14 julio, 2015

La vecinita cocina: Postre fácil


El año pasado tuvimos la suerte de pasar nuestros cumpleaños en un lugar mágico llamado Traslasierra. No se bien por qué la provincia de Córdoba nunca fue santo de mi devoción. Sin embargo, Traslasierra fue amor a primera vista. No hay nada como pasear por Yacanto, San Javier, La Paz, Villa Las Rosas. 
No sólo tengo ganas de volver, sino de conocer otras partes de aquella provincia tan ninguneada durante años.
Fuera de temporada los lugares no están siempre abiertos. Hay que confirmar o, mejor dicho, aventurarse por caminos de tierra, sin peatonal por delante. Llegar a cualquier lugar en Traslasierra es una aventura, una hermosa aventura, porque todos los lugarcitos donde hicimos parada tienen algo especial. En Croa La Rana, una noche de lluvia, tuvimos una cena digna de enamorados, luz tenue y bolero de fondo incluido. Eso sí, nada de Armando Manzanero, por favor. Pongámosle onda: en Croa la Rana se escucha a la gran Paquita la del barrio y sus clásicos como "Rata de dos patas" y se comen platos ricos y postres tan fáciles y sencillos que nos trajimos la receta y la compartimos con nuestra comunidad vecinal.

La vecinita cocina: Manzanitas serranas by Croa la Rana


Si amasar no es para ustedes, si el merengue no levanta, si sólo se dan maña abriendo una lata de duraznos o peras en almíbar, este es EL postre ideal, rápido y fácil que los hará quedar siempre bien. Ni siquiera hay que prender el horno y es perfecto para esos momentos que queremos algo dulce y evitar un sinfín de pasos. La mala: excepto la crema que acompaña, el resto debe ser preparado en el momento.
Dicho ésto, saquen lápiz y papel: la vecinita está a punto de pasarles la receta más fácil de la historia! Y todo, gracias a la gente buena onda de esa gran aldea hippie que es Traslasierra.

Ingredientes: (no están indicadas las cantidades, sigan sus instintos. Es fácil!)

Manzanas gustosas, preferentemente rojas
Manteca 
Canela
Jugo de limón y su ralladura
Azúcar
Crema
Pasas de uva (para decorar)

Paso a paso:
  • Cortar las manzanas en trozos pequeños
  • Rociar con jugo de limón para evitar que se oxiden
  • Espolvorear con azúcar
  • Calentar un trozo de manteca en una sartén caliente
  • Volcar los cuadraditos de manzana
  • Mover y dejar un rato hasta que estén calentitas
  • Condimentar con canela molida
  • Retirar del fuego

Para la crema:
  • Batir la crema con azúcar a punto chantilly (sin esencia de vainilla)
  • Terminar con ralladura del limón

Emplatado:
  • Servir las manzanas en cazuelitas y decorar con pasas de uva, si les gustan
  • Disponer la crema en un platito separado

y voila´!


Que lo disfruten!

Y mejor aún, si pueden, vayan a probar las manzanitas en su locación original!

06 julio, 2015

Expedición Morfi 2: El último beso


Hace unos días, una de mis amigas de expediciones y aventuras me habló de este lugar. Su tía se lo había recomendado. Yo sólo lo había escuchado nombrar, sabía que quedaba en Palermo y que era el lugar ideal para ir a tomar el té con una de tus mejores amigas. 
Además, el lugar me lleva al recuerdo de la bellisima película italiana de Gabriele Muccino. Así se llama, L'ultimo bacio. Todavía recuerdo la emoción con la que salí del cine. Quizá, esta visita y segunda expedición que hoy traemos al blog no sólo aporte datos gastronómicos sino también una recomendación cinéfila. Pasen y vean!



