31 mayo, 2016

Todas aman a: Robert Downey Jr.


Vecinitas, no vayan a pensar que la sección Todas aman a no implica cierta producción. Ustedes se preguntarán cuál es el sacrificio, qué responsabilidad conlleva escribir sobre hombres bellos...
En principio, no todo se resume a la búsqueda de una foto inspiradora que atrape al lector. También es preciso leer sobre los primeros años del personaje en cuestión, detalles familiares significativos, impresiones personales de la vecinita y un repaso fugaz por su filmografía.
Si bien hay una lista de lindos muchachos que buscan salir en la sección de la vecinita de enfrente, hoy quería hablarles del chico musculoso de la foto.
Robert Downey Jr. dio trabajo y no justamente por falta de belleza, onda o talento. Tiene eso y más.
Resulta que Downey Jr. es todo y nada. 
Si quieren leer escándalos, este blog no se ocupará de tanta miseria. No negamos su vida llena de excesos y adicciones, pero no vamos a ir por ese lado. Tampoco vamos a escribir sobre su trayectoria. De nuevo, no porque no la tenga sino porque -excepto dos o tres personajes- su filmografía no nos mata. Todo ésto conformaría la nada, el vaso medio vacío. ¿Cómo seguir con este posteo de baboseo?
Y resulta que al final, no nos da tanto trabajo hacer una declaración en su defensa.
Robert Downey Jr. es todo y por eso, su lugar en este blog.


Me atrevo a afirmar que es el único ser vivo del planeta capaz de usar un smoking brilloso sin hacer el ridículo. 
Soy incapaz de criticarlo cuando aparece en la red carpet con alguna de sus gafas de colores de colección. Es su marca. 
Le perdono su bigote y su barba candado. 
Es uno de los pocos superhéroes que soportamos.
Dicen que en algún lugar de su casa en Malibú, tiene enterrado el vestuario de su personaje en Menos que cero, como un símbolo por querer superar y esconder una fase de su carrera y enfocarse en papeles ¿más sanos?
Por eso, en este barrio nos quedamos con Larry Paul, el abogado que enamora a esa chica triste amiga de este barrio, Ally Mc Beal. Por ese personaje, Robert D. Jr. ganó un Globo de Oro como Mejor Actor de Reparto en una serie, y también se ganó nuestro corazón cuando cantó Every breath you take junto a su amigo Sting.


Sí, porque Jr. también es cantante. En 2004 sacó un disco llamado The Futurist, por si alguna vecinita quiere profundizar en el tema. Me prestaron el disco pero prefiero llamarme a silencio. Recuerden que estamos defendiendo al muchacho.
Dejando de lado las armaduras de Iron Man y los enigmas bien entretenidos de Sherlock Holmes por Guy Ritchie, la vecinita elige a Robert Downey en esa película que intenta copiar groseramente a un gran peliculón llamado Mejor solo que mal acompañado, con Steve Martin y el inolvidable John Candy. En la versión del director Todd Philips, esa película se llamó Todo un parto y tiene como chico lindo y prolijo a Robert Downey Jr. El director vuelve sobre la fórmula que mejor le sale: contar un viaje alocado con la efectiva fórmula de la atracción de los opuestos. Esto ya lo vimos en la trilogía ¿Qué pasó ayer? y sin embargo nos encanta. Será que no terminamos de acostumbrarnos a un Downey Jr. sin armaduras y acá, en esta road movie, disfrutamos de su personaje al punto del colapso por tratar de sacarse de encima al pelmazo que ligó en un viaje frustrado, y también la emoción que lo lleva a su destino final: presenciar el parto de su primer hijo.


Robert Downey Jr. es mucho más que Iron Man, el ídolo de niños y no tan niños, es un superheroe de la vida que supo renacer como el ave fénix. 
Y cuando su cuerpo acuse recibo de los achaques de la edad y cuelgue su pesado traje de acero, ahí vamos a estar nosotras. 
Esperando que vuelva como Larry de Ally Mc Beal o como Peter Highman de Todo un parto.
Por último, para quedarnos con esa imagen que tanto nos gusta del chico de la fecha, vuelvo a compartir en el barrio la escena idílica de dos pesos pesados: Sting y Robert Downey Jr. 
Y una gran, gran canción para cerrar este mes de Mayo.


