03 octubre, 2014

La vida de feriante



Hace un año atrás no conocía esta vida. 
No había estado del otro lado del mostrador. Mi participación en una feria era en "calidad de asistente", pero un día los roles se invirtieron. La moneda cayó del otro lado y hoy me toca estar en "modo expositora" y, por suerte, no estoy sola en este camino. Hay mucha gente importante en mi vida que tiene que ver con que En el nombre del gato siga girando.

Mi madre, creativa por sobre todas las cosas, porque es ella la que transmite y comparte sus conocimientos. Gran impulsora y guía del proyecto, brinda su apoyo incondicional y siempre tiene una nueva idea, un pensamiento positivo a flor de labios.
El vecinito, mi amor y compañero en la vida, porque creyó desde el primer momento en el proyecto. Es genial tener un aporte masculino y él no sólo aporta ideas, da consejos si uno pide, es un excelente vendedor y tiene la mejor onda para explicar, cargar bártulos, acompañar o simplemente traerte un chocolate o algo fresco para mitigar las horas de feriante.
Los amigos de fierro que se interesaron en esta nueva etapa emprendedora, porque no se cansan de escucharnos cuando les contamos lo mucho que disfrutamos la "vida de feriante." Ellos se suman en la difusión, se dan una vuelta por nuestro stand y nos bancan. Con lluvia o sol.
Los nuevos amigos, los que conocimos en nuestro paso como "asistentes", porque durante este año nos abrieron las puertas, confiaron en nosotros y nos volvieron a elegir, nos difunden, acompañan nuestro crecimiento y además, nos suman en la gran movida solidaria-proteccionista de la que nos sentimos parte. 
Y como cierre estelar, gracias a nuestra familia felina. Porque ellas son nuestras musas, las que nos impulsan a crear y dejan su huella entre pinceles, figuritas y maderas que hoy, adornan muchas casas.

Gracias por seguir eligiéndonos!


No hay comentarios:

Publicar un comentario