07 julio, 2011

Chocha

Ayer estuve en el taller de Viviana, una chica divina que conocí gracias al blog de Marcelina.

Vivi es ceramista. Diseña vajilla para té, sushi, bowls, platos, tazas y provee a restaurantes japoneses y a chefs reconocidos. Sus mini grullas fueron amor a primera vista. Me llevé para casa las acordadas + una de yapa y algunos conejitos para que les hagan compañía mientras no estamos.



A la mañana recibí el sobre de Lucila con la parejita indicadora para el baño. Me volví a sentir una niña abriendo el sobre de figuritas de Sarah Kay para completar el álbum.

Y la frutilla del postre: el disco doble con la música de las pelis de Woody Allen que sabía iba a convertirse en uno de mis favoritos. Hay que sentarse a disfrutarlo, cerrar los ojos y hacer de cuenta que uno está en New York, caminando por Central Park con un vaso térmico en la mano.




Esta mañana, dormida como estaba, decidí fotografiar el resultado de un gran día, lleno de cosas y momentos hermosos.

Lo mejor está por venir.

El vecinito y yo lo sabemos.

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