31 agosto, 2016

Resumen Agosto: Todos los posteos todos


Vecinitos!

A partir de este mes, el vecinito de enfrente ofrece un nuevo servicio.
Si acaso se les pasó por alto algún posteo, sepan que a fin de mes podrán encontrar tooodos los temas tratados en los links que siguen a continuación.
A saber:

Si quieren volver a escuchar una linda canción, vayan ACÁ

Si quieren saber qué leí, que escuché y qué serie me fascinó en Modo Invierno, vayan ACÁ

Si no se quieren enamorar de mi, vayan ACÁ

Si quieren repasar una y mil veces 10 buenas razones para ser gelatina, vayan ACÁ

Si quieren ser adultos y crecer conmigo, vayan ACÁ

En cambio, si quieren ser niños por siempre, vayan ACÁ

Si quieren celebrar y comer Cremona, vayan ACÁ

Y si quieren ser testigos del duelo Bradshaw vs. Horvath vayan ACÁ y ACÁ


Nos vemos en Septiembre!
Y gracias siempre por pasar por el barrio...

Los quiere,
la vecinita

30 agosto, 2016

Bradshaw - Horvath: el duelo final

Después de pensar, escribir y recordar capítulos, la vecinita tiene claro que existen tantos motivos para amar a Carrie Bradshaw como a Hannah Horvath. 
Pasen, lean y saquen sus propias conclusiones del duelo final: Horvath -Bradshaw. 

