21 abril, 2015

10 buenas razones para ver: St. Vincent


St. Vincent es una de esas películas difíciles de clasificar. A esta altura debería existir la categoría "hombre hermitaño - niño desamparado". Cabe incluir en ella, con más o menos variaciones, películas como Un gran chico, Gran Torino, El perfecto asesino y ahora, St. Vincent. Sin embargo, es preciso rescatar de esa gran bolsa de gatos a ésta última por un detalle fundamental: Bill Murray. Ese hombre con marcas de viruela, acné o vaya a saber qué, hace que todo sea distinto.
Vincent es un veterano de guerra que se convierte por decisión y azar en niñero de Oliver, su recién llegado vecinito desprotegido. La madre del niño, recientemente separada, debe trabajar muchas horas por día para mantenerse y termina recurriendo por emergencia a su vecino Vincent, un atípico baby sitter.

Y antes de pasar a las 10 buenas razones...¿no les parece que ya era hora que el blog se encargara de hablar de una de vecinitos?

10 buenas razones para ver St. Vincent

1. BILL MURRAY. No necesita hacer morisquetas para hacer reír. Su cara (poceada) es totalmente expresiva, ya sea que salga a cazar fantasmas, se pierda con Scarlett en Tokio, viva todos los días el día de la marmota o simplemente sea ese vecino gruñón llamado Vincent. Bill Murray tiene en su haber una carrera envidiable y sobre todo, supo rodearse de gente talentosa. Esa misma gente, sabiendo y reconociendo que Bill todo lo puede, lo homenajea y crea hermosos personajes para él. Para este barrio, Murray es un monstruo que debe ser respetado. Es difícil que no nos guste una película que lo tiene como protagonista. En este caso, Vincent está hecho para ser odiado. Sin embargo, no pudimos ponernos en ese lugar. Nos genera pura admiración, aún cuando quiera y parezca un ser insoportable.
    
2. MELISSA McCARTHY. Estamos acostumbrados a ver a Melissa en las películas de Apatow,         pero en St. Vincent prueba y nos demuestra un nuevo registro. Era hora de dejar por un rato la             guarrada y conocerla desde un lado más amable. Nos gustó.

3. EL NIÑO. Vale la pena un reconocimiento al director o a quien se haya encargado del casting. Encontrar a un niño que acompañe este tipo de historias no debe ser fácil. Aquí, el niñito Oliver (Jaeden Lieberher) no sólo resulta creíble sino que es muy dulce. Sin ninguna duda, creemos que es un firme candidato para protagonizar una de esas historias de chicos tristes que le encanta hacer a Spielberg.

4. BANDA DE SONIDO. La música de la película acompaña y es pegadiza. En esta película, hay una escena en la que Murray baila, pero el plato fuerte es el numerito final con la canción de Dylan. 

5. EL GATO. Hay un gato en la historia! Entre tanto caos hay un gato persa que convive con Bill Murray. En un momento de gran vulnerabilidad para Vincent, el niño sabe qué le hará bien a nuestro amigo y le lleva el gato. Cuando Vincent finalmente lo tiene sentado entre sus piernas y lo acaricia su cara lo dice todo. A pesar que se trata de una actuación, esa cara, ese placer y ese amor que cura todo...
Sí, señores...eso es lo que logran nuestros amigos, los gatos.

6. LAS PÉRDIDAS. En un momento de la historia el pequeño Oliver y Vincent hablan sobre las pérdidas de las personas queridas. El niño le da el pésame y le dice a Vincent Lamento tu pérdida, pero Vincent no es la clase de persona que dirá Gracias, sino que hace un planteo más interesante y cito textual: Qué significa esa frase? Por qué la gente repite eso? Es una formalidad, un modismo...por qué nadie se acerca y te pregunta ¿Cómo era ella? ¿La echas de menos? ¿Qué vas a hacer ahora? 
Para pensar...

7. LO DISTINTO. Esta razón dentro del decálogo está relacionada con el cambio. St. Vicent permitió tanto para Melisa McCarthy como para Naomi Watts salir de sus zonas de confort. Las dos se animaron y se jugaron a hacer personajes fuera de lo que están acostumbradas, claro que con distintos resultados. Naomi resultó sobreactuada e insoportable, lo de Melissa ya lo hablamos más arriba, pero en líneas generales rescatamos cuando alguien se anima a hacer algo distinto.

8. EL CAMBIO. Como mencionamos arriba, St. Vicent es una de esas películas de personajes parcos que después ablandan. Todos esperamos el momento de redención de Vicent. Por suerte llega.

9. NO ES SOLEMNE. Si bien en un momento St. Vicent pega un volantazo en la historia y parece que será un dramón, no se queda en ese lugar bajonero. Por eso decimos que no es solemne. No baja línea, simplemente es un traspié, como los que pasan en la vida misma.

10. DISCURSO SOBRE LOS SANTOS. En una entrevista, el director confesó que St Vicent fue inspirada, entre otras cosas, por una tarea que le habían encargado a su hijo en la escuela: elegir un santo favorito y contemporáneo. ¿Se imaginan quién puede ser el santo favorito de Oliver? Ese niño desamparado y sin ninguna presencia masculina en su vida le dedica a Vincent un discurso sensiblero, pero efectivo. Debajo del video a continuación, va un fragmento.



Los santos son seres humanos que honramos por su compromiso y dedicación con los otros seres humanos.
Superficialmente uno podría pensar que mi santo es el candidato menos probable para la santidad. No le agrada a la gente. Es gruñón, irascible y está enojado con el mundo. Bebe, apuesta, maldice, fuma, miente y hace trampas. Es lo que se ve a simple vista. Si profundizas, verás a un hombre más allá de sus defectos.
La mejor manera de describir a St. Vincent es contándoles lo que hizo por mí. Cuando mi mamá y yo nos mudamos aquí no conocíamos a nadie. El Señor Vicent me recibió en su casa cuando no tenía por qué hacerlo, pero lo hizo porque eso es lo que hacen los santos.
Visitamos a su esposa que falleció recientemente. Vin lavó su ropa cada semana durante los últimos 8 años, mucho tiempo después que ya no lo reconocía, porque los santos nunca se dan por vencidos.
Él me enseñó a pelear, a mantenerme firme y ser valiente, a hablar y ser audaz, porque los santos luchan por sí mismos y por los demás para que puedan ser escuchados.
Aprendí a tomar riesgos y a arriesgarlo todo, porque en la vida las probabilidades se pueden volver en tu contra.
El gato de Vin se llama Félix. Él come comida gourmet para gatos mientras Vin come sardinas, porque los santos hacen sacrificios.
Sí, el Señor Vin tiene defectos, graves deficiencias al igual que todos los otros santos que estudiamos, porque después de todo, los santos son seres humanos, muy humanos.
El valor, el sacrificio, la compasión, la humanidad...esas son las características de un santo. En eso, el Señor Vincent no se diferencia mucho de un santo. Por eso, lo postulo a mi amigo y niñero 
St Vincent a la Santidad.


St. Vicent es una película del año 2014 y su director fue Theodore Melfi.

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