15 febrero, 2013

Plan de viernes: Las cosas tienen movimiento

¿Se acuerdan que hace unos meses hice referencia a este gran evento?
Por obra y gracia de mi valentine, ese ENORME recital de Blur - post clausura Juegos Olímpicos de Londres- se materializó en casa.
Ayer, copa de vino y sushi mediante, festejamos San Valentín cantando.
Yes, it really really really could happen...
Sí, realmente podría pasar - como dice la canción. Y pasó.
Si no me creen, acá posan para la foto:

En la foto no hay más vino y sólo quedaron los palitos del sushi, pero Blur es como Crónica:
firme junto al pueblo.

Y como esta semana está "envalentinada", el plan de viernes hace honor a la cuestión con esta película:
 
El lado luminoso de la vida es como darse un chapuzón. El tema es que hay dos opciones para meterse al agua. Una es ir de a poco. Se tantea la temperatura con las manos, después nos refrescamos de a tramos, pecho/nuca/cabeza, y en el mejor de los casos juntamos el valor suficiente para quedar con el agua a la cintura. A esa altura y con gran parte del cuerpo sumergido sólo falta contener la respiración, cerrar los ojos y nadar como un pez. La otra opción es dejar de lado los preliminares. Es tirarse de cabeza o "bomba" y salir a la superficie para comentar si el agua está linda o está helada. El lado luminoso de la vida es la segunda opción, la kamikaze. Es meterse rápido y de golpe y darse cuenta que el agua está helada, sólo hace falta aclimatarse a la temperatura. En un rato, el agua que sentimos helada nos parecerá propia del Caribe.

El director, David Russell, es el culpable, el que nos tira a la pileta sin darnos tiempo para tomar aire. Por eso la primera parte de la película es puro vértigo. Rápidamente el director nos presenta al  grupo familiar alterado, como la cámara en mano que usa para transmitir la tensión de los diálogos entre los personajes. Como en el agua, lleva un tiempo aclimatarse al caos que vemos en la pantalla pero así como nos metió de cabeza al agua nos da un respiro y destraba la tempestad con un par de recursos positivos, el "lado luminoso" de la película que tiene que ver con el cuerpo y el movimiento. Esto sucede con dos acciones muy concretas: salir a correr y asistir a clases de baile. La energía de la película cambia y se vuelve más amable y, valga la redundancia, más luminosa.

Pat Solitano (Bradley Cooper) es un profesor diagnosticado con un trastorno bipolar que vuelve a la casa de sus padres tras 8 meses de internación en un psiquiátrico. El motivo que lo llevó a la reclusión fue encontrar a su esposa infraganti con otro hombre en su casa y moler a palos al amante en cuestión. Después del desafortunado incidente, aunque no superado, Pat tiene un único objetivo que deviene obsesión: demostrarle a todo el mundo que está lo suficientemente lúcido para reinsertarse en la vida social y laboral y lo más importante: recuperar a su esposa. Su madre (Jackie Weaver) intenta poner paños fríos cada vez que el clima familiar desborda y sostiene a su hijo como si volviera a ser un niño un poco revoltoso. Su padre (brillante Robert De Niro) está  desempleado y vive de las apuestas del fútbol americano. Su ilusión es poner un restaurant y su alegría es que los días que hay partido de su equipo favorito, su hijo comparta con él la emoción del juego respetando algunas cábalas que, aunque De Niro no lo admita, tienen más que ver con el trastorno obsesivo de moda que padece: TOC.
Y Tiffany (Jennifer Lawrence), esa chica que si en un par de semanas no alza el Oscar de la Academia como Mejor Actriz sería una injusticia. Porque Tiffany es esa chica que estruja el corazón cada vez que habla. Que se come el mundo a sus pies y que simboliza el "piú avanti", el levantarse aunque la vida te golpee mil veces en la mandíbula. A su manera, a fuerza de golpes, gritos y crudeza, Tiffany se convierte en el ángel de la guarda de Pat. Es energía renovadora, responsable de un cambio importante en el protagonista.  
 
Por si alguien no se dio cuenta todavía, El lado luminoso de la vida no es una comedia pero sí es una de amor. Una de amor poco convencional, pero de amor al fin. De hecho, hay una escena en la que estoy segura que Nora Ephron sonrió desde su cielo rosa en el que debe estar mirando todo.
Es una historia de segundas oportunidades, de abrirse y perdón que insista pero, de ponerse en movimiento, espantar los fantasmas que a veces interfieren nuestro camino y confiar, avanzar y animarnos de una vez por todas a tirarnos bomba a la pileta. Después de todo, el agua no está tan fría como parece.
 
El lado luminoso de la vida está nominada a los Premios Oscar en las siguientes categorías: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor, Mejor Actriz, Mejor Actor de Reparto, Mejor Actriz de Reparto, Mejor edición y Mejor Guión adaptado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario