04 julio, 2017

10 buenas razones para ver: Sintonía de Amor


Este año el blog cumple diez años y todavía no lo puedo creer. Diez años de escribir sobre series, libros, cine, música y todas esas pequeñas cosas que conforman mi mundo personal. Escribí en subtes, en colectivos y en autos. Escribí con frío y con calor, en el Norte y en el Sur. Escribí en cuadernos hermosos y en servilletas de bodegón. Escribí triste y feliz. Escribí cuando no sabía qué escribir, pero siempre supe que tenía un hada madrina que operaba como musa inspiradora y a la distancia, supervisaba el contenido. Hablo de hada madrina y me hago cargo, porque a pesar de las piedras en el camino, este barrio cree en los cuentos de hadas. Mi hada madrina no convierte mi ropa de entrecasa en un vestido de princesa ni mis zapatillas en zapatitos de cristal, pero sí se encarga de marcar el rumbo del vecinito de enfrente, este blog que lleva mi identidad, mi color, mis señas, mi marca y mi estilo. Más importante que cualquier tipografía, más valioso que cualquier plantilla de diseño.

Mi hada madrina fue y será por siempre Nora Ephron y su filmografía, parte de mi educación sentimental. Y aunque Ephron ya partió de este mundo dejó un tesoro y un puesto vacante. Tan cínica como romántica, escribió libros y guiones adorables y parece haber partido con sus guiones a cuestas. Sin embargo, cuando necesitamos un mimo sabemos que Sintonía de amor, ese homenaje a Algo para recordar con Cary Grant y Deborah Kerr, servirá de consuelo.
Quiero creer que todos los vecinitos de este barrio saben de qué hablo. Voy a hacer de cuenta que sí, pero por las dudas repasemos el argumento:

Sam Baldwin (Tom Hanks) acaba de enviudar. Su hijo, preocupado por la situación sentimental de su padre, llama a un programa de radio y cuenta su historia. Rápidamente, Sam se convierte en una figura a la que llaman "Insomne en Seattle". Muchas mujeres, conmovidas con la historia de Sam y su hijo Jonah, fantasean con conocerlo, entre ellas Annie (Meg Ryan) quien planea su boda junto a Walter (Bill Pullman). Este pequeño detalle no impedirá que Annie, con la colaboración de su amiga Beckie, encare una aventura para comprobar si ella y Sam deben estar juntos.

Vecinitos, de pie. 
Pasen y lean la obra maestra de Ephron, la que nos inspiró a crear este blog. Con ustedes:

10 buenas razones para ver 
Sintonía de amor
(Sleepless in Seattle)



1. El prólogo. Si nos vamos a preguntar por qué se nos fue, nos vamos a volver locos. Así empieza Sintonía de amor. Con esa tristeza y desconcierto de un padre y su hijo frente al féretro de su esposa/ madre de Jonah. En diez minutos, la directora nos habla de la pérdida repentina de un ser querido, de la necesidad de rearmarse y seguir adelante con un hijo menor a cargo, de los compañeros que ofrecen psiquiatras y grupos de autoayuda, vacaciones anticipadas o taparnos de trabajo. Sam (Tom Hanks) sabe que necesita huir de los recuerdos y no podrá hacerlo si permanece en Chicago. Antes de subirse al avión rumbo a una nueva vida en Seattle, les dice a los padrinos de su hijo que el verdadero amor no se da dos veces. Lo que Sam  todavía no sabe es que Ephron todo lo puede. La vida de Sam y Jonah está por cambiar. De fondo, Jimmy Durante canta As time goes by. Esta película es TODO. Y apenas empieza. 

2. La pareja Hanks - Ryan. Muchas veces hablamos de esta pareja en el barrio. ACÁ pueden releer algo al respecto. Sintonía de amor es lo que es gracias a ellos, un guión hermoso y esa directora. Los que amamos el cine de Ephron sabemos que siempre vamos a querer a Hanks y Ryan así, en los '90: bellos, románticos, soñadores y sin botox.





3. Homenaje.  Sleepless in Seattle es un homenaje a la famosa película An affair to remember, pero Ephron no se queda en emular la escena final en el Empire State, sino que ridiculiza (con amor) el universo femenino y no distingue edad ni parentesco. Hay cantidad de referencias al clásico del cine y muestra en distintas escenas el amor por esa peli. Por ejemplo, Annie y amiga Beckie traman el encuentro de los enamorados en el Empire State y mientras lloriquean y recitan los parlamentos de Cary Grant y Deborah Kerr. La madrina de Jonah (Rita Wilson) interpreta una de las más famosas escenas y la amiguita de Jonah de 9 años sabe los diálogos de memoria.  Lejos de ofendernos,  nos reconocemos en cada una de las escenas y celebramos el homenaje.

