31 octubre, 2015

King y el cine de antes


Soy de la época que no había cines en los shoppings. Mejor dicho, no había shopping.
Te podían pedir DNI para certificar tu edad antes del ingreso a la sala.
No había salas de 12 filas. Todas las salas eran enormes. 
No existía el dolby digital ni el 3D ni salas premium donde apoltronarse o comer una hamburguesa mientras se proyecta la película. 
Había un acomodador que te llevaba a la butaca y te entregaba un programa.
No había baldes de pochoclos (qué suerte), había chocolateros. Vestían de traje y llevaban una bandeja de madera, ancha y pesada, llena de maní con chocolate, caramelos confitados sugus y otras delicias de mi infancia. 
No había celulares ni otra distracción que alterara el momento único de estar en una sala de cine a oscuras. 
La gente no hablaba en la sala ni comentaba la película. El silencio era ley. 
Y por último, la gente aplaudía. Cuando terminaba la película, expresaba con un aplauso su entusiasmo.

Las cosas cambiaron. 
Hoy quedan pocas salas en los barrios. La mayoría están dentro de importantes centros comerciales. 
La gente compra golosinas en los candy-bar, baldes enormes de pochoclo o inclusive, nachos con un queso de calidad dudosa.
Los teléfonos celulares ya no se apagan, se silencian. Las pantallas se iluminan ante mensajes de whatsapp o avisos de redes sociales.
La gente habla y comenta la película. 

Sin embargo, a pesar de todas estas contras, no puedo dejar de ir al cine.  
Mamá me acostumbró a la oscuridad de las salas desde bebé y hoy sigo eligiendo ver las películas de mi interés en una sala con pantalla grande. 

Hace muchos años atrás, cuando no hablaba de películas de amor ni escribía sobre mis "amigas" Cameron Díaz o Amy Adams, cuando todavía no sabía quién era Nora Ephron, sí sabía quién era Stephen King. Puede decirse que era una vecinita "tenebrosa". Había visto varios libros de King en casa pero no me atrevía a leerlos. Era la época del VHS y en el videoclub de barrio había un surtido interesante que agotar antes. 
Hasta que se estrenó Cementerio de Animales. 

Con toda la mística antes descripta, con ese clima tan especial de ir por primera vez con amigas al cine, con esa idea de sentirnos grandes y adultas, y con ese fervor y entusiasmo fuimos a ver Cementerio de Animales
Hace poco volví a verla. La historia es muy buena, pero no se si es tan genial como otras. Seguramente, el paso de los años hizo que perdiera un poco de brillo.

Como sea, tenemos un cariño especial por Stephen King. 
Es retorcido y está loco, pero así lo queremos.
Por eso hoy, con la excusa de la noche de brujas, el blog sacó este recuerdo del cajón de Pandora.

Si pueden y aguantan, no dejen de ver algo de su obra. 
Y por una vez, sean buenos y traten de apagar celulares y eviten los pochoclos.
Aún en sus casas.

23 octubre, 2015

Porque es un buen compañero


Hola Gaby, soy tu blog.

Hoy decidí tomar la posta antes que me ganes de mano y decidas contar alguna película de esas que te gustan tanto o recomiendes alguna feria de fin de semana.
No se si te acordás pero hoy cumplo 8 años. Me acuerdo que le preguntaste a tu querida amiga P. cómo podías crearme, qué pasos tenías que seguir. Ella te orientó y te guió para que hoy esté acá, con vos y con todos los vecinitos que pasan por nuestro barrio.

Es un lugar común decir que el tiempo pasa volando, pero es así...pasaron 8 años. Tuve que ir al historial y revisar cuál era el post más antiguo, cómo empezaba a escribirse esta historia. ¿Te acordás? El post se llamó Poder chilango, güey. Llegaste encendida del recital de esa banda mexicana que te hipnotiza y el post fluyó, como pasa cada vez que decidís escribir sobre las cosas que te gustan. 

Juntos pasamos momentos buenos y malos. Te vi llorar cuando murió tu nona querida y te vi feliz cuando faltaban días para dar el SI con el vecinito. Te vi emocionada cuando llegó Plata a tu casa, cuando se sumó la pequeña Brie, TU gata, y por último cuando pensabas que el mundo conspiraba en tu contra cuando la colorada Lasagna, hoy Cremona, había encontrado un adoptante que no eras vos. 
Por suerte, la historia fue otra y hoy son tres gatas locas que se reparten tu cariño y el del vecinito.

También durante estos 8 años te acompañé a ferias, al cine, al teatro, a comer y conocer nuevos lugares, y me encanta cuando todo esto sucede porque después, al momento en el que te sentás a escribir, volvemos a revivirlo juntos.
Compartí con vos la alegría y nacimiento del emprendimiento familiar, En el nombre del Gato. Se que tu mamá y socia es quien confió en vos y juntas son una topadora.
Se que todavía te gusta sentarte en un café a planear los post, aunque muchas veces surgen en tantas horas de viaje camino al trabajo. 
Se que muchas veces pensaste en dejarme, inclusive alguna vez lo escribiste, pero rápidamente descartaste la idea. 
Hay mucho para contar, muchas más cosas por ver, probar, sentir, vivir...
No quisiera que vuelvas a tener esas ideas abandónicas en la cabeza. Este espacio lo construimos entre los dos, y si llegamos hasta acá estoy seguro que vamos a llegar más lejos todavía.

Podés cambiarme la paleta de color, el diseño, la tipografía...pero siempre voy a seguir siendo tu blog. Cada vez que quieras contar algo, acá voy a estar. Se que hay momentos en los que me ponés en modo pausa y lo acepto sin rencores. Respeto tus tiempos, tus ganas, tus necesidades y los vecinitos también lo hacen. 

Es lindo cuando ellos nos saludan, no? A mi me gusta mucho cuando nos mandan mails y nos dicen que es una suerte habernos encontrado. 

Creo que es una suerte haberte encontrado, que estés del otro lado, que todavía tengamos ganas de seguir viéndonos la cara, pensando temas, secciones y algunas cosillas con vistas al año que viene. 
Se que hoy vamos a festejar, a brindar por nuestras vidas, por las nuevas ideas y vamos a pensar todo lo que nos queda por hacer...

Se que vas a llegar al barrio y te vas a alegrar tanto como yo, porque juntos pudimos sostener algo tan bueno como este blog durante 8 años! 
Y yo, como tantos otros que nos leen, estamos junto a vos. 

Gracias vecinitos por seguir ahí!
Feliz fin de semana!


20 octubre, 2015

10 buenas razones para ver: Cuatro bodas y un funeral


Hace unas semanas la vecinita bastardeaba a Hugh Grant. Mejor dicho, una película que tenía como protagonista a nuestro chico inglés. Mea culpa. Aunque mantenga mi posición crítica contra su último trabajo en The Rewrite hoy lavamos culpas en el blog. Si bien ya habíamos elogiado a Hugh ACÁ, no está de más un refuerzo. Además, era justo y necesario hablar en el barrio de esta película. 

Cuatro bodas y un funeral, como su nombre lo indica, es una historia estructurada en cinco actos. Charles (Hugh Grant) y su grupo de amigos, solteros y sin compromiso, han llegado a una edad en la que todos sus conocidos empiezan a casarse.  Cada boda los enfrentará a viejos amores, frustraciones, amores no correspondidos, pero también a la ilusión de un nuevo amor.