Nos vemos el viernes!

26 mayo, 2016

10 buenas razones para ver: La terminal


Dedicado a la más fan entre las fans de Tom Hanks: mi mamá.


En la sección 10 buenas razones para ver nos inspiran las historias de amor. Las de chico-conoce-chica son un clásico de este blog. Sin embargo, esta vez la vecinita deja de lado a la chica y pone el foco en la historia de amor de un hijo a su padre, la historia de una promesa, el deseo de cumplir una última voluntad, la historia de no perder nunca las esperanzas y atravesar cualquier muro que quieran poner ante nuestras narices.

La terminal cuenta la historia de Víctor Navorski, un ciudadano de un país europeo ficticio, Krakozia, que involuntariamente a causa de un golpe militar en su país de origen queda retenido en el aeropuerto de NY. A raíz del conflicto, el pasaporte de Víctor es "inaceptable". Por ello, no puede ingresar a Estados Unidos ni tampoco volver a su país hasta que la guerra acabe. Deberá permanecer, improvisar, sobrevivir sus días en la terminal y volver habitable un lugar tan impersonal como un aeropuerto.
La película está inspirada en un caso real de un exiliado iraní que vivió aproximadamente 20 años en la terminal Charles De Gaulle de París.

Si están por viajar, este es un buen post para leer antes de subir al avión. Ajusten sus cinturones y disfruten el vuelo de la vecinita:

10 buenas razones para ver
La terminal
  1. Tom Hanks: Tom siempre será nuestro amigo fiel. En La Terminal, su personaje Víctor Navorski es casi un niño atrapado en el cuerpo de un adulto que sabe lo que quiere y no va a parar hasta conseguirlo. Se enamora, se hace de amigos y también de enemigos. Víctor sobrevive, en medio de la dificultad cultural y social, a fuerza de su trabajo y un gran corazón. Cuando la vecinita escribe sobre una película que tiene a Hanks por protagonista, tiene la firme convicción que nadie más podría haberlo hecho mejor. Eso pasa cuando se trata de un gran actor y Tom hace los honores. Además, si tiene a su amigo Spielberg detrás de la cámara, es casi imposible que algo salga mal.
  2. Catherine Zeta Jones: Es elegante, fina y muy hermosa. Víctor tenía que enamorarse de ella. Su personaje, Amelia, vive en tránsito. Es azafata. Justifica su compra compulsiva de biografías porque dice que son largas, ideales para tantas horas de vuelo, le encanta la historia y son más económicas que los libros de la mesa de novedades. Está enamorada de un hombre casado y como Víctor, vive en modo espera que suene su celular para salir corriendo a sus brazos. Como buena romántica, la vecinita quiere que Víctor y Amelia terminen juntos pero no perdemos de vista el foco de nuestro amigo Spielberg. Acá, la más grande historia de amor es la de Víctor y su promesa oculta en una lata de maní.
  3. Stanley Tucci: Amamos a Tucci! La vecinita le debe un post de Todas aman a tremendo actor. En La Terminal Tucci es Frank Dixon , el contrapunto de Víctor, el burócrata cuyo propósito es ascender y Víctor le complica la cancha. Es una lástima que Tucci siga participando en películas como un secundario de lujo. No sólo es talentoso sino que también tiene la onda suficiente para bancar en sus espaldas un protagónico a su altura.
  4. Actores secundarios: Es cierto que Gupta, el empleado de limpieza hindú, Diego Luna (el mexicano más lindo) como empleado de alimentación y el transportista afro parecen puestos en la historia por corrección política pero no dejan de ser, cada uno y a su modo, simpáticos. De hecho, la cena que improvisan para que Víctor impresione a Amelia es una declaración de amistad, ridículo incluido. ¿Acaso no es lo que hacen los amigos?
  5. Los viajes: Dejando de lado la dificultad de Víctor por llegar a su destino, La terminal es una película que incita e invita a viajar. Más aún, si detrás de las puertas de vidrio Nueva York espera.
  6. La música: Spielberg es un maestro para generar climas, y su amigo el compositor Thomas Newman supo interpretarlo. Durante la película, se imponen dos composiciones según la ocasión. Una de ellas, digna de dibujitos animados. Aparece cada vez que persiguen a Víctor, en cada aventura más o menos graciosa dentro de la terminal. La otra es emotiva. Spielberg tiene el timing necesario y sabe cuándo usarla y cómo causar efecto. 
  7. El jazz: Porque no olvidemos que además de Víctor, sus amigos, Amelia, el director de Aduana, y su pasaporte "inaceptable", La terminal esconde una historia de jazz de fondo. Y el jazz...siempre es una buena razón.
  8. La espera: Víctor espera en la terminal. Amelia espera a su amante. Frank Dixon espera su ascenso. Diego Luna espera que la Oficial Torres lo acepte como esposo. La terminal es una película sobre personas que esperan y no se dan por vencidos. No pierden las esperanzas. La espera es resistente y activa. Saben por qué luchar. Moraleja: nunca te des por vencido, ni aún vencido.
  9. La escena de las 1000 fuentes: La gran historia de amor de Napoleón Bonaparte y Josefina es uno de los temas de conversación entre Víctor y Amelia. Inspirado por la historia y derrochando talento para las tareas manuales, Víctor decide construir para Amelia una réplica de las mil fuentes que Napoleón le regala a Josefina cuando conquista Baviera. Resulta que algo tan irreal como una fuente escondida en una terminal, la luz que irradian los cristalitos cuando se reflejan en el agua y Víctor ahí, frente a Amelia, confesando el motivo de su espera, con su lata de maní llena de jazz y el recuerdo y la promesa a su padre es una de las mejores escenas de la película. Es cien por ciento Spielbergiana. Y entonces nos volvemos a enamorar de su cine.
  10. Spielberg: Después de lo ya dicho, ¿hace falta justificar que el Sr. Spielberg esté presente en este decálogo? El director de ET está en su derecho de hacer la película que tenga ganas. Es cine en estado puro. Y por eso, nada más y nada menos, bien merecido tiene su lugar.