El depto
  • Carrie Bradshaw ES ese departamento que amamos en el Greenwich Village, en NY. Es luminoso y femenino. Carrie es salidora pero también pasa tiempo en su casa. Hay capítulos en los que se apoltrona a ver películas en ese sillón noble que hizo Aidan. También adora sentarse frente a la ventana, mientras escribe sus columnas para el diario, y por supuesto, ese guardarropas envidiable que se lleva todos los premios. Aunque la palabra "Moda" está presente en cada rincón del depto de Carrie, no deja de ser cálido. Allí, Mr. Big pasó algunas noches y también vivió Aidan. Es el mismo depto que Carrie abandona para seguir a Baryshnikov a París y el que debe abandonar en la película, cuando Big compra el obsceno penthouse y la magia del depto de soltera queda en el olvido. Por otro lado, el depto de Hannah es lo opuesto al de Carrie Bradshaw; y está bien que así sea porque ahí no vive la fashionista Carrie y sus diseños de autor, sino Hannah y su desorden. En el depto de Hannah hay color, sin embargo parece oscuro y descuidado. Ésto no significa que no esté lleno de vida, por el contrario, mucha gente pasa por allí. Durante la primer temporada, Hannah convive con su amiga Marnie. Luego vendrá su novio Adam y después su ex novio y amigo gay Elijah. Es un departamento que recibe amigos, donde se hacen comidas y se recibe a padres. Hay algún detalle deco, algún mueble vintage que está bien, pero claramente ese espacio no es importante en Girls. Veredicto: El depto de Bradshaw es el ganador, no sólo por el buen gusto sino porque es tan importante como el mismísimo Mr. Big. A tal punto que su fachada es fotografiada por miles de turistas que pasan por NY.
La mudanza
  • Cuando Carrie Bradshaw decide dejar NY lo hace por amor. No sólo deja atrás a la Gran Manzana sino también a Big, a su depto y a sus amigas. Todo por París y su novio Baryshnikov. La oferta era tentadora pero, por más Torre Eiffel de fondo, la mudanza y el romance no funcionan. Cuando Hannah deja su depto en Brooklyn lo hace por una cuestión profesional: se va a hacer un posgrado a Iowa. No sólo deja ese depto desordenado del que hablamos en el punto anterior, también a sus amigas y a su novio Adam que está en un punto alto de su carrera como actor. La protagonista de Girls, igual que Carrie, encara con entusiasmo e ilusión esa nueva etapa en su vida pero las cosas tampoco le salen bien. Veredicto: las dos intentaron una nueva vida y por distintos motivos, no funcionaron fuera de su lugar de pertenencia. Si es por elegir un lugar, Carrie escaló alto de NY a París sin escalas. Lo de Hannah es más modesto, apenas cruzó algunos Estados (Brooklyn - Iowa), sin embargo, en Girls el equivalente a la experiencia de Carrie en París lo vive el personaje de Shoshana en Japón, pero eso es tema de otro post. En definitiva, votamos a Carrie y nos solidarizamos con todas las desgracias que le toca pasar en la Ciudad Luz. 
Las salidas
  • Carrie Bradshaw y sus amigas frecuentaban únicamente lugares fashion, lugares donde la gente hacía cola para entrar. Las chicas de Manhattan nunca esperaban, eran demasiado VIP para estar en una lista de espera. Ya sea gracias a los contactos profesionales de Samantha como RR.PP. o sólo por ser bonitas y llamativas, se ganaban el ingreso al club de moda, la primera fila en la Fashion Week o conseguían una mesa en el restaurant donde todo NY quería ir a comer. Por el contrario, Hannah y sus amigas son indies. Van a lugares under a escuchar bandas o a fiestas organizadas en casas particulares. Si acaso las vemos en algún bar, son de esos en los que los tragos se toman en vasos de plástico (como en la foto) y el porrón de cerveza se toma del pico.  Veredicto: Una de cal y una de arena. Nos gusta el glamour en Sex & the City y lo trash en Girls.
El mejor amigo gay
  • Stanford es el mejor amigo gay de Carrie. Es cariñoso, sensible y más bueno que el pan. Es casi un muñeco de peluche, incapaz de hacerle mal a nadie. Nos da un poco de ternura porque es más bien torpe para encarar a alguien, en parte, producto de su inseguridad. Generalmente no se viste bien y nos llama la atención cómo alguien como Carrie no pueda asesorarlo mejor en el tema. Dejando de lado la frivolidad, nos parece imperdonable que al creador de la serie no se le haya ocurrido una historia mejor para Stanford que juntarlo con su opuesto, Anthony, recién en la olvidable segunda parte de la película de Sex & the City. Claramente, Anthony no era la mejor opción para Stanford, no sólo por caer en lo fácil del tema de los opuestos que se atraen, sino porque no son personajes compatibles. No había química. NADA. La NO historia de Stanford en Sex & the City es un punto flojo de la serie. Por tantos años de fidelidad junto a su amiga Carrie, él se merecía más respeto y no una paparruchada como la de la boda de blanco y Liza Minelli. Una vergüenza.
  • Señores de Sex & the City: saquen lápiz y papel y aprendan de Lena Dunham. Con un poco de suerte, si se atreven, acaso puedan crear un personaje como Elijah, el mejor amigo gay de la protagonista. Allí donde Stanford era un personaje ocasional en Sex & the City, Elijah es tan protagonista como el resto de las chicas en Girls, y cuando no está ¡lo extrañamos! Girls es más Girls con Elijah. No es un secundario. Elijah es una loca mala, lo opuesto a Stanford. Sin embargo, y a pesar de su lengua venenosa, es un dulce de leche que busca enamorarse. Su autora le da el gusto en la quinta temporada y le consigue un candidato encantador. No voy  a spoilear nada porque vale la pena ver el romance de Elijah y la evolución de su personaje. Algo similar pasa con Adam y con muchos de los personajes de Girls. Lena Dunham tiene un talento especial para contar historias y lograr que sus personajes no tan friendly terminen encandilándonos. Digan y piensen lo que quieran: Es un talento. Una grosa. No puedo evitarlo. A diferencia de lo que contaba con Sex & the City, acá se nota el cariño y el respeto con el que Lena trata al personaje de Elijah. Y nos encanta! Elijah puede ser muy cruel pero también es el único que viaja a Iowa a animar a su amiga, el que va a escucharla siempre, el que va a consolarla cada vez que se pelee con Adam y el que descontrole con ella en un boliche cuando quieran aturdirse de sexo, drogas y música electrónica. Veredicto: voto cantado: Elijah es lo más y Horvath gana el punto.
Los padres
  • Hay una sola foto y tiene una explicación: Sex & the City no incluye a los padres de ninguna de las protagonistas. No sólo nunca se muestran, ni siquiera se habla de ellos. Es como si no existieran. Nunca supimos por qué. Quizá, nunca nos lo preguntamos hasta ahora. Es una falla? Es innecesario? Podemos discutirlo o podemos ir directamente al grano y reconocer que Lena Dunham supo equilibrar las problemáticas de un grupo de amigas en la crisis de los 30, el crecimiento, la búsqueda de una pareja, la crisis vocacional y entre tantas otras cosas, el vínculo con sus padres. Mamá y Papá Horvath son un plato fuerte. Si nunca vieron Girls y gracias a este post están reconsiderando la idea (ojalá), sepan que van a adorarlos. Les doy mi palabra. Son una parte muy importante en la serie y en la vida de Hannah. También aparecen los padres hippies de Jessa (Rossana Arquette es su madrastra), brevemente los padres de Shosh y nunca mejor elegida la mamá de Marnie, la regia Rita Wilson (esposa de Tom Hanks en la real life). Y hay una apostilla final: un capítulo adorable en el que conocemos a la abuela de Hannah y amamos a Lena por elegir para ese rol a la viejita June Squibb, actriz fetiche de Alexander Payne, uno de mis directores favoritos. Veredicto: no me dejan opción. Me encantan los papás de Hannah. 
Las amigas
  • Voy a ser breve porque este post es sobre Hannah y Carrie y no sobre el grupo que acompaña, pero al mismo tiempo, es inevitable hablar de las amigas. Como casi todo el mundo, vi Sex & the City hace varios años y fue una de mis series cabecera. Me encanta Carrie y sí, sólo Carrie. Pensaba que me gustaba Charlotte (el resto nunca me gustó demasiado) pero si hoy escucho alguno de sus parlamentos soy capaz de romper el televisor. Y esto pasa si se les ocurre ver Girls. No se trata de una cuestión generacional sino del abordaje de cada uno de los personajes. No se bien cómo pero Jessa, Shoshana y Marnie se volvieron muchísimo más interesantes que Samantha, Miranda y Charlotte. Sólo Carrie Bradshaw me parece perdurable en el tiempo que, para los fines de este post, es lo que más nos interesa. Carrie tiene magia y es capaz de llevar delante la serie, no así el resto. Seguramente, pasa algo parecido en Girls. Nadie como Hannah puede tirar del carro, pero la construcción de sus personajes es más sólida, más interesante, más cruda, más real y descarnada. Veredicto: a veces, las cosas más inesperadas pueden pasar. Samantha, Charlotte y Miranda son más regias y se visten mejor pero Jessa, Marnie y Shosh son más ricas que un vestido de Dolce & Gabanna. Mi punto para Girls
El plan B
  • Ahora sí, déjenme pegarle un par de cachetazos a la Bradshaw. Como anticipara, la vecinita admite cierta debilidad por Aidan, el plan B de Carrie ante tantos desplantes del Señor Big. Si bien sabemos que la historia estaba perfilada para que Carrie se quedara con Big, su novio Aidan fue un caso especial, y tanto fue así que su creador incluyó a este personaje en dos temporadas. Carrie sale con Aidan en la segunda temporada y se reencuentran en la cuarta, pero no sólo se trata de una segunda vuelta. Hay una convivencia de por medio y una proposición de casamiento amorosa y romántica, como es Aidan. El plan B de Carrie es un tipo noble, emocionalmente opuesto a Big. Es un novio bueno, sexy y responsable. Diseña muebles y ¡tiene un perro! Carrie no sólo no simpatiza con el perro que le muerde los zapatos carísimos, sino que termina agobiada por Aidan. No soporta que él prefiera quedarse un viernes a la noche, en el sillón, comiendo pollo frito ni tolera sus manías masculinas de acumulador de frascos vacíos de desodorante. Mucho menos que le pregunte apenas pasa el umbral de la puerta de casa cómo fue su día...en fin, ya sabemos que Carrie debe terminar con Big, pero su historia con Aidan es una luz en la serie y nos parte el corazón. Y sí, si todavía no se dieron cuenta, formo parte del club de Aidan. Forever.
  • Hannah Horvath también tuvo un plan B llamado Fran. Con menos carisma, Fran es una versión principiante de Aidan. Es un tipo decente, cariñoso, con intenciones serias y sobre todo, ama a Hannah con todos sus vicios y sus cosas retorcidas. Sin embargo, cuando Fran aparece en la historia y en la vida de Hannah sabemos que las cosas no van a funcionar. Estamos esperando que Hannah meta la pata una y otra vez y eso sucede. Más de una vez. Es cierto que a Fran no sólo le falta carisma sino también personalidad. Está lejos de hacerle sombra a su rival, Adam. Como dije en la primera parte de este duelo, Adam es un tipo difícil, igual que Hannah, pero con mucha personalidad y ahí, el plan B pierde como en la guerra, se cae a pedazos y Hannah se aburre y las cosas no funcionan, pero en el fondo hubiera sido lindo que le funcionaran. Veredicto: Aunque queramos matar a Carrie, nuestro corazón está con Aidan.