4. La banda de sonido. Mientras Annie (Meg Ryan) duda de su casamiento con Walter canta Carly Simon. Cuando Sam se decide a invitar a salir a Victoria, lo acompaña de fondo Gene Autry. Cuando los protagonistas no se encuentren sonará Louis Armstrong y cuando terminen en la terraza del Empire State la voz de Jimmy Durante nos recordará lo importante que es hacer feliz a alguien. Todas las canciones de Sintonía de amor acompañan el romance. Es uno de mis discos favoritos.

5. Actores secundarios. Beckie, la amiga del trabajo de Annie; Victoria, la decoradora con risa de hiena; Rita Wilson, la madrina de Jonah (y esposa en la vida real de Tom Hanks); Rob Reiner, compañero de trabajo de Sam y GROSO siempre. Así, con mayúsculas. Por distintos motivos, todo el cast es impecable. 

6. La casa "flotante" de Sam. En las películas de Nora Ephron el diseño no es un tema menor. En Sleepless in Seattle, Sam vive en una casa "flotante". Es arquitecto y nos cierra que haya optado por vivir en esa casa de diseño. A pesar que en la película se hace referencia al clima lluvioso de Seattle, de hecho hay muchas escenas con lluvia de fondo, la casa de Sam es cálida. A veces, la calidez no es sinónimo de cabañita de campiña inglesa, sino también una tremenda casa con muelle propio, una salamandra, las lucecitas de navidad que decoran el ambiente, y ese padre viudo que le cocina a su hijo en la isla de esa cocina americana. Si quieren chusmear más sobre la casa, la vecinita encontró información interesante ACÁ.

7. Los ex de Meg Ryan en el cine de Ephron. No puede ser. A-MA-MOS a los ex de Meg Ryan en las películas de Ephron. Vecinitas, recordemos la escena de Tienes un email, cuando rompen Kathleen Kelly y Frank Navasky. Van al cine, discuten por una cuestión que nada tiene que ver con su relación y deciden salir de la sala, ir a cenar y decirse la verdad. De frente. Ya no te amo, pero te mereces lo mejor. Hay alguien más? No, pero sí la ilusión de que lo haya. Es una escena hermosa e ideal (sin contar que además de todo está Greg Kinnear). En Sintonía de amor pasa algo parecido con Bill Pullman. Si no existiera Sam, su viudez y todo su dolor amaríamos a Walter, el prometido de Annie. Así, con todos sus ridículos parlamentos sobre las alergias y sus pésimas imitaciones. Porque Walter podrá ser ridículo, pero también es ese caballero romántico que espera a su chica en el Hotel Plaza el día de San Valentín, en Nueva York. Envía por correo una tarjeta de amor y elige con Annie la vajilla en Tiffany. En Sintonía de amor, la escena del fin de la relación entre Annie y Walter es tan buena que parece surrealista. No existen esos ex, pero nos encantaría.


8.  Nora Ephron. Es preciso aclarar una cosa: Nora Ephron podía hacer las películas más románticas pero sin descuidar su lado más cínico. Por eso, en Sintonía de amor deja su huella en los chistes sobre Atracción fatal, la estadística sobre casarse después de los 40 y la emoción de los hombres por la película Los Doce del Patíbulo, entre otros. Si ven una de Ephron sepan que hay romance del bueno, pero también hay ironía. Justamente, eso la distingue del resto y la vuelve única e inolvidable.

9. Magia. En Sintonía de amor, la escena madre-hija transcurre en un cuarto familiar, con cortinitas llenas de puntillas, lucecitas navideñas y un vestido de novia familiar heredado. Annie acaba de anunciar su casamiento y le cuenta a su madre, en la intimidad del cuarto, cómo conoció a su futuro marido. Hablan de magia, de cosas que no tienen una explicación lógica ni racional. Simplemente suceden. Una escena fundante de mi educación sentimental.    

10. Epílogo. El epílogo empieza desde el momento en que el pequeño Jonah, con sus pocos ahorros, viaja solo en avión a NY para conocer a Annie en la terraza del Empire State. Hay un momento íntimo, en el taxi, camino al famoso edificio. El conductor le pregunta si piensa escupir desde arriba de la terraza del rascacielo. Jonah, orgulloso y feliz, le dice: No, voy a conocer a mi nueva mamá.  Panorámicas de la ciudad, Sam en viaje a NY para rescatar a su hijo de la aventura y Annie, a punto de cambiar sus planes con Walter.
El final de Sleepless in Seattle es perfecto, emocionante y único.
No importa cuánto tiempo pase ni cuántas películas corran bajo el puente, siempre voy a pensar que la frase: Sam, es un gusto conocerte es una de las grandes frases del cine.
Y todo se lo debemos a Ephron.

Por favor, vean Sleepless in Seattle.
Hay muchas más que estas 10 buenas razones para hacerlo.


Sleepless in Seattle es una película de 1993 dirigida por Nora Ephron.

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