04 mayo, 2014

Hechizo de amor


Tarde de sábado.
Afuera está nublado y no hay planes de salida. Todo lo que necesitamos está acá, en casa.
En la tele están dando una peli vieja de la Bullock, y como Sandra nos resulta friendly dejamos el control remoto de lado y volvemos a rememorar la historia.

Sally y Gillian Owens son hermanas. Como todo el clan familiar Owens, han heredado el don de la magia. Desde niñas aprenden de hechizos y pociones mágicas en la casona de sus tías, donde residen una vez que su madre muere. Rodeadas de calderos, libros antiguos con brujerías y mujeres que acuden desesperadas para recuperar el amor de un hombre, las hermanas Owens crecen y soportan el bullying  de todo el pueblo.
A pesar de ser testigos de mujeres sufrientes por amor, la colorada y rebelde Gillian (Nicole Kidman) desea enamorarse más que nada en el mundo, mientras que su hermana Sally (Sandra Bullock) desea justamente lo contrario: no enamorarse nunca y así no sufrir la pérdida del ser amado. Para lograr su objetivo, la pequeña Sally realiza un hechizo de amor verdadero anhelando un hombre inexistente. El hombre invocado tendría un ojo celeste y otro verde. Según esta característica física asignada en el hechizo, ese hombre jamás aparecería en su vida y entonces libraría de todo mal de amor a la ingenua Sally, pero no. Como se darán cuenta, en las pelis románticas que tanto nos gustan en el barrio también es posible soñar con hombres de ojos de distinto color. Y Sally, por supuesto, se cruzará con el hombre del hechizo.

Hechizo de amor, así se llama la película, nos pareció ideal para el día de ayer.
Porque es una de brujas simpática, friendly, porque nos encantan las historias de pueblo chico infierno grande y sobre todo, nos gusta ver películas que llevan por nombre un estado de ánimo: Hechizo de amor.
Así nos sentimos en el barrio. Hechizados por ella, la pequeña Brie, que se adormece en las piernas mientras vemos a nuestra amiga Bullock en la pantalla.

En la película, las brujas dicen que -por las dudas- siempre hay que tirar un puñado de sal por encima del hombro izquierdo, tener una planta de romero en la entrada de nuestro jardín (será balcón, en nuestro caso), una planta de lavanda para la buena suerte y olvidaron un pequeño gran detalle: una gatita rescatada durmiendo en tus piernas.
Entonces sí, la receta del amor está completa.


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