 Conclusión

¿Alguien lleva contabilizados los puntos? ¿Cuántos para Hannah y cuántos para Carrie? Olvídense de la competencia. Amamos tanto a Bradshaw como a Horvath. La primera llegó hace tiempo y nos hizo amar NY, entre tantas otras cosas. La segunda llegó de casualidad, en un momento justo de mi vida y fue una hermosa sorpresa. Hoy, quizá me siento más cercana a Horvath de Girls pero soy capaz de engancharme en algún zapping con cualquier capítulo de Sex & the City y recordar cada detalle. Eso sólo puede pasar con una gran serie y un mejor personaje, como Carrie.
A simple vista puede que sean el agua y el aceite, pero en el fondo de la superficie las dos nos contaron historias de amistad, metidas de pata y grandes amores. Y entonces, el veredicto es único y universal: Amamos a las dos.

Gracias por tanto.

23 agosto, 2016

¿El agua y el aceite? Primera parte


Nunca escribí un post sobre Sex & the City. Hagan la prueba y revisen la etiqueta Series o Personajes. Van a encontrar fotos de Carrie y sus amigas y menciones a su ex novio Aidan (una debilidad de la vecinita), pero nunca un post propio a esa serie que durante cinco años nos contó la vida de Carrie Bradshaw y compañía, su amor por NY y sus idas y vueltas con Mr. Big. 
Girls tampoco tiene un post, pero lo tendrá. La noticia fue preanunciada hace unos meses, cuando una noche de embalaje se me ocurrió poner de fondo la serie creada, protagonizada y escrita por Lena Dunham. Esa misma noche supe que Girls merecía un lugar en el blog y no era un mero ruido de fondo. En el barrio se espera una nueva temporada de Girls con esa mezcla de ansiedad y nostalgia de saber que cuando Hannah y sus amigas vuelvan a la pantalla será el final de serie. 
Están avisados: Girls tendrá post propio, y además consta en actas que será debidamente incluida en el balance serial 2016. Sin embargo, nobleza obliga, es necesario aclarar que no se puede hablar de Girls sin hablar de Sex & the City. Entonces se me ocurrió, ¿por qué no escribir sobre mis amigas Carrie Bradshaw y Hannah Horvath?
¿Son bandos opuestos o son dos caras de una misma moneda? Como su título lo indica ¿son el agua y el aceite? ¿Son incompatibles o se puede bancar a ambas? ¿Se traiciona a una si se banca a la otra? ¿La rivalidad Bradshaw - Horvath les parece imposible? 

Pasen, lean y saquen sus propias conclusiones!
  • Carrie Bradshaw nos cuidó. Si bien no siempre la pasó bien, su visión de las cosas es más amable, menos neurótica y menos enroscada. La vida con Carrie se ve bien desde unos tacazos y gafas color rosa. Hannah Horvath no sólo no nos cuidó, sino que nos mostró que el camino a la felicidad, o a lo que queremos alcanzar, puede estar lleno de escollos. Lo bueno es que Hannah conoce algunos atajos interesantes y a veces, logra correr algunas piedras del camino. Eso sí, las gafas color rosa quedaron pisoteadas entre las piedras. Con Hanna hay que ir camuflada. Veredicto: Sería bueno un equilibrio entre ambas, no les parece?
  • Durante cinco años Carrie Bradshaw nos dio una masterclass de glamour. Aunque a veces no coincida con nuestro gusto, sabemos que sólo ella es capaz de llevar un tocado de pájaro en la cabeza con la misma gracia con la que lleva una remera de Mickey con saco de vestir y stilettos. Hannah es la antítesis de Carrie. Rara vez aparece en un capítulo de Girls comprándose ropa. Es capaz de salir en piyama y botas texanas, pero hay algo único en la protagonista de Girls. Por más impresentable que nos parezca, Hannah reconoce cada uno de los pliegues de su cuerpo antiaeróbico y se acepta y se quiere y habla de eso. Lo escribe y lo dice en su propia serie y lo repite en cada night show norteamericano, con Jimmy Fallon, su amiga Ellen De Generes, David Letterman o en lo de Conan. Nuestra amiga Lena Dunham está segura y afirma que le da más miedo aprender a manejar que mostrar su cuerpo flácido. Veredicto: Amamos el glamour y los outfits de Carrie en Sex & the City, pero amamos más la imperfección de Hannah en Girls. 
  • A Carrie casi no la vemos en la intimidad. Hannah no sólo se muestra, sino que es explícita. No nos vamos a horrorizar por ésto pero es cierto que, a veces, es innecesario. Otras, resulta hasta trágico. Y la mayoría de las veces, es bizarro. Como por ejemplo, cuando Hannah intenta posar sexy para ser foto de celular de su nuevo novio. Veredicto: está vinculado al punto anterior. Está bien mantener cierto pudor y las formas, pero también está bueno aceptarse con todos nuestros defectos a cuestas. 

