30 enero, 2012

No hay nada más lindo que la familia unida


"Los tres mejores regalos de la vida son los hijos, el helado y la risa".
(The Muppets)

Según la película de Los Muppets la vida es una canción feliz si uno tiene alguien con quien bailar, cantar y (agrego) recordar que hubo un tiempo en que esas marionetas de colores chillones y movimientos bruscos tenían el don de hacernos reír. Por suerte los títeres no perdieron brillo con el paso del tiempo, siguen moviendo las cabezas de acá para allá y lo más importante: mantienen el sentido del humor intacto.


La película cuenta la historia de Gary (Jason Segel) y su hermano Walter. Fanáticos de la pandilla de muñecos de fieltro y goma espuma crecen viendo los programas de la rana y compañía en Smalltown, un pueblito simpático y amigable marca Disney. Los años pasan para Gary pero no para Walter que sigue atrapado en ese cuerpo de trapo sin dar cuenta de su condición muppet, por eso cuando se entera que Gary planea sorprender a su novia (Amy Adams) con un viaje a Los Ángeles como regalo aniversario, Walter se suma frustrando cualquier intento de viaje romántico con la ilusión de conocer el teatro/estudio -devenido atracción turística- donde los Muppets hicieron historia. El problema es que los Muppets son LA historia. El estudio es un complejo que se cae a pedazos y ya nadie visita, sólo un empresario (Chris Cooper) interesado en destruir lo que queda del edificio en ruinas con la única intención de extraer petróleo del lugar. Por un descuido, Walter se entera de los planes del petrolero y cree que la única manera de conservar el teatro, y también la poca dignidad muppet que queda en el mundo, es reunir a la banda de trapo original y montar un show como en las viejas épocas, con el fin de recaudar fondos para evitar que su famoso (pero olvidado) teatro, no sea destruido por el ambicioso empresario.


Es así que Los Muppets se convierte en una película de reencuentro, con algunos puntos en común con aquella película ochentosa de los Blues Brothers, donde el festín era la música y juntar a la banda desintegrada y en franca decadencia. Mezcla de road movie y musical, la rana y sus nuevos amigos de Smalltown rescatan al oso Fozzie de un casino berreta donde trabaja cantando en una banda tributo llamada "Los Moopets", Gonzo deja de vender inodoros para unirse al reparto muppet, a Animal lo encuentran aislado en una clínica de recuperación para controlar su ira, y Miss Piggy es la figurita difícil: trabaja como editora de modas de talles grandes en Vogue, París. Todos tienen su minuto de fama y reconocimiento. Algunas de las historias (como la de Miss Piggy) tienen más desarrollo que otras, pero ¡cómo no recordar la historia de amor entre la marrana y el batracio!
Los Muppets versión 2012 discuten, se amigan, histeriquean, se ponen nerviosos pero sobre todo son compañeros que, a pesar del paso del tiempo, no han perdido la esencia y la mística de grupo. Walter será la novedad y, cuando llegue el momento, Gary y su novia le darán el empujoncito de hombros necesario para que el muchacho haga su vida muppet en la tierra de las celebrities.
Hay canciones románticas, disco, musicales coloridos, hay gallinas que bailan, barberos que reversionan una famosa canción de Nirvana, hay cameos de actores de cine y series como Neil Patrick Harris, Whoopie Goldberg, Alan Arkin y Emily Blunt volviendo a su numerito estrella de secretaria antipática como en "El diablo viste a la moda". Pero por sobre todas las cosas los Muppets nos muestran la importancia de creer en uno mismo, madurar, pero también -cuando la cosa se ponga díficil- saber que siempre podemos sacar del placard el traje monstruosamente colorinche. Como dice una de las canciones de la película, nos convertiremos en un humano muppetizado. Y creo que no hay nada malo en eso. En ver la vida color de muppet.



Datos de interés:



1-Obligatorio ver la versión en inglés con subtítulos en castellano. Caso contrario, como suele pasar en general, la versión doblada pierde la gracia y fidelidad en la traducción.