La Terminal es una película del año 2004 y su director fue Steven Spielberg.

25 mayo, 2016

Un tecito por ella


Como cada 24 de Mayo, la vecinita se toma una licencia para recordarla a ella.
¿Qué les puedo decir de mi nona que ya no haya dicho acá?
Este año, heredé una de sus preciadas tazas de té.
¿No es la taza más hermosa del mundo? Para mi, sí.
Es otoñal, como a mi me gusta.
Es ideal para tomar un té en su honor.
Y era de ella.
Junto a esa taza y esos libros, mis favoritos sacados de la biblioteca, podría ir hasta el infinito y más allá. La iría a buscar arriba y le serviría un té bien caliente, como a ella le gustaba, en su taza otoñal.
Gracias abue por estar siempre conmigo.
Por tus recuerdos imborrables y por haberme convertido en la nieta más afortunada del mundo.

19 mayo, 2016

Marikondeando




Durante 2015 me cansé de leer notas sobre Marie Kondo y su famoso método KonMari para mantener en orden tu casa ¡y tu vida! Lo cierto es que siempre había algún otro libro que le ganaba al de Kondo y La magia del orden pasó a formar parte de una lista de pendientes.
Unas semanas más tarde, me encontré con una amiga que con un par de capítulos leídos se declaraba FAN de Marie Kondo. Obediente, ya había implementado la lección de las medias del KonMari y estaba lista para avanzar a otro nivel. De las medias a los vestidos y de los vestidos a los libros y así hasta llegar a los recuerdos más preciados. Sí vecinitos, a Kondo no le tiembla el pulso. Pretende que tiremos a la basura tarjetas, cartas, fotos, memorabilia...TO-DO!

