13 diciembre, 2013

Balance de lectura 2013: Parte II



Un trío amoroso debate entre su realidad sentimental y las teorías que aprenden en la universidad. Su autor es el mismo de Las vírgenes suicidas, aquella hermosa novela adaptada por nuestra amiga, Sofia Coppola. El problema fue el peso. Para ser más explícita: 531 páginas. Por lo general, no me asusta la cantidad de páginas de un libro, pero en este caso la carga diaria se hizo dura. Como se trató de un libro-préstamo fue devuelto a la propietaria explicando los motivos del caso. Eugenides será para otro momento, cuando vaya más liviana de equipaje.

Comí es una rara avis en este balance de lectura. Mezcla de novela, ensayo o memoria, este libro es un tratado sobre la comida, el lugar que ocupa en nuestras vidas, los cuerpos y la medicina.
El protagonista va a ser operado en tres días. Cuenta con ese tiempo para deshacerse de todo lo que comió y también, deshacerse de sí mismo.
No voy a mentir: me encanta Caparrós y saber que hay una novedad suya en el mercado siempre es una buena noticia, pero esta vez lo que empezó bien, terminó mal. Promediando el final, tuve la urgente necesidad que el libro terminara. Mi apuro no tuvo que ver con la ansiedad de saber cómo termina, sino con la necesidad de pasar a otra cosa. Se puso demasiado explícito, demasiado violento para mi gusto.
Sin embargo, más allá de no compartir la temática elegida celebro que siga publicando. Habrá que esperar el próximo.


Volví a la biblioteca materna y me llevé uno de sus libros favoritos: Si hubiera un mañana. No pregunté por qué era su favorito, qué fue lo que más le gustó. Me limité a leer la historia de Tracy Whitney, una empleada bancaria con todo el futuro por delante, o eso parece hasta el momento en que decide vengar la muerte de su madre. Condenada a varios años de prisión por un delito que no cometió busca vengar a los estafadores causantes de la muerte de su madre, y a los responsables de su condena. El libro es una mezcla de historia de prisión y ladrones de guante blanco. Además, investigando un poco, tuvo su versión en miniserie. Un dato que -quizá- sume para su fan n° 1: mi mamá.




Les presento a mi nueva amiga: Amélie Nothomb. Antes de leer algo de esta escritora belga siempre me pasaba lo mismo: agarraba uno de sus libros al voleo y terminaba decidiéndome por otro autor. Esta dinámica se repetía cada vez que entraba a una librería, algo no me terminaba de "cerrar". Leí algunas entrevistas que le hicieron, pedí referencias a mi amiga lectora...después de todo, no se por qué me tomé tanto trabajo, pero la investigué cual sabueso antes de involucrarme con ella y su obra. Un día de vacaciones, en la única librería abierta de un lugar playero, Amélie se cruzó -una vez más- en mi camino. ¿Por qué me decidí (por fin) por uno de sus libros? Qué fue distinto aquella vez de las anteriores? la cercanía del mar? las vacaciones? Yo lo atribuyo a un sueño. Unas semanas antes de encontrar este libro soñé con aviones y aeropuertos. Sin buscarlo, Cosmética del enemigo transcurre en un aeropuerto. Era una señal. Se trataba de una edición económica y, de última, perdía poco. No sólo no perdí, sino que salí ganando una nueva amiga. El libro es atrapante. Brevemente, y a vuelo de pájaro, una punta del argumento:  el vuelo del empresario Jerome Angust está demorado. Resignado se dispone a leer cuando aparece en escena Textor Texel, un inesperado interlocutor que se transformará en una encarnación de todos los fantasmas de Angust.

Se lee en una tarde, de un tirón.
Por supuesto, con Nothomb pasó lo mismo que con Tamaro: hay más de ella en el balance y comparten podio de favoritas.

A veces pienso que voy como el salmón, a contra corriente. Ian McEwan ha publicado a lo largo de los años libros de relatos, novelas premiadas llevadas a la pantalla grande como Expiación, y sin embargo decidí empezar por estos siete episodios interconectados. Su protagonista, Peter, es un niño de 10 años que se pasa, justamente, todo el día "en las nubes". Experimenta fantásticas transformaciones, intercambia el cuerpo del gato de la familia por el de un niño malhumorado, lucha contra una muñeca diabólica, encuentra una crema que hace desaparecer a la gente. El vecinito agradece a McEwan el viaje a la niñez. Un libro hermoso que no pasó desapercibido en el barrio. Por el contrario, se ganó el lugar que faltaba en el podio.

Después de haber leído un segundo libro (y un tercero también) creo que esta autora tiene la capacidad de sacarte de quicio. En este caso, retrata el vínculo de dos adolescentes. Una de ellas, solitaria, tímida e insegura. La otra, deslumbrante, prepotente y una descarada total. Lo que podría haber sido una amistad se convierte en una pesadilla. Impresionante, aunque el final no termina de convencer.


Sépanlo: Susanna Tamaro hace llorar, o lo que es peor: te deja un nudo en la garganta. "Para siempre" cuenta el retiro y la metamorfosis de un hombre a un refugio de montaña, después de haber sufrido una pérdida familiar. El peso de la novela recae en Matteo, absoluto protagonista, que cuenta y deja por  escrito sus experiencias con los transeúntes y su vida hermitaña en el bosque. Si andan de bajón, la lectura de un libro de Tamaro no es la mejor opción.  De todas maneras, no puedo dejar de recomendarlo. Me encanta Tamaro. Ya lo dije, no?


Y se termina el año con una de mis favoritas...
Dicen que Amélie Nothomb siempre escribe sobre sus propias experiencias, sobre personas a las que ha conocido, todo con un toque autobiográfico y raro. En esta novela, cuenta uno de los episodios de su vida, cuando encuentra el amor en Japón. Hay que tener en cuenta que la autora pasó su infancia y adolescencia en Japón y en China, donde su padre fue embajador.
Lo mejor de esta novela es su humor elegante, a veces negro también, con el que la autora narra las anécdotas en tierras niponas. Su novio japonés con aspiraciones occidentales, el vínculo maestra-alumno, la forma descarnada que tiene de hablar de los japoneses, sus excentricidades.
Ni de Eva ni de Adán podría ser perfectamente un ensayo sobre la cultura japonesa. Me encantó es poco. Seguramente, seguiré sumando sus libros a mi biblioteca
Una muy buena manera de terminar el año.

Si llegaron hasta acá...son unos genios!!!!!!!!!!!
Gracias por leer!!!

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