2-Llegar con tiempo a la sala. La película incluye un corto de Pixar ligado a la saga siempre bienvenida de Toy Story.
3- Muy recomendable ver Los Muppets si uno está cumpliendo un aniversario con su vecinito. La película tendrá un no se qué especial...

27 enero, 2012

Rezo por vos

Malena a la izquierda, Mireya a la derecha


Me matan los ojos de tu gata, me dijeron recién. Y yo sonreí orgullosa, compartiendo el código gatuno con la chica de la casa de fotos.

Malena tiene eso que no sé explicar, algo en los ojos que parecen decir -según la ocasión- te quiero, me encanta que vengas a visitarme, te extraño, tengo hambre, me duele...

No se qué me han hecho tus ojos, pero tampoco quiero averiguarlo.

Quiero seguir mirándolos y sentir que todo va a estar bien.

Entonces rezo, como decía Charly cuando tenía voz. Rezo por la gata más fiel que se pueda tener.


Por Malena y todo lo que vivimos juntas y lo que vendrá.

13 enero, 2012

Un gran chico

Estoy segura que Matt Damon es uno de esos tipos familieros, buen amigo, padre amoroso y fiel esposo. Seguramente por eso eligió protagonizar Un zoológico en casa, una película amigable como él.

En esta oportunidad Matt Damon es Benjamin Mee, un escritor de artículos de aventura que acaba de enviudar. Su hija, la pequeña Rosie, es una mocosa adorable que sin importar el mal trance familiar parece adoptar una actitud positiva en la vida. En cambio su hermano Dylan es un típico adolescente que parece hacer el duelo a través de sus dibujos oscuros.

Con este panorama familiar Benjamin se convierte en un papá full time que prepara desayunos a las apuradas, peina como puede a su hija mujer, llena su heladera con lasañas de todas las mujeres del colegio que miran con una mezcla de lástima y ardor al viudo que pretenden cazar, pero Benjamin está atrapado en un pasado feliz; mientras su hermano Duncan (Thomas Haden Church) se empeña en aconsejarle nuevas parejas e inversiones económicas, Benjamin extraña a su mujer y evita cada uno de los lugarcitos donde alguna vez fue feliz con su esposa.

De repente, la expulsión de Dylan del colegio parece ser el detonante para que renuncie a su trabajo, junte los bártulos y decida buscar un nuevo hogar. Su lugar en el mundo aparece a 14 km de la civilización, lejos de todo pero cerca de la naturaleza. Una vieja casa rural con sorpresa incluida: un zoológico venido a menos. De ahí el nombre de la película.

La reserva Rosemoor es un zoológico en quiebra que alberga un león, pavos reales, monos, tigres de bengala y un equipo de cuidadores, una especie de comunidad amante de los bichos que administran los pocos recursos que tienen y pelean por lograr la habilitación y reapertura del zoo.

Scarlett Johansson es la encargada del lugar, la que sabe qué medicación debe tomar un tigre enfermo, cómo acaparar la atención de un oso con problemas de conducta y también quien sabe esperar a Benjamin y saltarle directo a la yugular cuando el viudo esté preparado para iniciar una nueva relación.

También hay espacio para el amor adolescente entre Dylan y la luminosa Elle Faning (ya la teníamos vista en Somewhere y Super 8) que trae un poco de su luz a los dibujos y al corazón del hermético Dylan a base de sanguches a media tarde.

Un zoo en casa exige una mirada liviana e inocente. De lo contrario, si nos ponemos severos, el inspector (el villano de la historia) nos parecerá caricaturesco, los cuidadores tendrán aspecto circense, la bella Scarlett con sus botas de lluvia y balde en mano nos parecerá improbable y el hermano de Benjamin parecerá ridículo con su look campestre.


Porque esta vez Matt se metió a contar una de animales se merece una mirada benévola. Como Benjamin Mee hablándole a un tigre en sus últimas horas.

Como sólo puede hacerlo un gran chico.