Finalmente La magia del orden llegó a mis manos en forma de e-book, gracias a la gentileza de mi vecinita de oficina que también me imitaba con una mudanza en puerta. Esa mañana me dijo: este libro nos va a venir bien.
Y tenía razón. Nos vino bien, no tanto por el dichoso método sino porque durante las siguientes dos semanas que duraría la lectura, Kondo demostró ser una gran comediante y logró lo que muchos escritores quieren y no pueden: hacernos reír.

El post de hoy debería titularse: "El día que la vecinita intentó imitar a Marie Kondo (y no le salió)" o bien "Marie Kondo o la experiencia de lectura de autoayuda que resultó comedia".

Hoy nos portamos mal en el blog. Pasen y lean nuestra crítica descarnada a la gurú de moda.

La magia del orden 
según la vecinita

200 páginas que se leen de un tirón. La magia del orden no ocupa lugar en la biblioteca. Mucho menos en tu cartera. El detalle no es casual. Marie Kondo pensó en todo. Inclusive, ella misma dice que si llegaste a él y por alguna razón no te resulta, lo deseches, lo hagas circular. Como dice la canción, las cosas tienen movimiento. 
La portada del libro lleva una cocarda digna de una vaquillona campeona: 2 millones de ejemplares fueron vendidos sólo en Japón. Habrá que calcular todas las copias que circulan en el resto del mundo para hacernos una idea de la fortuna que logró en tan poco tiempo. Ya en el prefacio, Kondo se encargará de remarcarnos que tiene una lista de espera de tres meses de gente que quiere hacer su curso para "ordenar su vida". Para entusiasmar a los incautos, presume y cita testimonios exitosos al estilo Llame ya. A las citas me remito:

"Desde que organicé mi departamento, incrementé mis ventas"
"Después de tu curso, renuncié a mi trabajo y abrí mi propio negocio"
"Por fin bajé 3 kilos"
"Tu curso me ayudó a ver lo que en verdad necesitaba y lo que no. Así que me divorcié y ahora me siento mucho más feliz"

Semejantes testimonios dan cuenta que el KonMari es lo suficientemente drástico y las personas que lo implementan no sólo logran tener una casa ordenada, sino que en el ímpetu por tirar son capaces de mandar todo al tacho: trabajo, marido, kilos, etc.
Kondo no se limita a una serie de reglas sobre cómo clasificar, organizar y desechar, sino que se encarga de aclarar que el libro es una guía para adquirir la mentalidad correcta y así crear orden y volverse otra persona, una persona organizada.
Quedan avisados: no alcanza con aplicar un par de tips. Acá se habla de un cambio de personalidad. Conclusión: Kondo juega fuerte.

No conforme con ésto, la autora muestra la hilacha oriental exigente en cada subtítulo: Organiza una sola vez y hazlo bien, Busca la perfección, Empieza bien son algunos de los mandatos. A medida que avanzamos en la lectura, suaviza los modales. Sin embargo, hay ruido de fondo. A pesar que pretende ser un libro de autoayuda está lleno de enojo, la palabra "fracaso" está presente más de una vez en cada uno de los capítulos. La autora nos cuenta sus disgustos, sus frustraciones desde su más tierna edad en el arte de ordenar y los problemas familiares que debió afrontar por meter sus narices en objetos que no le pertenecían, sólo por el afán de desechar. ¿Todavía siguen pensando en ordenar o en mantener la paz conyugal? ¿Serán compatibles?

 Por suerte, hay momentos dignos de comedia que descomprimen y ayudan a sobrellevar la lectura. Por ejemplo, Cuelga cualquier prenda que parezca más feliz en una percha, son esas prendas que protestarían si las doblaras. O cuando habla sobre las medias, Mira tus calcetines hechos bolas. Este debería ser un tiempo de descanso para ellos. ¿Crees que pueden descansar así? Los calcetines guardados en tu cajón básicamente están de vacaciones. Y por último, Las prendas que están ocultas durante medio año lucen marchitas. Abre el cajón de vez en cuando, que les de un poco de aire y luz y déjales saber que te preocupas y estás ansiosa por usarlas cuando vuelva la temporada.
¿Ahora me entienden cuando digo que Kondo es una gran comediante?

