02 agosto, 2011

Nos habíamos divertido tanto

La noche del viernes, unos minutos antes de apoltronarnos en las butacas del Imax y ponernos los anteojitos 3D, leímos una nota con el vecinito acerca de las sensaciones que puede provocar un hecho artístico. Una pintura, un concierto, una película...tomen la que ustedes quieran. Lo importante y hasta recomendable es sacarse los prejuicios de encima, olvidarnos de las críticas, los análisis aburridos y dejarse llevar. Sentir, de eso se trata.


Durante diez años Harry Potter no sólo aprendió a jugar Quidditch (para los ajenos al mundo potteriano, una especie de fútbol sobre escobas voladoras) y ahuyentar a base de hechizos a criaturas salvajes, sino que se especializó en hacernos SENTIR. Harry Potter nos produjo alegría, angustia, desesperación, esperanza. Desde su ingreso a Hogwarts, el Colegio de Magia y Hechizería, Harry aprendió, sufrió, hizo amigos incondicionales, se ganó enemigos, se enamoró, se desenamoró y se volvió a enamorar como todo adolescente, su índice de popularidad creció tanto o más que él y ahora, diez años después, la gallina de J.K.Rowling abandona el gallinero pero deja en el nido su último huevo de oro.


Harry Potter y las reliquias de la muerte Parte 2 es oscura y tiene muchos de esos momentos para enroscarnos cual bichas a la butaca. No da respiro, casi no hay humor...sólo dramatismo. No hay como en las series una voz en off que nos introduzca en esta segunda parte, no hay un recordatorio ni un "Previamente, en HP y las reliquias de la Muerte Parte 1". Se supone que todos los que pertenecemos a la cofradía tenemos el background potteriano necesario para meternos de cabeza en el enfrentamiento entre las Fuerzas del Bien y el Mal.


Se nota que David Yates puso toda la carne al asador porque hay espectacularidad en los efectos visuales y demás cuestiones técnicas. Hay batallas épicas tan bien logradas que recuerdan al Señor de los Anillos. Hay mortífagos, trolls, arañas gigantes, dementores, hombres lobos y todos los elementos que conformaron el universo del niño mago, y si bien el director podría haber abusado de los recursos técnicos (que sí, los hay) decidió sabiamente poner el acento en los personajes, Yates honra y rinde homenaje a sus protagonistas como ninguna de las sagas lo había hecho antes. El trío de amigos se luce y si desde el principio de la historia mágica el Profesor Severus Snape (impecable Alan Rickman) nos había parecido brillante, en ésta Snape se vuelve el corazón, el sistema nervioso central de estas segundas reliquias. Bien merecido lo tiene.


A esta altura ya no queda mucho por contar. Harry, Ron y Hermione vuelven a Hogwarts para pedir una ayuda comunitaria entre todos los miembros del Colegio para encontrar los objetos en los que Voldemort dividió su alma a fin de destruirla. La búsqueda incluye, entre otras cosas, una aventura en una bóveda de un banco con dragones albinos y otro esperado enfrentamiento final (sorpresa incluida) con su platinado enemigo Draco Malfoy. La película no deja a nadie afuera y da el espacio y el momento justo para despedirnos de todos y cada uno de los personajes de la saga: el gigante Hagrid, la familia Weasley, los profesores buenos que todavía quedan en el Colegio...

Aunque parezca mentira, la película es la más corta de toda la saga ¿o será que las dos horas y un poquito pasan volando como la escoba de Harry?
Bastardeado por muchos y amado por muchos, muchos más Harry Potter llegó a su fin. Ya no habrá andén de 9 3/4 londinense donde tomar el tren a Hogwarts ni ranas de chocolate para disfrutar durante el viaje o shopping mágico en el callejón Diagon. Vamos a extrañar a Gary Oldman, ese padrino medio rocker que adoptaba formas animales para comunicarse, y ya no escucharemos más la risa de villana Helena Bonham Carter.


Seguramente este no sea un blog de crítica porque, por mucho que lo intente, no puedo volverme objetiva con las cosas que me gustan y disfruto.


Pero es mejor: el vecinito de enfrente es un blog de sensaciones, de emociones, de esas cosas que no tienen explicación porque son mágicas...como las heridas que se curan con un simple toque de varita mágica.
Fue hermoso mientras duró, Harry. Gracias.


Alzo mi copa de cerveza de manteca y brindo...


A tu salud.



Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Parte 2. Director: David Yates.

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