  • El gran amor de Carrie fue y será Mr. Big, un ejecutivo y hombre de mundo que fue y vino y Carrie bancó, con amor y dolor, cada una de sus desapariciones. Nada lo acobarda en su desfachatez. Big es capaz de plantar a Carrie, literalmente, a un paso del altar. Sin embargo, reconocemos que Big y Carrie nacieron para estar juntos y los responsables de la serie nos dan ese gusto. Por otra parte, el gran amor de Hannah es Adam, una especie de criatura salvaje perdida, un freak que muchas veces nos provoca asco y rechazo. Adam no es rico como Big. Ni siquiera trabaja. Su sueño es ser actor y su objetivo es claro desde el inicio de la serie. Con el correr de las temporadas, Adam logra su sueño a base de estudio y pura autenticidad. Él no nació para ser careta, no es galante pero no por eso deja de ser romántico con su chica. Su vínculo con Hanna es honestamente brutal y en Girls logra lo imposible: convertirse con el tiempo en un galán tierno. Aunque al principio no le demos crédito, Adam será uno de los mejores personajes de la serie gracias a los guiones maravillosos de Lena Dunham. Ampliaremos. Veredicto: Amamos la elegancia y seducción del novio de Carrie. Mr. Big le hace honor a la palabra "Masculino" y entendemos que nuestra amiga de Manhattan caiga una y otra vez en sus brazos. Adam es la versión hipster divertida y zarpada de Big e insisto: tiene un as bajo la manga. Adam madura y en esa madurez, nos conquista. Big es irresistible y, a simple vista, enamora. En la vida real, imitaría a Carrie pero admito que, con un poco de paciencia, Adam es una sorpresa.
  • Carrie Bradshaw escribe una columna en un diario, tiene un breve y terrorífico paso por la revista Vogue y le terminan publicando un libro con sus mejores columnas. Hannah no escribe en un diario como Bradshaw ni en un blog como la vecinita, elige Twitter. Le ofrecen escribir un e-book, logra trabajar en una revista cool como GQ (ese paso es lo más cerca que estará de Sex & the City), y aplica para una Maestría de Escritura en Iowa. Lo curioso es que cuando las protagonistas logran cumplir su deseo vinculado a la escritura (Carrie en Vogue y Hannah con la admisión en el posgrado) no logran escribir cosas buenas, no son felices y de hecho, es cuando peor la pasan. Veredicto: Punto para las dos. Sufrimos con Carrie cuando se frustra en Vogue y amamos el paso de Hanna en GQ y, aunque algo traumática, su breve temporada en Iowa. 
  • Carrie Bradshaw y sus amigas siempre parecen tener tiempo para brunchear, almorzar o ir de tragos. Hannah, ocasionalmente sale de ronda con sus amigas. Veredicto: ¿Carrie no hace nada y por eso siempre se hace de tiempo para esas salidas de amigas o es Hannah quien no logra organizarse para ver más a su grupo? ¿Hannah debe mejorar este aspecto en su vida o es Carrie quien vive la vida loca entre el shopping y el brunch? ¿Cuál es el equilibrio? ¿Ustedes logran combinar con sus amigas para verse todos los días como Carrie o como hace Hannah, se ven cuando pueden y coinciden? Las dejo pensando... 
  • Carrie Bradshaw es una amiga incondicional. Es capaz de salir corriendo por una amiga triste, en piyama y en plena noche de Año Nuevo. A Hannah no se le ocurriría hacer nada parecido. De hecho, todos sus amigos se la pasan refregándole en la jeta su egoísmo. Sin embargo, a los amigos se los quiere como son. Veredicto: Punto para la incondicionalidad de Carrie. 
  • A pesar que las chicas de Sex & the City se la pasan de brunch y hasta se atreven a pedir papas fritas, apenas pican la comida. Hay alguna escena en la que Carrie Bradshaw se atreve a comer un cupcake o una cookie y hasta hornea un pastel que, por supuesto, no prueba. En la foto que ilustra este punto, podemos recordar esa escena triste en París. Aún rodeada de la mejor pattiserie, en uno de las grandes ciudades del mundo para comer rico, decide que el perro merece probar más que ella cuanta delicia tiene ante sus narices. Mientras tanto, Hannah cocina para sus amigos y es capaz de comer un cupcake hasta en su propia bañera, en pleno baño de inmersión. Come en la calle y si tiene ganas va por un helado o por un sandwich de pastrami a la madrugada. Veredicto: Comer es rico y es uno de los grandes placeres de la vida. Después discutamos la dieta, los nutrientes y demás.  No entremos en esa. Hannah come (quizá demasiado) pero preferimos eso y nunca la flacura extrema de Carrie, a pesar que la ropa siempre le quedará mejor a la rubia Bradshaw.
  • Tanto Carrie Bradshaw como Hannah Horvath oficiaron de damas de honor en el casamiento de una de sus amigas y ambos grupos no simpatizaron con la idea. Sin embargo, le dieron el gusto a la amiga que pasaba por el altar. Carrie, Samantha y Miranda estaban elegantes, finas y sobrias. No así el grupo de Hannah Horvath y sus amigas. Los vestidos color lavanda eran un horror y el tema de los peinados y el maquillaje fue grotesco. Veredicto: Gana Carrie y sus amigas por elegancia, aunque si elegimos por el capítulo en cuestión, Girls se lleva todos los premios. El capítulo del casamiento de Marnie y Desi es uno de los mejores y el que marca el inicio de la quinta temporada de la serie.
  •  Tanto Lena Dunham como Sarah Jessica Parker hicieron producciones hermosas para revistas fashion. Fueron retratadas por una gran artista y fotógrafa como Annie Leibovitz. Las dos posaron con sus chicos en la ficción. Pueden buscar el backstage y verán los resultados. Veredicto: Punto compartido. Hermosas las dos.
Continuará...

21 agosto, 2016

Siempre niña


¡Qué suerte tengo!
Aunque el DNI diga otra cosa, y a veces el cuerpo ya no responda como a los 20, se que sigo siendo una niña en mi corazón.
Y así seguiré.
Gracias mamá por criarme así y alimentar siempre mi niña interior.