Kondo no sólo se pone firme y exige al máximo en la tarea del desecho, sino que además no permite que nadie esté presente porque sostiene que si un miembro de la flia presencia la escena del descarte lo más factible es que las cosas cambien de mano y permanezcan en el hogar. Osea, serán rescatados por una madre, hermana o alguna amiga. Además, de encarar esta tarea titánica en solitario, ni se les ocurra amenizar el rato con música de fondo. Es una orden. Marie Kondo dice que debemos estar solos con nuestros pensamientos y los objetos. Cualquier estímulo que ejerza como una distracción no está permitido. ¿Divertirse? No. ¿Cantar a duo con Frank Sinatra de fondo? Ni se les ocurra.


Y por último, Marie Kondo te desafía: animate a tirar ese pijama calentito, esa jogineta que te hace feliz, esas pantuflas en forma de garra, bota polar o animal print que te compraste con la única intención de estar cómoda (e impresentable) en tu casa. Sí, en la comodidad de tu home sweet home.
La gurú sostiene que aún dentro de tus cuatro paredes  hay que romper el hábito de convertir en ropa de casa las prendas que no te encanten.
El tema es ¿y si las garras te encantan y encima te mantienen calentitos los pies? No siempre se puede ser Carrie Bradshaw, Kondo.

Conclusión: Nadie puede discutir que La magia del orden es un éxito, aunque no siempre aplicable.
¿Hay tips? Sí, hay. ¿Pudimos aplicar algunos de ellos en este barrio? Al principio, sí. Todo cambió cuando Kondo me pidió que le hable a la ropa como le hablo a mis gatas.
Algo no va.
Por ahora, el barrio seguirá un poco desordenado...pero más relajado. 

17 mayo, 2016

Colores de estación


¿Y todavía se preguntan por qué amo el otoño?


La foto no está trucada. Esta belleza, existe. 
Gracias a Eu, una amiga hermana de este barrio por el hallazgo.


Adelanto del vecinito: el viernes los espero en el barrio para contarles sobre un libro de auto-ayuda que resultó ser una gran comedia.

12 mayo, 2016

Todas aman a: George Clooney

Estimado Señor Clooney:

Lo prometido es deuda. Le debía este post a Usted y a todos los vecinitos.
Ante todo, feliz cumpleaños.
El viernes pasado me enteré de semejante evento y me apuré en aclarar en el barrio que le dedicaría estas líneas, sólo que estuve un poco (bastante) ocupada con mi mudanza.
¿Cómo estuvo el festejo? ¿Fue su amigo Brad Pitt? ¿Julia Roberts? ¿Obama? Recibió lindos regalos? Brindaron con la vista de fondo de su mansión en Italia? Tomaron Nespresso? Se acostó temprano o se quedó viendo un late show?
Ojalá haya pasado un hermoso día. Usted lo merece.

55 años. Déjeme decirle que Usted, Señor Clooney, tiene una genética privilegiada, un don o un pacto firmado con sangre con quien ya sabe porque los años le sientan bien, lo enaltecen, lo mejoran. Por favor, no malinterprete mi comentario. Su papel como pediatra en ER era encantador, pero el paso del tiempo contribuyó a mejorar su imagen y ganar madurez profesional.
Debo confesar que soy capaz de ver Un día muy especial una vez al mes. Es una película perfecta. ACÁ puede repasar un post homenaje donde me limité a escribir sólo 10 buenas razones para verla, pero hay miles que justifican que Un día muy especial nunca pasará de moda y siempre alegrará mi corazón.

Un día muy especial
(One fine day)

Hablando de sus inicios en la industria, aprovecho para decirle que me encantó su trabajo en Del Crepusculo al amanecer junto a su coequiper Quentin Tarantino. ¡Qué suerte que Usted sale ileso (y bello) de toda esa masacre asquerosa y sangrienta plagada de vampiros!

Del crepúsculo al amanecer
(From dusk till dawn)

¿Qué decir de su papel en la trilogía de ladrones de casinos? Soderbergh logró lo que no pudo Sex and the City. Puro glamour sin necesidad de marcas o mujeres enloquecidas con el marco de una ciudad de fondo. Brillos, lentejuelas, acción, diversión garantizada y modelos masculinos para elegir. Aunque Usted, claro, lleva la batuta. 

