21 diciembre, 2012

Balance de lectura 2012


Este año me tocó viajar; y cuando digo viajar me refiero a varias horas destinadas sólo para llegar a mi lugar de trabajo. Si hago la cuenta me amargo, y como estamos en época de balances voy a intentar ver (y de paso mostrarles) el vaso medio lleno. Ahí es donde entran ellos: los libros. Lo sé, no descubrí la pólvora y todos sabemos que un buen libro puede llegar a ser una excelente compañía. Además, todos los que me conocen saben que la lectura es uno de mis pasatiempos favoritos, sólo que en este 2012 los libros volvieron a cobrar protagonismo y se convirtieron en amigos de viaje. Parada, sentada, con calor o con frío, con hambre o cansancio caminé por los pasillos del subte con escritores ingleses, holandeses, norteamericanos, alemanes, ¡islandeses! Fue un año subterránemente europeo. 
El tiempo de viaje puede variar, las condiciones también. Lo que no cambia es el gusto por vivir distintas historias. Por eso este es el balance librístico del año!
Nota: Se incluye un par de abandonos también.


Siempre nos quedará París
José Pablo Feinmann

José Pablo Feinmann puede escribir sobre filosofía, política y actualidad, pero cuando se dedica a escribir sobre cine...me puede. El motivo se cae de maduro: amo el cine y, por esas cosas de la vida y como les pasa a muchos, José Pablo también ama el cine, las series y le gusta describir minuciosamente determinados personajes del cine y la televisión. Él es capaz de escribir con la misma devoción sobre Scarlett Johansson que sobre un bicho tan asqueroso como Alien.
En Siempre nos quedará París Feinmann pone el acento en cuestiones humanas y las vincula con grandes películas. Nos habla de la inmortalidad a través de Drácula, la religión y las películas de Woody Allen, el sentido de la justicia y Batman, la cuestión del poder y El Rey León, por mencionar algunas.
Siempre nos quedará París no falla. Apto para todos los amantes del séptimo arte.
Se recomienda el ejercicio de leer el libro y volver sobre cada una de las películas a las que hace mención. Doblemente disfrutable.


Los descendientes
Kaui Hart Hemmings
Cuando me enteré que este año se estrenaba una nueva película de Alexander Payne y que su protagonista era nada más ni nada menos que George Clooney, fueron motivos suficientes para salir corriendo a la librería y comprar Los descendientes.
Entrar en la polémica si la película hace honor al libro es una discusión pasada de moda. Yo tengo una teoría: aquel que decide leer el libro antes de entrar a la sala de cine no se aburre, por el contrario, disfruta el doble! Vuelve a vivir la historia y a sus personajes. Siempre es divertido encontrar en la pantalla esos detalles que leídos anteriormente hicieron volar nuestra imaginación.
Los descendientes cuenta el difícil momento que debe afrontar uno de los mayores terratenientes de Hawaii, Matthew King, cuya esposa está en coma irreversible. Dado el estado de situación se impone la tarea de reunir a amigos y familiares para comunicarles la noticia mientras debe lidiar con dos hijas que apenas conoce y otros asuntos desagradables ocultos de su matrimonio venido a menos.
Suena terrible...y lo es, pero la autora nos lleva de la mano por las playas de Hawaii, donde reside actualmente, y hace el entorno más amable.
La película tendrá su consabido espacio en el balance cinéfilo del vecinito.
Coming soon...