Expedición Morfi 2: 
El último beso, sólo apto para románticos


  • El ambiente: El plato fuerte del lugar no es una porción de torta ni un blend de frutos rojos. La estrella del lugar es el lugar en sí mismo. Nada que conste en el menú se compara con la lograda ambientación 100 % shabby.  Los que me conocen podrían pensar que este es un lugar pensado para la vecinita. Y un poco, sí. El último beso consta de 3 ambientes dispuestos para sentarse a disfrutar de una merienda y un cuarto ambiente que funciona como tiendita para admirar detalles en cada rincón y quizá, llevarse algún recuerdo como tarjetas artesanales con estampas antiguas o un par de aros. Hay un libro de Audrey Hepburn abierto cuidadosamente con fotos de Vacaciones en Roma, paredes empapeladas con mensajes de amor y muchas ilustraciones de enamorados. Hay fuentes y flores y silloncitos tapizados con colores cálidos. Es el lugar ideal para jugar por un rato a ser Elizabeth Bennet y soñar con nuestro Mr. Darcy.
  • La comida: El día que fuimos a El úlltimo beso fue uno de los días más fríos del año. Por eso, ni bien llegamos, elegimos un blend de la romántica carta del lugar y algo rico para acompañar. Cada uno de los blends lleva el nombre de alguna película, por supuesto, romántica. Por mencionar algunos ejemplos, hay blends que llevan por nombre Antes del amanecer, La dama y el vagabundo, La rosa púrpura del Cairo, Lo que el viento se llevó y Tienes un e-mail. Y en éste último, mi elegido, me detengo y cito: blend de té negro con toques azules como los del jardín del encuentro, con destellos amarillos como el cabello de Meg Ryan, y un incomparable aroma de las Vainillas más finas del mundo traídas de la Isla de Bourbon. ¿No les parece una linda y distinta manera de presentarnos un rico té de vainilla? La delicada vajilla, los scones y la tarta de manzana completaron la merienda de chicas. Todo rico. Todo en su justo dulzor.

  • La atención: Esta categoría siempre es floja. Como dice Bono, todavía no encontramos lo que estamos buscando. Si bien la atención no fue mala, tampoco es para destacar.  
  • El público: Mayoritariamente femenino. Mujeres de todas las edades. Amigas, madres, abuelas. Si bien los hombres son bienvenidos, es un lugar "de chicas". 
  • Demora: Ninguna. Estuvimos varias horas charlando, tomando té y luego un café y todo fue a tiempo.
  • Precios: Ya no existe eso de "precios palermitanos". Hasta hace un tiempo, ir a comer a Palermo era más caro que comer en otros barrios. Excepto algunos casos, hoy es más o menos lo mismo.
  • Detalles que nos gustaron: ya está dicho arriba, pero remarcamos: la vajilla, la ambientación, la carta, ¡los scones! y la charla con mi amiga.

  • Detalles que NO nos gustaron: Seguramente, el agua para el té llegó a la mesa en su punto justo de hervor, como corresponde, pero el problema es cuando se llega a la segunda taza. La temperatura del agua en la tetera no se conservó lo suficiente. Quizá vale la pena dejar de lado la exigencia del grado justo de la temperatura del agua y así asegurarse una segunda taza de té bien caliente. Otro detalle, en el baño hay una bañera de las antiguas, llena de agua casi hasta el borde, con pétalos de rosa. Si bien haría juego con todo lo que nos quieren vender y lo que vengo citando en este post, la idea de que allí, tan alejado del resto de los ambientes, haya una bañera llena y nadie dentro me remite a una de terror. Por más pétalos de rosa que haya dentro. Y sí, soy una romántica pero también me encanta Stephen King.
  • Volveríamos?: Sí, pero hay tantos lugarcitos más para conocer! 
  • Dirección: Nicaragua 4880




Hasta la próxima expedición!

01 julio, 2015

Pequeñas alegrías cotidianas

Descubrir que tenés cerca de tu casa uno de esos lugarcitos lindos para merendar


Con objetos que te recuerdan una hermosa película


Al día siguiente, encontrar y comprar una de tus revistas favoritas


Y acompañar la lectura con un rico té con miel comprada por el vecinito y el mantelito hecho por mamá.


Y por último, terminar de ver una nueva temporada de tu serie favorita: The Good Wife. (cómo se hace para esperar una nueva temporada y no morir en el intento?)


A veces, necesitamos tan sólo estas pequeñas alegrías cotidianas.
Los invito a que cada uno encuentren las suyas!
Suerte en la búsqueda!