Si todavía les queda alguna duda, si no recuerdan por qué hay que volver a verla, los invito a que pasen y lean:

10 buenas razones para ver Cuatro bodas y un funeral 

  1. Hugh Grant. En Cuatro bodas Hugh seduce por obra y gracia de su rostro aniñado, sus ojos claros, su tartamudez (un recurso que se volvería su marca) y unas gafas sin ninguna pretensión hipster. Está lejos del rock de Robert Downey Jr. Su clave es fue y será mostrase como un galán torpe y tierno. Hugh es el muchacho inseguro que inspira protección. En Cuatro bodas asiste con pereza a los casamientos de sus conocidos sin perder las esperanzas que llegue alguien que lo deslumbre y lo ayude a salir de la zona de confort. El ambiente de fiesta ayuda a que rápidamente Hugh se enamore, aunque su conquista Carrie (Andie Mac Dowell) tenga cero química con él y con la historia que se cuenta. Una lástima. 
  2. El guión. Richard Curtis merece un lugar en el decálogo porque Cuatro bodas fue sólo el principio de una racha de películas que son joyas para este barrio, a saber: Un lugar llamado Notting Hill (reseñada ACÁ), El diario de Bridget Jones, Realmente Amor y Cuestión de Tiempo. Todas y cada una de ellas se merecen y tendrán siempre un lugar en nuestro barrio. Y por supuesto, en nuestro corazón. 
  3. Los amigos. En todas las historias de Richard Curtis anteriormente mencionadas, los amigos son tan importantes como el protagonista. En Cuatro bodas el grupo conformado por Scarlett, Tom, Fiona, Gareth y Matthew bancan a Hugh en las buenas y en las malas. Como debe ser. 
  4. Un poema y un funeral. Cuando repasen la película y lleguen a la escena del funeral, vale la pena hacer un alto y copiar el poema de W.H.Auden. Esta elección literaria y la sentida interpretación de John Hannah (Matthew) transmiten la desolación y el desconcierto cuando se pierde a un ser amado. 
  5. La banda de sonido. Cuatro bodas incluye canciones lindas que vale la pena volver a escuchar como Love is all around, Stand by your man, But not for me, Chapel of Love, éstos dos últimos en la voz de Sir Elton John. Un clásico inglés.
  6. Kristin Scott Thomas. Ya dimos una razón por los amigos, pero Fiona (Kristin Scott Thomas) se merece un lugar especial  en el decálogo. Ella es la mujer rica con tristeza que sufre en silencio por Charles. Fiona era nuestra elegida por sincera, elegante, distinguida y porque en su lugar nos hubiera pasado lo mismo que a ella: también nos habríamos enamorado de Hugh Grant.  
  7. Los casamientos. En el vecinito celebramos, por sobre todas las cosas, la unión. Quizás esta razón en el decálogo se vuelva personal pero nos encanta que la gente se case, y con el paso de los años también nos emociona, porque participando de la felicidad de los otros revivimos nuestro momento de Sí, acepto. Entonces, ¿Cómo no celebrar una película que incluye tantos casamientos? Es parte del ADN de este barrio. 
  8. Escena de los vestidos de novia. Sabemos que es improbable que suceda y hasta dicen que da mala suerte pero adoro la escena en la que Hugh Grant se encuentra accidentalmente con Carrie. Por primera vez se los ve con ropa informal de sábado, sin casamientos de por medio. Ella le pide consejo sobre su vestido de novia. Comparte con él algo tan íntimo y femenino como eso: un vestido de novia. Post shopping, se sientan a tomar un té y a confesar sus cuitas, y la vida de repente es tan reconfortante como una taza de té, pero a la vez tan cruel como aceptar que la chica que te gusta se case con otro.
  9. Mr. Bean. Muchos conocimos a Mr. Bean gracias a Cuatro bodas. Su aparición no pasó inadvertida. Años más tarde tendría su propio show y roles protagónicos en distintas películas. Quizá, el paso del tiempo hizo que las escenas de Mr. Bean como cura principiante pierdan la frescura de su época. A mi me pasó. Sin embargo, vale reconocer que en los 90 fue toda una novedad y como tal fue gracioso, disparatado y sí, muy inglés.
  10. Mensaje. Cuatro bodas puede ser vista como una comedia menor para pasar una tarde de domingo, pero también como esa película que -con mucho humor de por medio- plantea temas como el miedo al compromiso, el pensar en conformarse con una vida cómoda con alguien aunque no sea esa persona especial que esperábamos, los amores no correspondidos, el miedo a quedarnos solos, la importancia de tomar decisiones en la vida, la pérdida de un ser querido. Cuatro bodas es una pequeña y ligera muestra de todo ésto. 