El Gran Gatsby
F. Scott Fitzgerald
Este fue el año que redescubrí a Fitzgerald y me volví su fan. Digo redescubrí porque hace algunos años había leído esta novela, pero no era el momento. Fue parte de un curso de inglés y tenía el gustito a obligación académica, por así decirlo.  
Por suerte tuve mi revancha. Una vez más, y gracias al cine, decidí volver a leer El Gran Gatsby. Está previsto que en 2013 se estrene la versión cinematográfica de Baz Luhrmann protagonizada por Leo Di Caprio.
Leer a Fitzgerald es sentirse en uno de esos salones lujosos que describe, en plena era del jazz. Hay bailes y jóvenes ricos y famosos, con opulentos estilos de vida.
Jay Gatsby, quien da nombre a la novela, es uno de ellos. Misterioso y atractivo todos dicen conocerlo pero poco saben si ese joven que ofrece fiestas con canilla libre de alcohol y jazz es un asesino, un espía, un héroe de guerra o simplemente un joven que se convirtió en uno de los millonarios más codiciados.
Lo bueno de la lectura es que va forjando nuestro gusto, nuestra preferencia. Fitzgerald es MI escritor del año. El Gran Gatsby fue sólo el comienzo. Por suerte, tengo mucho jazz por delante.


Las ovejas de Glennkill
Leoni Swann
Desde hace un tiempo sostengo la extraña idea que empezaré a leer policiales una vez que cumpla los 40. En la biblioteca de mi casa materna hay historias de abogados, amor, pero sobre todo...policiales. Crecí rodeada de las obras completas de Agatha Christie y sin embargo, cada vez que lo intenté, no pude. A mi me gusta pensar que hay momentos para todo. Y hasta ahora no es el momento de los policiales.  Sin embargo, este año me acerqué bastante al género aunque de manera surrealista.  La simpática novela de esta chica alemana cuenta qué sucede con un rebaño de ovejas que pastorea en la pintoresca aldea de Glennkill cuando descubren que su pastor fue asesinado con una pala atravesada el pecho. No hay pistas, sospechosos ni testigos. En ésta novela las ovejas tienen la mentalidad de lo que son: ovejas. Sin embargo, su pastor tenía la costumbre de leerles en voz alta cuentos de hadas, novelas románticas, tratados de enfermedades del ganado lanar y, sobre todo, novelas policiales. Es así que, con este background literario y la simple observación de los comportamientos de los humanos que las rodean, deciden investigar el crimen del pastor con todas las limitaciones que se les presentan.
Hace rato no me reía con una novela. Leoni Swann no sólo lo logró, sino que me acercó al género y preparó el terreno para mis 40 y la llegada de los policiales.
Por si fuese poco, las ovejas de Glennkill tiene una segunda parte ("Que viene el lobo"), una figurita difícil en nuestro país. Será cuestión de esperar o, por qué no, encargar.
  

El año de la liebre
Arto Paasilina
¿Humor ecológico? Es la primera vez que leo algo de este autor finlandés conocido por sus historias delirantes. En primer lugar debo decir que me dejé llevar por la foto de tapa, después me metí en la historia de Vatanen, el protagonista del año de la liebre. Vatanen es un periodista harto de su trabajo, su matrimonio y su vida en la ciudad que, por accidente, se cruza con una liebre que cambia su vida y su rumbo. El incidente con el simpático animalito es la excusa perfecta para que su protagonista renuncie a todas aquellas cosas que frustran su vida. Renuncia a sus posesiones y  obligaciones para convertirse en el loco del lugar, "el tipo de la liebre".
Paasilina utiliza a la liebre como símbolo de la metamorfosis del protagonista y retoma el mito de la liebre como amuleto de la suerte.
Que levante la mano aquel que alguna vez no tuvo la fantasía de largar todo e irse bien lejos. En el año de la liebre podemos vivirla junto con Vatanen y el humor bizarro de este autor finlandés.