Feliz día del niño
les desea

La vecinita de enfrente



19 agosto, 2016

Cremona para el mate y para siempre


¿Hay algo más rico que acompañar un mate con una Cremona? Ustedes dirán que es una cuestión de gustos, pero creo que ese invento de la panadería es un clásico y como tal, pocas veces falla. 
Algo así me pasa con ella cada vez que la miro. La colorada de la foto se llama Cremona, y no sólo me acompaña a la hora del mate, sino cada día de mi vida. Nació para ser mi compañera, mi amiga incondicional, mi maestra. Cremona me enseña a diario y yo la escucho. Ella sabe lo que es sufrir porque pasó muchas, pero la vida le dio revancha. 

¿Se acuerdan cuando escribí ESTE post lacrimógeno? Pensaba que tenía que despedirme de Lasagna, ese era su nombre cuando esperaba en una jaulita que alguien la adoptara. Por suerte, la historia tuvo su happy end y llegó ESTE post, y la vida me besó en la boca porque me premió con Cremona.  
Se que Cremona es un premio, un regalo de esta vida. La forma en que llegó fue mágica, como debe ser el AMOR. Nos gustamos. Nos enamoramos a primera vista. Nos quisimos desde siempre. Nuestro destino era estar juntas. 
Somos nuestra propia comedia romántica.
Este finde, en el barrio, se festeja con atún el primer año de convivencia con la gorda batata de la foto. Hace un año, Cremona llegaba para ganarse mi corazón a puro grito y ronroneo. Yo era su groupie y ella la rockstar.
Hoy, es parte de mi familia. 
Un amor incondicional.

GRACIAS TOTALES a esa hermosa comunidad llamada GATITOS DE LA SARMIENTO por el trabajo diario que hacen para sacar delante casos difíciles como el de Cremona y tantos otros michis que esperan su oportunidad. Gracias a nuestra tía favorita, Barbie, porque supo escucharnos, porque confió en mi y porque levantó el tubo para que vaya corriendo a buscar a esa colorada loca y gritona que hoy me acompaña con su bandana al cuello para la foto de ocasión.

Si están pensando en llevar una Cremona de la panadería sepan que no van a arrepentirse, aunque no puedo garantizarles que sea tan deliciosa como la que tengo en casa.
Y nunca está de más el siguiente mensaje:

No Compren! Adopten un gato o un perro de un refugio. No se pierdan la posibilidad de darle un verdadero hogar a un animalito que sufrió en la calle o con una familia que no se hizo cargo. Ustedes van a llenarse de amor. Ellos, se lo van a agradecer toda la vida y van a ser muy felices juntos.

Palabra de Cremona, Plata, Brie y la vecinita de enfrente.

16 agosto, 2016

10 buenas razones para ver: La boda de mi mejor amigo


Dedicado a Loli. Ella sabe por qué.


Las películas de bodas pueden ser un vicio, aún con sus clichés de siempre. Novios enamoradísimos, amigas de la novia que acompañan, amigos del novio que lamentan la pérdida de un macho de la manada, compromisos nupciales y muchas dudas que aparecen previo al happy end. Inseguridades, fobias, peleas. De repente, alguna de las partes involucradas parece olvidar cuándo y por qué tomó la decisión de aceptar por esposa/o a esa persona que tiene a su lado. La boda de mi mejor amigo tiene eso y un plus: una rompebodas. En esta película los tortolitos se adoran. La rompebodas, como su nombre lo indica, oficia de villana, quien siembra la duda, quien mete la cola, genera tensión y provoca el caos.
Aunque esta interpretación es sólo una posibilidad. La otra, es pensar y creer que cuando una mujer desea algo con todas sus fuerzas, no hay obstáculo que la detenga.

Julianne (Julia Roberts) y Michael (Dermot Mulroney) son amigos. Como todos los amigos, coleccionan anécdotas divertidas y momentos tristes. A pesar de sus trabajos y la distancia, saben que siempre podrán contar el uno con el otro. Michael toma la posta y contacta a su amiga para avisarle que se enamoró fuerte de Kimberly (Cameron Diaz) y decidió casarse con esa chica de buena familia capaz de acompañarlo hasta el fin del mundo, sólo que no puede hacerlo sin su amiga del alma, la única capaz de entender la locura romántica de un casamiento organizado en tiempo récord.
Julianne, celosa y posesiva, no está dispuesta a perder a su mejor amigo del que reconoce estar enamorada. Su objetivo será pasar las últimas horas de soltería con su amigo, evitar la unión y lograr que Michael se enamore de ella.

¿Todavía creen que las películas de bodas existen sólo para ver lindos vestidos?
Comprueben lo contrario y lean:

