición, se une al clan familiar perruno conformado por dos perras labradoras adultas y buenazas que registran pacíficamente la locura del nuevo integrante familiar.
El período de adaptación entre los miembros de casa no es fácil. La vuelta manzana con Devon puede transformarse en una maratón que hará sarandear esos kilos de más que lleva el buen Jeff desde hace unos años. Las alacenas de la cocina se fajan cual escena del crimen a lo CSI, pero por más caótica que se vuelva la situación, Jon hace oídos sordos de todo consejo proveniente de las paquetas del barrio y sus caniches pomposos y educados alegando que él puede con Devon, que él puede con todo. Pero Jon es un tipo díficil, capaz de alejar a su esposa e hija mientras atraviesa un bloqueo creativo de lo que será su nueva novela. No duda en recluirse en una casa de campo que tiene pinta de casa embrujada y esperar que la inspiración lo venga a buscar.
Allí, en el medio de la nada y con su perro problemático conocerá gente preocupada en ayudar a Devon...y a su dueño.


Quizá para muchos la serie no resulte una propuesta atractiva, no hay un desarrollo extenso de conflicto ni de los personajes, pero durante 80 minutos la calidad y calidez actoral de Jeff Bridges ilumina la pantalla.

Bridges, sus labradoras y el collie y esas cosas que sólo podemos ver, sentir y entender todos los que somos encantadores de perros.


Por eso me gustó tanto.

Por eso digo que A dog year es para ellos y para nosotros, los encantadores de este barrio.

Ojalá cada vez haya más.

17 junio, 2011

Festejo x 2



El mes pasado el vecinito de enfrente anunciaba con bombos y platillos el estreno en Cannes de Midnight in Paris, la última película de Woody Allen.

No conforme con el estreno anual al que Woody nos tiene acostumbrados (Midnight in Paris llegará a las salas porteñas el próximo jueves 30 de Junio), esta vez el festejo será por partida doble ya que próximamente podrá conseguirse en nuestro país "Woody Allen & la Musique", un disco doble que incluye la mejor selección de temas de las películas de Woody Allen desde 1979 a 2011. Cinematográficamente hablando, desde Manhattan a Midnight in Paris.
Desbordada de emoción, tacho los días para ver la nueva de Allen y voy haciendo lugar. Seguramente la música de Allen será uno de los mejores discos del año, y sino...uno de los mejores de mi discoteca.


Acá, la fuente de tan linda noticia. El que la escribió, habla por mi.


http://www.clarin.com/discos/melodias-viejo-conocido_0_499750045.html