28 junio, 2016

10 buenas razones para ver: El diablo viste a la moda


La semana pasada Meryl Streep cumplió 67 años.
Ayer, el diario La Nación publicó una nota con motivo de los diez años del estreno de El diablo viste a la moda.
Con estos elementos a favor, y la experiencia acumulada en interpretar señales, el posteo de hoy era inevitable. Si bien esta película estaba en la lista de espera del barrio, gracias a estos últimos acontecimientos ganó posición y por eso hoy me siento a escribir un nuevo post de 10 buenas razones.

Andy (Anne Hathaway) es periodista. Recientemente graduada sale al mundo laboral y consigue un puesto como asistente junior en Runaway, la Biblia de la moda. Miranda Priestley (Meryl Streep) es su jefa, editora de la revista, y quien controla el mundo de la moda. La falta inicial de estilo de Andy y su poca experiencia la convierten en un blanco fácil dentro del mundillo Runaway, pero nunca perderá de vista su objetivo: foguearse durante un año con Miranda y con esa fortaleza y experiencia adquiridas ir por el trabajo de sus sueños.

Si todavía tienen alguna duda, pasen y lean:

 10 buenas razones para ver "El diablo viste a la moda" 
(Devil wears Prada)

  1. Meryl Streep. Devil wears Prada es Meryl Streep o Miranda Priestley, como prefieran. Ella es el sol y el resto del cast, los planetas que giran a su alrededor. Está bien que así sea porque aunque la película cuente la historia de una chica que quiere convertirse en una periodista "seria", Miranda lleva la película delante, exige, acosa y logra que nunca simpaticemos con su personaje. Es sabido que todo malo, en algún momento, deja de ser un poco malo. El villano nos empieza a simpatizar, puede quebrar y mostrar un lado vulnerable. Si bien Miranda lo tiene y se expone a cara lavada y con los ojos rojos de llanto, no deja de ser desagradable y despiadada hasta el final. Justamente, en la escena final, Andy la observa a la distancia. Ya relajada y con los dos pies fuera de la revista escucha cómo maltrata por teléfono a una nueva Andy que ahora ocupa su lugar. Jefa y ex-asistente intercambian miradas. Andy parece decir Me hiciste sufrir pero gracias por todo lo que aprendí.  Lo piensa en silencio, desde la vereda de enfrente. Miranda sonríe a solas. Acaso con esa sonrisa nos quiere vender cierto aprecio por Andy y el recuerdo de cómo formó y sacó buena a una chica con aspiraciones serias en el mundo del periodismo. No se dejen engañar. Miranda vuelve a calzarse sus gafas oscuras y es la de siempre. Es Cruela DeVil. Sólo una actriz de raza como Streep puede lograr ésto y tanto más.
  2. Stanley Tucci. La vecinita ya declaró su amor por Stanley Tucci y en Devil wears Prada sufrimos con él cuando Miranda lo traiciona después de semejante fidelidad laboral. Moraleja: ser la mano derecha de alguien poderoso no te garantiza el éxito. Tengan cuidado.
  3. Emily Blunt. Una amiga de este barrio. Todavía no entendemos por qué en la vida real Michael Bublé  no se quedó con ella. Emily es fina, buena actriz y very british. En la película no engaña a nadie; sabemos que al final será una copada. Hay que darle tiempo y Blunt esconde las garras. Una excelente coequiper en la historia.
  4. Moda. Es la columna vertebral de la película. Compramos esa idea. Sabemos que durante casi dos horas nos van a hablar de moda y de diseñadores. Vamos a morir por los outfits de Anne Hathaway. Vamos a querer usar boinas, collares, tapaditos, botas hasta arriba de las rodillas y los labios bien rojos. En una película que lleva Prada por título, la moda no podía fallar. 
  5. Banda de sonido. No sólo la ropa y los zapatos son destacables, sino que hacen juego con la música de fondo. La película incluye temas de U2, Moby, Jamiroquai y Madonna, entre otros.
  6. París. Moda y París van de la mano. Amamos la escena de la llegada de Miranda y Andy a París. Miranda, acostumbrada al Fashion Week parisino, se mueve como pez en el agua y ni siquiera se dedica a mirar a su alrededor. A Andy no le dan los ojos para ver. París es hipnótica y, en definitiva, Andy sabe mostrarlo.
  7. Harry Potter. Miranda es una máquina de pedir. Un bistec con perejil, un café de Starbucks, reuniones a toda hora y asistencia a fiestas en fechas inconvenientes, pero hay un pedido que se lleva toda la atención: el libro inédito (no publicado) de Harry Potter para sus hijas. Como fan del niño mago, amamos este detalle. Andy nos transmite la desesperación e imaginamos cómo responder a un pedido ¿imposible? 
  8. Una peli de chicas. No es recomendable sentarse con sus vecinitos a ver Devil wears Prada, excepto que ellos adoren la carrera cinematográfica de Streep o les guste Anne Hathaway. No podrán disfrutar a la par nuestro delirio por los zapatos, los abrigos y los pañuelos Hermes que vuelan por el aire. El diablo viste a la moda es un programa de chicas. Y nos encanta.
  9. Anne Hathaway. No sólo está impecable sino que junto a Streep hace un trabajo digno. Brilla y encandila con su sonrisa perfecta. Si no les gusta  Hathaway esta película será la excepción a la regla. De hecho, no tenemos ninguna otra película en mente que la haya tenido a ella como protagonista y nos haya convencido.
  10. Libro. Dicen por ahí que cuando Lauren Weissberger escribió El diablo viste a la moda se basó en su experiencia como asistente de Anna Wintour, la temible y conocida editora de la revista Vogue. El año pasado, gracias a mis amigos de Mascotas en Adopción, tuve una doble alegría. Por un lado, seguir colaborando con este grupo mascotero a través de la compra-donación de libros. En uno de esos tantos intercambios, llegaron a mis manos un par de libros de Lauren Weissberger. Uno de ellos fue El diablo viste a la moda. Es pocket (ideal para la cartera de la dama) y como suele pasar, la versión libro es diferente desde el capítulo 1. En algún momento, ampliaremos.

El diablo viste a la moda es una película del año 2006 y su director fue David Frankel.

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