10 buenas razones para ver La boda de mi mejor amigo

  1. Julia Roberts. No importa qué tanto nos guste Julia Roberts, siempre fue y será glamorosa. Llamativa, de gracia natural, la Roberts tenía asegurado el primer lugar en este decálogo. Durante mucho tiempo fue una de las mejores actrices pagas. No se si seguirá manteniendo el podio, pero esa comodidad económica seguramente hizo que la estrella se retirara al rancho familiar en Texas y eligiera de manera exquisita su participación sólo en contados proyectos cinematográficos. Hoy, sacamos del arcón de los recuerdos a esa mujer graciosa y encantadora que supo ser en películas románticas como La boda de mi mejor amigo. Desde su metro ochenta y pico, y con esa cabellera despeinada, parece llevarse el mundo por delante. Julia nos conquista no sólo por ser Julia, sino porque se sabe villana y es divertida. No le va a llorar la carta a su mejor amigo. Al menos, no hasta el final. Viaja para acompañarlo en la previa al compromiso, para conocer a su rival, destruirla y quedarse con el novio. Es maquiavélica, y en su carrera por robarse al amigovio, termina lastimando a quien más quiere. A veces, como Julianne, pegamos manotazos de ahogado y nos terminamos hundiendo. Por suerte, como la protagonista de la película, somos capaces de salir a flote y aceptar lo que la vida nos tiene preparado. En La boda de mi mejor amigo Julia no sólo nos muestra el poder de seducción de las mujeres, sino también nos enseña a aceptar las derrotas. Es una amiga completa.
  2. Ruppert Everet. Es un caso extraño. Su elegancia y su carisma podrían haberle abierto más puertas. Sin embargo, su carrera cinematográfica fue fugaz. Una pena. En La boda... Ruppert es George, el mejor amigo gay de Jules. Es ese amigo capaz de tomar un avión sólo para hacer la reír, para intentar salvarle el pellejo, para darle el valor suficiente para encarar los problemas y también, la voz racional que le predica cómo terminarán las cosas, aunque a veces no nos guste escucharlo. 
  3. Cameron Díaz. La rubia Cameron puede ser avasallante para algunos y terriblemente aburrida para otros. Ustedes eligen de qué lado están. En La boda...es esa nena de papá capaz de seguir a su fidancé donde sea, al punto de postergarse. En este barrio no nos gusta esa imagen, posiblemente la de Julia tampoco sea la ideal, pero Cameron está al borde del ridículo. Por mencionar un ejemplo, y después de una seguidilla infernal de maldades, la rubia es tan linda, tan buena y tan rubia que es capaz de apuntar y tirar su ramo de novia a su peor enemiga! Hay muchas incoherencias y contradicciones en su personaje. Sin embargo, Cameron juega su rol y sale airosa. Para nosotras, ella representa esa clase de mujer que llamaríamos "mosquita muerta", la misma que se queda con el hombre que amamos. Por eso y por muchas cosas más, seguimos bancando a Julia.
  4. Escena del bar de langostas. La boda...tiene grandes escenas. Una de ellas trancurre en un bar de langostas e incluye, nuevamente, a Ruppert Everett. Como dije en la razón Nº 2, George viene a desdramatizar el asunto, a ponerle humor a los problemas y sí, también a robarle protagonismo y encanto a la Roberts. Él se las gana. En el bar de langostas, con la familia de la novia presente, es capaz de inventar una mentira más por su amiga y lograr que todos terminen coreando I say a little prayer. George es casi un hada madrina, un ángel de la guarda que aparece para alivianar los problemas.
  5. La banda de sonido. El soundtrack es lindo e incluye canciones como What the world needs now is love, I'll never fall in love again y You don't know me, pero el tema de Tony Bennet se gana todo el protagonismo. The way you look tonight es el tema que Julia baila con su amigo, la última tarde de soltería. El mismo tema que terminará bailando con su futura esposa. Sí, la vida también puede ser así de ingrata.
  6. Ésto también, pasará. Hay una escena en la que Julia sabe que la fregó. No hay retorno. En la soledad de un pasillo de hotel fuma en soledad, en un piso no apto para fumadores. Un empleado del hotel irrumpe en la escena y le indica que está transgrediendo las normas. Sin embargo, no sólo termina apiadándose de la villana, también prueba el cigarillo y le deja un consejo, una frase que su abuela le repetía cada vez que estaba atravesando un mal momento. Ésto también pasará, es la frase que hará sonreír tristemente a Julia. Cada vez que veo esta escena, evoco una famosa frase de William Shakespeare que aprendí en mi casa: Aún en los días más borrascosos, las horas y el tiempo pasan. Es como un mantra. No dejen de repetirlo. No es necesario que hagan maldades extremas como la Roberts. 
  7. Creme broule vs. gelatina. Hay comparaciones que mejor no hacer. La boda, entre otros aciertos, incluye un diálogo brillante entre Jules y Kimberly. Las cosas están mal. Kimberly no sabe qué hacer para recuperar a su novio a pocas horas de pasar por el altar y Jules, experta en crítica gastronómica, se le ocurre la metáfora de la creme broule y la gelatina. En su intento desesperado por quedarse con el novio, describe de manera exquisita al postre francés. La creme broule es suave, es dulce, es ese postre deseado que querés pedir en ese restaurante, es insoportablemente perfecta...es Kimberly. Sin embargo, no todo en la vida es como la creme broule. Jules piensa que Michael no siempre va a querer pedir ese postre tan perfecto. Michael también puede querer comer gelatina. Él sabe que nunca será como la creme broule, pero parece sentirse cómodo con la gelatina. Jules representa esa comodidad, esa frescura. Kimberly, casi asqueada, se pregunta cómo Michael puede preferir gelantina existiendo la creme broule. Y a pesar del asco que le provoca un postre tan berreta, sabe que tiene que dejar la perfección de lado y ser gelatina. Entiende la metáfora y dice Tengo que ser gelatina. Jules no puede creer lo que está escuchando. Se horroriza, levanta la mano y dice esa frase perfecta que quedará para la historia de la comedia romántica: La creme broule NUNCA podrá ser gelatina. Ya saben vecinitas: no fijan ser algo que no son. Algunas de nosotras seremos gelatina. Otras, creme broule. En la variedad está el gusto.
  8. Si amas a alguien. Con esta frase no hago referencia al famoso tema de Sting, sino a la conversación que mantienen estos dos amigos cuando deciden pasar juntos la última tarde de soltería. Jules escucha a su amigo, lleno de ansiedad, a pocas horas de dar el Sí. Hablan del estado civil, de la locura previa a los días del casamiento y también, en ese paseo pluvial, se dicen que Si amas a alguien se lo dices, y lo haces de inmediato, en voz alta. De lo contrario, ese momento pasa de largo y se va. Jules llora en el hombro de su amigo. Está a punto de perderlo y lo sabe. Con su metro ochenta y pico, su cabellera despampanante y todo el glamour del mundo no se atreve a confesarle su amor. Ya saben, si están pensando en hacer una confesión, aprovechen el momento. No terminen como la Roberts, llorando en el hombro de su chico.
  9. Amor-Amistad. Tiene todo. La boda de mi mejor amigo es un combo, un 2x1. Hay amor, amistad, hay una persecución, un intento de detener una boda, nostalgia de historias compartidas con un amigo que está por dar un paso importante en su vida, hay celos y hay reconciliación. En este caso, no aplica el que mucho abarca poco aprieta. La boda tiene todo eso y logra un equilibrio.
  10. Final. No es mi intención spoilear el final, pero incluye a Ruppert Everett. Y hay baile y está bien que así sea. Las penas se sobrellevan mejor bailando con un buen amigo al lado.

