20 octubre, 2015

10 buenas razones para ver: Cuatro bodas y un funeral


Hace unas semanas la vecinita bastardeaba a Hugh Grant. Mejor dicho, una película que tenía como protagonista a nuestro chico inglés. Mea culpa. Aunque mantenga mi posición crítica contra su último trabajo en The Rewrite hoy lavamos culpas en el blog. Si bien ya habíamos elogiado a Hugh ACÁ, no está de más un refuerzo. Además, era justo y necesario hablar en el barrio de esta película. 

Cuatro bodas y un funeral, como su nombre lo indica, es una historia estructurada en cinco actos. Charles (Hugh Grant) y su grupo de amigos, solteros y sin compromiso, han llegado a una edad en la que todos sus conocidos empiezan a casarse.  Cada boda los enfrentará a viejos amores, frustraciones, amores no correspondidos, pero también a la ilusión de un nuevo amor.

Si todavía les queda alguna duda, si no recuerdan por qué hay que volver a verla, los invito a que pasen y lean:

10 buenas razones para ver Cuatro bodas y un funeral 

  1. Hugh Grant. En Cuatro bodas Hugh seduce por obra y gracia de su rostro aniñado, sus ojos claros, su tartamudez (un recurso que se volvería su marca) y unas gafas sin ninguna pretensión hipster. Está lejos del rock de Robert Downey Jr. Su clave es fue y será mostrase como un galán torpe y tierno. Hugh es el muchacho inseguro que inspira protección. En Cuatro bodas asiste con pereza a los casamientos de sus conocidos sin perder las esperanzas que llegue alguien que lo deslumbre y lo ayude a salir de la zona de confort. El ambiente de fiesta ayuda a que rápidamente Hugh se enamore, aunque su conquista Carrie (Andie Mac Dowell) tenga cero química con él y con la historia que se cuenta. Una lástima. 
  2. El guión. Richard Curtis merece un lugar en el decálogo porque Cuatro bodas fue sólo el principio de una racha de películas que son joyas para este barrio, a saber: Un lugar llamado Notting Hill (reseñada ACÁ), El diario de Bridget Jones, Realmente Amor y Cuestión de Tiempo. Todas y cada una de ellas se merecen y tendrán siempre un lugar en nuestro barrio. Y por supuesto, en nuestro corazón. 
  3. Los amigos. En todas las historias de Richard Curtis anteriormente mencionadas, los amigos son tan importantes como el protagonista. En Cuatro bodas el grupo conformado por Scarlett, Tom, Fiona, Gareth y Matthew bancan a Hugh en las buenas y en las malas. Como debe ser. 
  4. Un poema y un funeral. Cuando repasen la película y lleguen a la escena del funeral, vale la pena hacer un alto y copiar el poema de W.H.Auden. Esta elección literaria y la sentida interpretación de John Hannah (Matthew) transmiten la desolación y el desconcierto cuando se pierde a un ser amado. 
  5. La banda de sonido. Cuatro bodas incluye canciones lindas que vale la pena volver a escuchar como Love is all around, Stand by your man, But not for me, Chapel of Love, éstos dos últimos en la voz de Sir Elton John. Un clásico inglés.
  6. Kristin Scott Thomas. Ya dimos una razón por los amigos, pero Fiona (Kristin Scott Thomas) se merece un lugar especial  en el decálogo. Ella es la mujer rica con tristeza que sufre en silencio por Charles. Fiona era nuestra elegida por sincera, elegante, distinguida y porque en su lugar nos hubiera pasado lo mismo que a ella: también nos habríamos enamorado de Hugh Grant.  
  7. Los casamientos. En el vecinito celebramos, por sobre todas las cosas, la unión. Quizás esta razón en el decálogo se vuelva personal pero nos encanta que la gente se case, y con el paso de los años también nos emociona, porque participando de la felicidad de los otros revivimos nuestro momento de Sí, acepto. Entonces, ¿Cómo no celebrar una película que incluye tantos casamientos? Es parte del ADN de este barrio. 
  8. Escena de los vestidos de novia. Sabemos que es improbable que suceda y hasta dicen que da mala suerte pero adoro la escena en la que Hugh Grant se encuentra accidentalmente con Carrie. Por primera vez se los ve con ropa informal de sábado, sin casamientos de por medio. Ella le pide consejo sobre su vestido de novia. Comparte con él algo tan íntimo y femenino como eso: un vestido de novia. Post shopping, se sientan a tomar un té y a confesar sus cuitas, y la vida de repente es tan reconfortante como una taza de té, pero a la vez tan cruel como aceptar que la chica que te gusta se case con otro.
  9. Mr. Bean. Muchos conocimos a Mr. Bean gracias a Cuatro bodas. Su aparición no pasó inadvertida. Años más tarde tendría su propio show y roles protagónicos en distintas películas. Quizá, el paso del tiempo hizo que las escenas de Mr. Bean como cura principiante pierdan la frescura de su época. A mi me pasó. Sin embargo, vale reconocer que en los 90 fue toda una novedad y como tal fue gracioso, disparatado y sí, muy inglés.
  10. Mensaje. Cuatro bodas puede ser vista como una comedia menor para pasar una tarde de domingo, pero también como esa película que -con mucho humor de por medio- plantea temas como el miedo al compromiso, el pensar en conformarse con una vida cómoda con alguien aunque no sea esa persona especial que esperábamos, los amores no correspondidos, el miedo a quedarnos solos, la importancia de tomar decisiones en la vida, la pérdida de un ser querido. Cuatro bodas es una pequeña y ligera muestra de todo ésto. 

Cuatro bodas y un funeral es una película del año 1994 y su director fue Mike Newell.

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