El insólito peregrinaje de Harold Fry
Rachel Joyce
Todos leímos o vimos alguna vez esas historias que hablan de viajes de autodescubrimiento. Hay infinidad de películas que muestran a sus protagonistas capaces de vivir situaciones extremas con tal de pegar un volantazo en su vida.
Entonces no es casual que esta historia también vaya a convertirse en película, según lo que estuve investigando. Tiene todos los elementos necesarios para convertirse en una: historia de fe con mensaje esperanzador incluido.
Harold Fry es un viejito jubilado que un buen día recibe una carta de una antigua compañera de trabajo a la que no le queda mucho tiempo de vida y él siente que le debe un gran favor. Responde la carta pero, en lugar de dejarla en el buzón decide entregarla personalmente con todo lo que eso implica. Calzado inadecuado, los achaques de su edad avanzada, su mujer preocupada por el comportamiento atípico y su estado de salud, inclemencias climáticas, desafíos propios de la naturaleza, personajes que se le adosan e interfieren su camino, otros que en cambio se convierten en guías espirituales, etc.
Nada nuevo bajo el sol, pero cuando estamos a punto de flaquear o andamos medio desanimados o cansados, esta lectura viene como anillo al dedo.
Su autora fue actriz de teatro y televisión antes de dedicarse a la escritura. Autora de obras dramáticas para Radio 4, la prestigiosa emisora de la BBC. Ésta es su primera novela. 

El lector
Bernhard Schlink

Cada vez que merodeaba los estantes de las librerías chusmeaba este libro y terminaba dejándolo. Siempre parecía haber algo que le ganaba a El Lector...hasta que llegó a mis manos gracias -una vez más- al cine. Esta vez fue a la inversa: primero disfruté la película y después leí la novela en 3 días. En ese corto lapso de tiempo me di cuenta todo lo que me había perdido cada vez que manoteaba el libro y decidía postergarlo. Por suerte nunca es tarde y hoy, gracias al regalo de una amiga, tengo en mi mesita de luz otro libro de este autor para disfrutar en las merecidas vacaciones.
El lector cuenta la historia de amor entre Michael Berg, un joven de 15 años y Hanna, una mujer de 36 que trabaja en el tranvía y esconde un pasado controvertido en un campo de concentración.
En cada encuentro amoroso Hanna le pide al "niño", así lo llama, que le lea fragmentos de las obras literarias que él estudia en la escuela. Es una condición que fija Hanna y queda establecida en la pareja. Así transcurre la adolescencia del protagonista hasta que un día ella desaparece de su vida. El reencuentro de ambos será varios años después, en un banquillo de un tribunal donde Hanna, su amor de la adolescencia y de su vida, es acusada por su pasado nazi.
Una novela adictiva y escrita como los dioses.
Para seguir leyendo a Schlink.  



Que el mundo me conozca
Los enamorados
Alfred Hayes

Que el mundo me conozca fue el primero. El primero que leí de Hayes. Después una amiga me pasó Los enamorados. Si te gusta uno, te va a gustar este otro- me dijo. Y no se equivocó. Alfred Hayes, británico de nacimiento pero criado en New York, escribe historias de amores fallidos, destinados al fracaso y a la repetición.
Sus libros se leen con ansia y emoción. Son cortitos pero intensos.

Se acabó el pastel
Norah Ephron
En este blog hablamos mucho de Norah Ephron y a esta altura todos saben por qué. Este año en el que Norah tuvo la mala idea de abandonarnos para siempre a causa de una leucemia, se editaron algunos de sus libros y no podía dejar de tener algo de ella en mi biblioteca. En los 80, este libro fue película y se llamó Heartburn.  Jack Nicholson y Meryl Streep protagonizaron esta historia inspirada en el primer matrimonio de Norah Ephron.
Este libro es lo más parecido a un sube y baja. De repente se está en las alturas pero cuando nos queremos acordar estamos mordiendo el polvo. Es tragicómico, como la vida.
Una novela que nos habla de la vida conyugal de Rachel y Mark, las idas y venidas, el amor y el desamor, la infidelidad, el embarazo, el terror al compromiso, por supuesto atravesado por las recetas de cocina (Rachel es periodista gastronómica). Si uno lee este libro entiende por qué Norah Ephron decidió hacer unos años después una película sobre el amor por la comida como Julie and Julia, y además decidió premiar a Meryl Streep con el personaje de Julia Child. Ya bastante mal lo pasó en Heartburn. Jack Nicholson es capaz de sacarle canas verdes a cualquiera.
Imperdible del libro: su vinculación del puré de papas y el amor. En cualquier momento, sale en un post. O si les intriga mucho, compren su libro! Vale la pena.  

