19 julio, 2011

Padre de Familia



Alguna vez Dexter Morgan vivió una vida medianamente ordenada. Repartía su tiempo entre su novia Rita, su hermana Deb y su trabajo como forense en el Departamento de Policía de Miami. Muchas veces Rita salía perdiendo en esa repartija porque Dexter además de ser novio, hermano y forense freak especialista en sangre también es asesino serial, mezcla de vicio y enseñanza heredada de su padre ya fallecido, aunque su fantasma le siga taladrando el oído día y noche.


Desde hace 4 temporadas Dexter se las ingenia para deambular por la noche de Miami persiguiendo asesinos, violadores y todo tipo de sinvergüenzas. Monta un ritual en algún galpón abandonado y decora el lugar con las fotos de los asesinatos que haya cometido su presa, una especie de recordatorio para la víctima antes de morir. Dexter se lookea cual carnicero, despliega su funda de cuchillos y la motosierra a lo Jason, duerme e inmoviliza a su víctima con papel film y deja constancia de la muerte en una placa de acrílico con la sangre del finado en cuestión que se transformará en su macabro souvenir.


Continuar con el legado paterno, seguir sumando placas de acrílico a su colección y mantener su vida secreta lejos de sospechas familiares fue y será su gran preocupación, porque él ya no es aquel tipo soltero que podía acovacharse en su departamento metrosexual cerca de la playa de Miami. Su hermana Deb es la que hereda su bulín de soltero. Dexter es un hombre casado, con un bebé recién nacido que se suma a los dos críos que acarreaba Rita. La familia Morgan vive ahora en una casa desordenada, llena de juguetes desparramados y garabatos imantados en la heladera en un barrio exclusivamente familiar.


Dexter ya no sólo es forense, hermano, novio y asesino serial. Ahora usa alianza, se levanta a la madrugada para calmar el llanto de su hijo, calienta mamaderas, cambia pañales, cubre angustias y carencias afectivas comprando electrodomésticos para la casa y lleva antitérmicos para su hijo. Llega tarde a la oficina, le faltan horas de sueño y acompaña a su mujer Rita en la terapia de pareja para sobrellevar, entre otras cosas, el período de adaptación de la nueva vida juntos.


Durante esta nueva y brillante temporada el nuevo Dexter intentará lograr un equilibrio entre sus obligaciones y responsabilidades, sus "actividades extracurriculares" y la misión de atrapar un nuevo asesino: Trinity (John Lithgow), a simple vista un padre de familia felizmente casado que se oculta en la construcción de obras con fines caritativos.

Como es habitual cada temporada Dexter nos presenta un nuevo asesino que se convierte en su obsesión, y más allá que esta vez Trinity es siniestramente acorde a la serie, lo más divertido e interesante es el cambio de estado que vive Dexter, las contradicciones que vive el personaje entre el estreno de la reciente vida familiar y el deseo de seguir haciendo justicia por mano propia.

En "Hello, Dexter Morgan", el anteúltimo capítulo de esta cuarta temporada, la clásica voz en off del protagonista define que todos tienen una vida pública, todos tienen una vida privada y todos tienen una vida secreta...ese parece ser el mayor problema para Dexter, ya no hay cajas de Dunkin Donuts como en la primera temporada que calmen angustias ni grupos de autoayuda como en la segunda. Tampoco hay amigos freaks fans de Dexter cual rock star como en la tercera. Ahora es más difícil...se trata de lidiar consigo mismo, con Dexter padre, esposo y asesino.

Final de Temporada, miércoles 20 a las 23 hs. por FX.

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