La amiga de la novia

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Encontrar el vestidito perfecto.

Los zapatos elegantes, pero sin resignar comodidad. 

En el pelo algo sencillo.

El maquillaje suave, lo más natural posible. Y la sonrisa de oreja a oreja, casi parece pintada. No se borra con nada. Es ingobernable y espontánea, auténtica y enamorada. Se mezcla con las lágrimas, la adrenalina y el deseo de abrazar y besar a nuestro respectivo vecinito y compartir ese momento con los que amamos.

Durante estos últimos meses reviví al lado de mi compinche y amiga aquel 12 de noviembre, cuando el vecinito y yo decidimos dar el SI y aceptamos con gusto y emoción nuestros títulos de Sr. y Sra.

Estos días, entre mates y galletitas, me volví a sentir novia gracias a esa amiga nuevita que me ayuda y me banca en la diaria, que se ríe y se lamenta a la par, que comparte la obsesión por Liniers y las novelas de Jane Austen y recuerda con ternura y cariño películas de nuestra niñez como La historia sin fin y ¡Laberinto!

Podríamos habernos conocido hace muchos años, pero nos conocimos hace un par, y es entonces cuando nos damos cuenta que el tiempo no es importante, pero sí lo es el vínculo que uno puede construir con el otro. Por eso ayer, cuando Ile besó a su ahora "esposo" nos emocionamos juntas, nos reconocimos amigas por muchos años más, y supimos ver en nuestras miradas llorosas de felicidad la intensidad de un momento tan importante y único como casarnos con esos vecinitos que supieron aparecer en nuestras vidas.

Motivados por celebrar el amor, el vecinito le dedica a los novios un video alusivo al tema en cuestión.

Que sean muy felices!