La boda de mi mejor amigo es una película de 1997 y su director fue P.J.Hogan

09 agosto, 2016

Crecer


Crecer no siempre significa saber cruzar solo la calle,
tener la edad suficiente para votar,
sacar la licencia de conducir,
cambiar pediatra por médico clínico,
dejar de ir a la matiné y trasnochar.
Crecer también es buscar hasta encontrar el mate ideal,
ese que te identifica.
Un mate sin tanta historia detrás, sin tantos recuerdos.
Un mate nuevo, a estrenar.
Y un libro que te haga reír y llorar al mismo tiempo.
De eso también se trata crecer.
Al menos, para este barrio.

Gracias a Julia de Qué Cucada por su atención y su calidez, quien sin saberlo, con sus creaciones que ilustran el post de hoy, contribuyó a embellecer mis tardes de mate y crecimiento.

08 agosto, 2016

No te enamores de una mujer que ama con locura a los animales

Hace un rato me enteré que hoy, 8 de Agosto, es el día internacional del gato. Como se imaginarán, si bien hay posteo mañana, la vecinita no puede pasar por alto esta fecha. 
Hay quien dice también que el verdadero día del gato es el 20 de febrero. Lo cierto es que no importa la fecha calendario. Celebren todos y cada uno de los días que pasan en su compañía. Es un lujo. Una bendición. Son amigos incondicionales. Son familia. Son TODO. 
Este barrio, según la ocasión, le ha dedicado posteos amorosos a Malena, Platita, Brie y Cremona. Sin embargo, no alcanzan las palabras. Nada de lo que pueda decir acá es comparable a lo que se vive al lado de ellos. Por eso, hoy tomo prestadas estas palabras de un autor desconocido. Si alguien lo conoce ¿me avisa quién escribió esta maravilla?

Si bien hoy es el día de los michis, sepan que también aplica para perritos.


Jamás te enamores de una mujer que ama a los animales con locura, básicamente porque está loca y no es broma.
Ella cree en el amor verdadero y no renuncia a eso.
Ella sabe que cuando vuelve a casa, después de la jornada laboral, hay un amor incondicional que la recibe con felicidad y la besa efusivamente.
Ella está convencida que un paseo al aire libre un día de sol o bajo la lluvia es alegría.
Cree firmemente que, como los lobos en la manada, su compañero puede amarla y protegerla visceralmente. SIEMPRE.
Ella adora escuchar los sonidos del silencio con la respiración de su gato/perro como única música, y buscará lo mismo.
Ella puede enseñarte cómo encontrar la paz en una simple caricia, en una mirada cómplice.
Siente que la fidelidad no es un peso, sino algo natural, lógico y sobreentendido.

No te enamores de una mujer que ama a los animales con locura.
Entiende cuando algo no está bien antes de decirlo por su sexto sentido, pero más por su extrema sensibilidad.
Puede ser dulce como un cachorro y combativa como una leona.
Ha descubierto sentimientos tan nobles e ideales en sus animales que le recuerdan los cuentos que leía de chica, y pretende encontrarlos en las personas.
Esa mujer está loca y puede correr poniendo en riesgo su integridad por esos animales que ama.
Puede reír de la nada y conversar en la comunión de las miradas a la hora de la siesta. 

No te enamores de una mujer así porque sabe sobre la reciprocidad, la nobleza, la entrega, el estar en las buenas y en las malas, el sentimiento puesto en demostraciones sin límites o en largas quietudes.
Siempre será un poco ridícula, desaforada y vehemente.
No le importarán los pelitos en su ropa oscura, será para ella trofeos y motivo de orgullo.
Llorará a mares cuando su animal se vaya y deberás respetar su duelo.
Priorizará el bienestar de sus hijos peludos al momento de las vacaciones.
Tendrá en sus perfiles y teléfonos un 99% de fotos de sus pequeños y quizá, ninguna tuya.
Su intensidad hace que si te enamoras de ella no puedas olvidarla, aún dejándola.
Tiene alma de madre, aunque no lo sea.
Tiene un instinto de protección feroz.
Pedirá todo porque cuando ama, sabe dar todo.
Ha aprendido a amar en un presente perfecto, porque así es el vínculo que la une a su mejor amigo.

No te enamores de una mujer así
Su locura es una enfermedad transmisible, y si con suerte no eres inmune, terminarás contagiándote.

Feliz día, hermosuras. Sepan que es un lujo compartir mi vida con ustedes.
Las amo.

05 agosto, 2016

Un libro, un disco y una serie: Modo invierno

Dicen que este invierno fue crudo, húmedo y frío. Y algo de eso hay. Sin profundizar en la cuestión estadística y meteorológica, seguramente, muchos de ustedes habrán sacado del fondo del placard el gorro de lana con pompón, los guantes y la camiseta térmica. Durante las primeras horas de la mañana, habrán jugado como chicos con el humito que sale por la boca y a la noche, al final del día laboral, se habrán premiado con una comida potente, de esas que calientan el cuerpo y el espíritu. Y si no hicieron naaaada de todo eso, todavía están a tiempo. El calendario dice que todavía queda algo así como un mes y medio de invierno. Y antes que se termine, la vecinita vuelve a un clásico de este blog. Pasen y lean!