Ocean's 11, 12 y 13

En este barrio, A-MA-MOS ¿Dónde estás, hermano? y festejamos su merecido Golden Globe. A pesar que nos rompió el corazón su revelación en el Actor's Studio (programa inolvidable si los hay) al enterarnos que no era su voz la que cantaba Man of Constant Sorrow. Una pena. Por otro lado, tenga presente que aunque los hermanos Coen se empeñen en afearlo, Usted tiene suficiente gracia y encanto para salir airoso de cualquier ridículo. Cuando tengo ganas de pasar un buen rato no dudo en volver a ver esta adaptación libre de La Odisea según los Coen.

¿Donde estás, hermano?
¿O brother, where art thou?

Y hay dos personajes suyos que me pueden. El primero es Ryan Bringhman de Up in the air, esa cara bonita pero miserable que despide empleados a troche y moche. No es una película amable y sin embargo, tiene un par de perlas imperdibles. En primer lugar, es una road movie y Usted debe saber que soy fan de las películas que cuentan historias en carreteras, aviones, trenes u otro medio de transporte. Me encantan esos personajes que se ponen en movimiento, se suben al auto y vuelven transformados. Up in the air tiene una buena cuota de viajes relámpago a lugares bastante inhóspitos. La otra perla es Usted, el desarrollo de su personaje. Lo que el director logra mostrar y Usted interpretar. Sabemos que Bringhman es un pobre tipo, pero no se si será su cara de perro mojado al final de la historia, su departamento impersonal, su soledad o su desconcierto y desilusión ante el comportamiento de una mujer que resulta ser peor que Usted. Estas dos perlitas compensan cualquier agujero que pueda tener la historia.


Y por último, la frutilla del postre. Su papel como Matt King en Los Descendientes. Debo aclarar que Usted fue dirigido por uno de los directores favoritos de este barrio, el Sr. Alexander Payne. Es una GRAN película. Sepa disculpar que no profundice ahora cuestiones propias de la película. En unas semanas, los vecinitos de este barrio podrán leer un post exclusivo sobre la película. Si está interesado en conocer mis 10 buenas razones para ver Los Descendientes con mucho gusto se lo hago llegar.  Recuerdo que en aquel momento del estreno Usted no se cansaba de repetir que Payne lo había "afeado" con esas camisas hawaianas y lo había ridiculizado corriendo en chancletas. 
Querido George, sépalo: Usted nunca pero NUNCA podrá ser afeado porque Usted nació regio y así será por siempre. Además, por esa película fue nominado al Oscar y si bien perdió la estatuilla dorada, nos regaló una conmovedora actuación. Puede descansar traquilo: nadie se fijó en las camisas hawaianas.


Quizá se digan muchas barbaridades sobre su vida privada. 
Quizá, en unos años, ya no sea modelo de una marca de relojes o de cápsulas de café.
Quizá lo que a Usted le interese en este momento de su vida es hacer campaña por Hillary Clinton y continuar con su labor comunitaria.
Quiero sea sepa, George, que en este barrio lo bancamos en lo que sea. Aún en los bodrios o en los silencios.
Este finde intentaré dejar mis tareas de lado y hacerme una escapada al cine para ver en pantalla grande su último trabajo con los Coen, una vez más. Luego le cuento qué me pareció.
Mientras tanto, le deseo sinceramente lo mejor en este nuevo año y que sea muy feliz.   


Con amor y admiración,
Besos a la distancia

La vecinita de enfrente

10 mayo, 2016

Expedición Morfi: Masticar 2016

Buenas buenas, vecinitos!
Como ya saben, estamos recién mudados en el barrio pero el fin de semana pasado la vecinita abandonó las tareas de fajina por una buena causa: una nueva edición de la Feria Masticar.
Junto a su fiel compañero de ruta, la vecinita viene a contarles 10 buenas razones cortitas y al pie para visitar la feria gastronómica que todo amante del buen comer debe visitar.

