24 octubre, 2008

Feliz en tu día


¡El vecinito de enfrente cumple un año de vida!
Gracias a todos los que siguen dando vueltas a la manzana por este vecindario.

05 octubre, 2008

03 octubre, 2008

Beben y beben y vuelven a beber

True blood, la nueva niña mimada de HBO, empieza bien. Desde la primera escena uno evoca los clásicos diálogos y situaciones de las películas slasher, con esas parejitas cachondas que en plena acción las ajusticiaban sanguinariamente. Basta recordar a Jason, motosierra en mano, haciendo de las suyas. Salvando las distancias True blood se desarrolla con esa calma y normalidad que antecede a lo siniestro y promete tanto sexo y sangre como es posible en una película o serie sobre el género en cuestión. Su autor, el genial Alan Ball (creador de Six feet under), deja esos guiños por el camino, como las miguitas de pan de Hansel y Gretel para que sus seguidores vayamos alimentándonos y encariñando con su nueva creación. Además, entre tanto colmillo ensangrentado se cuenta una historia de amor.
Basada en los libros Southern Vampire Mysteries de Charlaine Harris, en la serie los vampiros han salido a la luz y viven en sociedad gracias al lanzamiento de un tipo de sangre sintética japonesa llamada Tru Blood. El consumo en los humanos tiene propiedades altamente curativas, aumenta la libido y agudiza los sentidos. Un detalle encantador es el marketing puesto en el producto. La botellita de diseño pop puede conseguirse en packs de 6 y se vende en bares y estaciones de servicio.


Aunque su comercialización y consumo es de conocimiento público, la cuestión levanta polvareda en una parte de la población, de ahí que los vampiros luchen por la igualdad de sus derechos y se manifiestan libremente, como cualquier mortal en programas de televisión.
Por otra parte, la historia de amor se centra en Sookie (Anna Paquin), una mesera con poderes telepáticos que se enamora de Bill Compton (Stephen Moyer) un vampiro recién llegado al pueblo donde transcurre la acción. Sookie es una mezcla de niña y mujer fatal que gracias a su habilidad telepática no para de fracasar en citas amorosas y vive aturdida por los pensamientos negativos, quejas y barbaridades que la gente piensa. Su abuela y su hermano completan el clan familiar. La señora, una romántica apasionada por las historias góticas, es capaz de recibir al vampiro en su casa con total naturalidad. Por el contrario el hermano de Sookie, un chico bastante rústico, descubre que muchas mujeres del pueblo tienen fantasías con los vampiros y algunas hasta disfrutan ser mordidas. La idea le repugna, más aún cuando su hermana se relaciona con uno de la especie. Sookie se enamora a primera vista del vampiro cuando descubre que con Bill sus poderes telepáticos fallan. No siente miedo, es puro deseo. El galán, como casi todo vampiro, es sensible, melancólico y domina admirablemente su sed de Sookie.
Los personajes secundarios recaen en Lafayette, el cocinero dealer del pueblo. Tara, prima del dealer y mejor amiga de la protagonista y por último Sam, dueño del bar donde trabaja la tierna lolita de la que está enamorado, obsesionado porque aparezca Buffy o Blade para llevarse lejos a su contricante, el vampiro.
True blood no es drama ni es comedia pero está llena de humor negro, seña particular de su creador. El inconveniente es que aunque se empeñe en mostrar a vampiros un poco bestiales y aterradores, no dejan de bordear el patetismo. Esto queda aún más en evidencia ante situaciones que deberían generar escalofrío y por el contrario, provocan risa.
Sin embargo no hay que olvidar que el terror es un espacio de catarsis y diversión. True blood entonces va por buen camino. Las motosierras y las caretas de hockey son cosa del pasado. Los vampiros son mayoría, están de moda y llegaron para quedarse.




True blood, todos los domingos, a las 22 hs. por HBO.