03 mayo, 2011

El cuento del Rey

Inspirados gracias a la pomposidad del casamiento real, con el recuerdo todavía fresco en la memoria de William y Kate en el balcón del Palacio de Buckingham, hicimos honor a la realeza británica y vimos El discurso del Rey, película ganadora del Oscar.

Después de casi 2 horas de ver tartamudear al elegante novio de Bridget Jones y de cuestionar seriamente el Oscar más preciado, pasamos en limpio que el cuento que Colin Firth, futuro Rey Jorge VI de Inglaterra, les cuenta a sus hijas al lado del calorcito del fuego, rodeado por su mujer y los perros retacones, es lo mejor de la película de Tom Hooper.

Eso y las clases de teatro en las que se lucen el maestro Rush y el rey aprendiz Firth.


Para todos los que la vieron y los que no, ahí va el fragmento:


Había una vez dos princesas. Su papá era un pingüino. Una bruja malvada lo había hechizado. El problema era que a él le encantaba abrazar a sus princesas, pero cuando uno es pingüino no puede porque tiene alas con forma de arenques, y lo peor de todo era que ella lo había enviado al Polo Sur, y eso queda muy lejos si uno no puede volar.


Asi que fue hasta el agua, se zambulló y nadó tan rápido que al mediodía ya estaba en Southampton. Allí tomó el tren a Weybridge, luego tomó otro tren y le preguntó a un pato dónde estaba el Palacio. Nadó por el Támesis, salió por el desagüe de modo que mamá y la cocinera se asustaron mucho!


Cuando las niñas oyeron sus gritos, corrieron a la cocina y le dieron un buen baño, un atún y un beso...y al darle el beso el papá pingüino se convirtió en un albatros, con alas tan grandes que pudo abrazar a sus hijas a la vez...


(The king's speech, 2010)

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