Un libro, un disco y una serie
Modo invierno

Un libro
Busco un amigo
Mori Ponsowy

Busco un amigo llegó a mis manos en plena época navideña.  Me habían regalado dos libros iguales y uno debía ser reemplazado. Osea, fue producto de un cambio. Uno de esos cambios que salen bien porque sabía que existía esta novela y encaré la búsqueda hasta encontrarlo. Hace un tiempo me había llamado la atención la portada, la contratapa y por supuesto, las primeras hojas que me había encargado de leer a la ligera. En ese momento, supe que el libro de Mori Ponsowy había pasado a formar parte de la lista de libros pendientes de compra.
Busco un amigo fue el primer libro leído este año y se me ocurre que volveré a releerlo antes que termine porque, entre otras cosas, es una lección de optimismo y de humor. Es la historia de Amelia, una chica que bien podría ser nuestra amiga. Tiene treinta y pico, es traductora y está soltera. Le gusta definirse como una persona sensible, atractiva y femenina, amante del vino tinto, los libros, el cine y su casa. Amelia es un buen partido y lo sabe, sólo que debido a su trabajo independiente no suele frecuentar lugares donde pueda conocer a alguien. Entonces, en lugar de anotarse en el típico curso de cocina, Amelia hace algo mucho más valiente: publica un aviso clasificado en el diario de mayor tirada y titula: Busco un amigo. 
Kamikaze como pocas, se enfrenta a una chorrera de mails y de personajes que van de lo convencional a lo freak. Desde un enano a una viejita de geriátrico que quiere seguir la evolución de su proyecto. Desde un músico con un reptil por mascota a un poeta, por sólo mencionar algunas de sus experiencias.
Busco un amigo parodia las comedias románticas que tanto amo, incluye viaje a New York, pero no sólo se centra en la búsqueda de ese amor de película, también se hace un hueco para contar el vínculo amoroso de Amelia con su abuela Enriqueta, una mujer con la que compartió horas de cine, lecturas y salidas. 
Están avisados. Busco un amigo viene a decirnos que, a veces, cuando salimos en busca de una cosa, es posible encontrarnos con otras de igual intensidad, pero distintas. 
Y eso puede ser muy bueno.

Un disco
Mercury Falling
Sting

No hay disco más invernal que Mercury falling y no sólo por las fotos hogareñas color sepia que siempre quedan bien. Y si hablamos de Sting, mucho mejor. Aunque es sabido que Sting va con todo y nada puede quedarle o sentarle mal.
Dejando mi fanatismo de lado, Mercury Falling es el disco ideal para pasar el invierno. Junto con un par de discos más es MI disco. Intimista en todo el sentido de la palabra. Es para reposar, diría, meditar con uno mismo. Menos una, todas las canciones fueron escritas y compuestas por Sting. En aquel momento, Let your soul be your pilot fue el tema de difusión que escuchamos hasta el cansancio. Excepto ese tema, el disco más bien fue anticomercial y por supuesto, poco entendido por los críticos musicales que esperan siempre tener de qué hablar por los siglos de los siglos. Por suerte, esa parte me tocó a mi. Pasaron 20 años desde el lanzamiento de Mercury Falling y para mi nunca pasará de moda. Nunca voy a dejar de amar a Sting cuando canta en francés La belle dame sons regrets, I was brought to my senses o You still touch me, y pensar y sentir lo que él canta allí. Hasta en mis pesadillas, todavía me abrazas.  
Siempre será mi banda de sonido personal. Y Sting, uno de mis favoritos. 
Siempre.

Una serie, LA serie
Stranger Things
Netflix

Steven Spielberg todavía debe estar babeando. Stephen King lo mismo. Y nosotros, en el barrio, con un apellido más modesto y menos conocido que estos dos monstruos que adoramos, todavía no podemos creer lo que nos pasó con Stranger Things. 
Fue amor a primera vista. 
Fue nostalgia.
Fue miedo.
Fue mi infancia. 
Fue ET, Los Goonies, La cosa, Cuenta conmigo y Alien.
Fue un libro gordo de Stephen King comprimido en 8 capítulos que se ven demasiado rápido.
La pregunta del millón es: ¿me puede gustar Stranger Things si no me gusta nada de todo lo anterior? A ver, vecinitos, con una mano en el corazón, les tengo que decir que si fueron niños en los nostálgicos 80, si en un zapping aparece ese extraterrestre que repetía Teléfono Casa y no pueden dejar de verla, si tampoco pueden resistirse a las historias de un grupo querible de chicos que bancan la amistad por sobre todas las cosas, si admiran la obra del Rey King, si quieren volver a escuchar a Toto, The Clash, Joy Division, The Bangles o New Order y recordar la cara sin cirugías de esa mujer un poco olvidada que fue y es Winona Ryder, entonces no pueden dejar de ver Stranger Things
La serie transcurre en uno de esos pueblitos donde nunca pasa nada. Hasta que empieza a pasar. Will es el niño que una noche, después de jugar con sus amigos, desaparece en circunstancias misteriosas. Sus amigos, en bicicleta (detalle no menor), nunca dejarán de buscarlo. Su madre, menos. Sobre todo cuando descubre que puede comunicarse con su hijo a través de la electricidad y es capaz de transformar su casa, triste y gris, en un arbolito de navidad permanente. 
Y no olvidemos, por favor, que Stranger Things es Eleven, esa nena de cabeza rapada con poderes sobrenaturales, capaz de escapar de un laboratorio siniestro, que aparece en la vida de los chicos para cambiarles su realidad y robarnos el corazón. Y el de Mike, también.  
Parece mentira pero sólo pasaron dos semanas del estreno de Stranger Things en Netflix y es trending topic. Todos hablan de la serie de los hermanos Duffer, de 32 años, que según dicen crecieron en los suburbios de Carolina del Norte, alimentados por los libros de Stephen King, las películas de Spielberg y de Carpenter. Ese era su "combustible espiritual", esas historias los definieron y fueron fuente de inspiración. Hoy, con Stranger Things le rinden su homenaje. 
Y ese homenaje es tan sentido, tan nostálgico y está tan bien escrito y dirigido que no nos da bronca cuando vemos una escena que parece sacada de Alien, Cuenta conmigo o ET. Todo lo contrario, se nos pianta un lagrimón. 

Por suerte, la nostalgia tiene un poco más de cuerda. 
Habrá segunda temporada.
Gracias por tanto en tan poco tiempo.

Nos volveremos a encontrar con esta sección en Primavera!
Buen finde, vecinitos!

01 agosto, 2016

Bienvenido, Agosto


Hace un tiempo descubrí que me gusta arrancar un nuevo mes en el blog con música.
Un nuevo mes me hace pensar en un cuaderno en blanco. Listo para estrenar nuevos sueños, nuevas aventuras.
La vecinita les desea que Agosto los reciba con los brazos abiertos y sobre todo, que sea brillante y hermoso, como este video.
Feliz Agosto, vecinitos!
Nos reencontramos el viernes con nuevos posteos!