Juliet, desnuda
 Nick Horny

Juliet, desnuda fue un libro préstamo, pero merece un lugar no sólo en mi biblioteca, sino en toda biblioteca que se precie de buena literatura. No es novedad que Nick Horny es un gran escritor. Él fue el culpable que todos nos enamoremos por los siglos de los siglos de John Cusack en Alta fidelidad, que simpaticemos con el very british Hugh Grant en About a boy, conocida como Un gran chico. Como ser buenos, En picado son otras de sus novelas, pero Juliet desnuda se lee de un tirón y con una sonrisa en el rostro constante.
Duncan y Annie viven una vida sin demasiada emoción en una aburrida ciudad de la costa este de Inglaterra. Con el tiempo, más que pareja se han convertido en compinches. Lo más excitante en sus vidas es cierto fetichismo que siente Duncan por un viejo rock star norteamericano de los 80 llamado Tucker Crowe. Un misterioso incidente aleja al músico de la escena, hasta que 20 años después aparece un disco con versiones inéditas llamado Juliet, desnuda. Se instala el debate febril por un músico venido a menos y algo más que a Duncan se le escapará de las manos: su novia.


La cena
Herman Koch
La Cena, como su nombre lo indica, transcurre durante una cena. Cada capítulo es una instancia de ella: entrada, plato principal y postre.
Leer este libro me llevó a recordar Un Dios salvaje, esa película en la que todo transcurre durante una reunión entre dos parejas de padres supuestamente preocupados por un incidente entre sus respectivos hijos donde terminan exponiendo todas sus miserias antes que abordar el incidente de sus hijos.
En esta primera novela del escritor holandés, la tensión va creciendo conforme avanza la cena en cuestión. Acá también se dilata el motivo real por el cual están reunidos los padres: un hecho de violencia grave de sus hijos.
Koch es un escritor para tener en cuenta. Me encantó.
Casa con piscina es el segundo libro que ya puede conseguirse en nuestras librerías y seguramente ideal para pasar nuestra época estival. 
Para leer al lado de la piscina, como su nombre lo indica.


Las mascotas
Bragi Olafsson

Una vez más me dejé llevar por el dibujo de tapa. Me gustó la imagen invernal, el nombre de la novela y obviamente me llamó la atención que su autor también es músico. Formó parte de una banda punk islandesa que lideró Bjork en los 80.
Las mascotas nos habla de aquellas personas que vuelven a nuestra vida y que, aunque nos de pudor decirlo, nos dan un poco de vergüencita y temor.
Emil, el protagonista de la novela, acaba de ganarse la lotería y recién llegado de un viaje de placer por Londres, destinado pura y exclusivamente a la compra obsesiva de libros y películas, su vecino le comenta que un hombre misterioso anduvo merodeando cerca de su casa y dice ser su amigo. De acuerdo a la descripción, Emil sospecha de quién se trata y teme por su vida y sus planes inmediatos: encontrarse con su cita que logró pautar en el avión, esa misma noche. Sus planes están a punto de fracasar, lo que no sabe es cuan bajo se puede llegar con tal de no cruzarse con su antiguo ¿amigo?

Los abandonados:

It
Stephen King

Aclaro que It fue abandonado sólo por una cuestión volumétrica. Este libro es como el libro gordo de Petete, difícil de cargar a diario en los vagones del subte/colectivo. La historia del payaso siniestro será retomada en locaciones más cómodas, como el sillón de casa.


Cosmópolis
Don De Lillo

Tenía muchas expectativas con este libro y, por suerte, también fue un préstamo. Por suerte porque nunca pude terminarlo. Finalmente no logré conectar con la historia de este joven millonario que transcurre durante un día de furia en su limousine.
Me queda ver la película de Cronenberg.
Ninguna culpa.
Hay cosas que no funcionan. Tan simple como eso.

Por un 2013 lleno de buenas y más lecturas!!!!!

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