Bienvenidos a una nueva Expedición Morfi en el vecinito!

10 buenas razones para ir a 
Masticar

1. El Predio 
El Dorrego es el lugar ideal para tremendo evento. El lugar es cómodo, hay espacio para circular, sentarse o hacer barra. En esta nueva edición de Otoño sumaron un Predio Polideportivo donde mayormente se ubicaron las propuestas de brasas. Masticar es el Woodstock gastronómico y El Dorrego confirma una vez más que puede con semejante convocatoria.


2. Los chef 
En Masticar nos sentimos como un chico en una juguetería. En ese gran predio, rodeados de estímulos por todos lados, se imponen puestos de comida de grandes cocineros que hicieron de su nombre una marca. La Panadería de Pablo, Tegui, Cucina Paradiso, Astor, Dolli Irigoyen, El Pobre Luis, Los Petersen, entre tantos. La oferta es apabullante y es preciso dar más de una vuelta antes de elegir qué comer. La frutilla del postre de esta feria es la cercanía con los dueños de las ollas y sartenes. Ellos saben que son las estrellas del lugar y que durante esos 4 días que dura la feria las selfies serán moneda corriente.


3. La oferta gastronómica

Arroz con langostinos, Empanadas de yacaré, Crepes de espinaca, queso azul y cebollas al Malbec, Vieiras marinadas con cous cous de tomates, Cebichón con la pesca del día con leche de tigre de rocoto, papines de Jujuy...hay para todos los gustos. Existen propuestas aptas para celíacos, carnívoros y también raw food. Esta vez, nuestros puestos elegidos fueron La Mar, Astor, Bon Bouquet, el tiramisú de Donato y la macetita en postre de Los Petersen.

4. Los tragos

Porque todo buen plato debe bien acompañarse con un trago. Esta edición nos enseñó que hay fórmulas que no deben cambiarse jamás. Este año no fuimos a lo seguro. Cambiamos Julep, la barra de Inés de los Santos y la de 878 por Florería Atlántico. Mala decisión. Hay clásicos que no fallan. Otra vez será. 


5. El Mercado

Siempre es lindo recorrer el Mercado de la Feria Masticar porque entre las masas se puede parar y conversar con los productores de las provincias. Nos encantó encontrarnos con la gente amiga de Traslasierra que llevó sus yuyitos para el mate y nos hizo recordar esa noche lluviosa de Noviembre en ese lugar tan especial llamado Croa la Rana. Un hermoso recuerdo.


6. Los instrumentos de cocina 

¿Quién no quiere cocinar en una sartén tan fashion? Aunque la verdad, da pena ensuciar utensilios de cocina como éstos! En Masticar no sólo hay comida, también hay todo lo necesario para inspirarnos y celebrar nuestras creaciones caseras.


7. Los pendientes

Porque siempre nos quedarán pendientes, porque todo no se puede, porque el estómago no puede más, porque ya no queda nada en los bolsillos y porque tal vez tenemos que ir al mismísimo restaurant del chef en cuestión. La vecinita se quedó con las ganas pero se reserva probar el pastrón de Mishinguene o el Goulash de Austria en otra oportunidad. 


8. La deco

Porque Masticar también es Diseño. Los puestos se ponen a tono con lo que ofrecen. Son vistosos, originales y por supuesto, quieren a toda costa captar nuestra atención. A veces, lo logran. Y a veces, por más austeros que parezcan, igual los elegimos.


9.  El sistema

Si son previsores y sacan sus entradas de manera anticipada, la vecinita les garantiza que no tendrán mayor inconveniente en el ingreso. Las terribles colas de espera que suelen verse tienen que ver con no tener la entrada de antemano. En el Predio, se paga con los tickets Masticar, dan vuelto y en las boleterías se puede pagar con débito, crédito o efectivo. No hay excusas para no organizarse y disfrutar como Dios manda.

10. Por la próxima

Porque nunca nos cansamos de Masticar y porque un pajarito nos contó que este año habrá una edición Primavera!

Nos vemos en la próxima!

Nota: Todas las fotos TODAS son de la página en facebook de Masticar.