Cuatro bodas y un funeral es una película del año 1994 y su director fue Mike Newell.

16 octubre, 2015

Haciendo tiempo

Hay tardecitas de octubre - más frescas de lo esperado - que se pasan mejor con:


Un cafecito, algo dulce, una buena dosis de "literatura para chicas"


y un cuaderno siempre a mano para que cuando llegue la inspiración nos encuentre trabajando.

Para Ustedes, obvio.
La foto es mala, pero ¿se llega a leer que se vienen otras 10 buenas razones para ver...?

Coming soon en el vecinito!

Buen finde y un FELIZ DÍA así de grande para mi mamá, la más linda y mejor mamá del mundo! 

Estoy aquí.
Siempre estaré aquí.



Sos TODO, má! 

Nota: la vecinita agradece y celebra una vez más la iniciativa del grupo Mascotas en Adopción que periódicamente publica una lista de libros en venta a precios promocionales con el único y valioso objetivo de ayudar a muchos perritos que esperan un hogar. Esta vez, la vecinita aportó una buena cantidad de libros de su biblioteca y a cambio se llevó los de la foto que seguro se convertirán en grandes compañeros de viaje!
Si quieren participar de esta hermosa cadena de favores no duden en pasar por su facebook:

13 octubre, 2015

Modestia aparte


"Mi opinión objetiva es que no he alcanzado ninguna meta importante en lo artístico. Y no lo digo con pesar, simplemente expreso la realidad de lo que siento. Pienso que no he aportado nada verdaderamente significativo al cine en comparación con otros cineastas como Scorsese, Spielberg o Coppola.
Nunca he tenido un público masivo ni tampoco he hecho un cine muy rentable. Mis películas no han fomentado un debate nacional sobre cuestiones sociales, políticas o intelectuales. Son filmes modestos realizados con presupuestos modestos que generan un rendimiento muchísimo más modesto y no tienen ninguna repercusión real en el mundo del espectáculo. 
Los directores jóvenes no se desviven por imitarme ni filmar como yo. Nunca he tenido la suficiente técnica ni he dado a mis ideas la suficiente profundidad para crear escuela.
Soy un humorista de Brooklyn y Broadway que ha tenido mucha suerte."

(Fragmento Conversaciones con Woody Allen, Eric Lax)


Según el fragmento seleccionado, Woody Allen se ve a sí mismo como un hombre que sólo ha tenido un poco de suerte y escaso talento artístico. Sin embargo, y después de tantos años, este barrio se acostumbró a su ritmo de trabajo: 1 película por año, y por eso celebramos un estreno más en la cartelera. Además, esta vez los protagonistas son amigos de la casa: Emma Stone y Joaquin Phoenix. 

Es cierto que Woody está grande y después de hacer grandes y geniales películas puede pifiarla o lograr, como suelen acusar, "películas menores".

Para que quede claro: Woody Allen no volverá a hacer películas como Manhattan, Annie Hall o La rosa púrpura del Cairo. Y la respuesta es porque NO, esa fue una etapa, un ciclo cerrado.
Hace unos años, Crímenes y Pecados abría un nuevo ciclo del director inspirado en su fanatismo por Dostoievski. El tema de la culpa, la impunidad, el debate moral y el azar seguirían en Match Point, El sueño de Casandra y ahora Hombre irracional, su película N° 45, que hace unas semanas ya está en las salas.

¿La vimos?
Obvio!
¿La adoramos?
Por supuesto.

Están avisados: vayan a verla en la pantalla grande o tendrán que esperar al balance cinéfilo del vecinito!