24 mayo, 2013

Mi abuela y Francis


Hay preguntas difíciles de responder.
Por ejemplo, si alguien me pregunta a qué se dedicaba mi abuela se que mis intentos de respuesta serán un fracaso porque no hay una sola y única manera de responder a eso, porque mi abuela era muchas mujeres en una. Era modista, sí...pero también era cantante, "recitadora" políglota, cocinera, columnista política y una gran contadora de historias. Claro que sólo unos pocos teníamos la dicha y el honor de conocerla en todas sus facetas. Yo, era una de ellas.
Gracias a su compañía lucí los vestidos y tapaditos más hermosos de mi infancia, porque hubo un tiempo, por si se olvidaron, que no existía Cheeky ni Mimo.
Aprendí tangos y milongas desde mi más tierna edad mientras mirábamos la Botica de Tango de Bergara Leumann.
Aprendí que cuando estaba Tato Bores y, años más tarde, el gordo Lanata en la tele era preciso y precioso guardar silencio.
Aprendí que para cuidar la piel es necesario "encremarse" varias veces al día.
También aprendí que una de las cosas que más me gustan en la vida es que me cuenten historias y no se ahorren los detalles.
Y aprendí que cuando uno está un poco triste, una tortilla hecha con amor cura todo mal.
Y hablando de comida, con mi abuela nos indignábamos de y con Francis Mallmann, pero al mismo tiempo, nos producía tal fascinación que no podíamos dejar de mirarlo.
¿Por qué se creen que el vecinito de enfrente ya lleva un par de post dedicados al famoso chef? Por si no se acuerdan, acá y acá pueden releerlos.
Resulta que Francis también se puso grande y cuando se cansó de Francia y su nouvelle cuisine y no se sumó a la movida de la cocina molecular de Ferran Adrià, según dice por ahí, se dedicó a hacer lo que más le gusta: platos simples fuera del ambiente típico de un programa de cocina de cable.
Desde entonces, Francis cocina al aire libre en el NOA, en el Sur -cerca de Bahía Bustamante- en Uruguay, y llevó su cocina rodante hasta las orillas del Sena.
Gracias a mi abuela, los programas de Francis tienen un no se qué especial y me divierte verlo en la pantalla, chamuscando verduras y escribiendo poesía de calidad dudosa.
Hoy, disfruto este hábito con el vecinito a mi lado que no para de decirme lo mucho que le recuerda a mi abuela.
Pero por más que Francis queme toda la comida y se mude con su cocina rodante al Congo, hay algo que no cambia: la canción que cierra su programa. Y por eso hoy, que se cumplen 4 años de la muerte de esa mujer increíble y hermosa que fue mi nona, quiero dedicarle a ella esa canción que tantas veces escuchamos juntas, cuando Francis terminaba con su plato. Porque como saben, a veces, una canción, una película, un libro o un simple programa de cocina nos hacen recordar que uno alguna vez, tuvo la mejor abuela que se pueda tener en la vida.
Buen finde!!!
Disfruten...porque sólo así sabrán, como dice el guapo de Miguel Bosé en el video, lo bello que es vivir.

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