15 abril, 2008

Las olas y el viento

El cambio de estación obliga a reemplazar ojotas por botas, musculosas por camisetas. La nariz gotea y los labios se resecan. Los hábitos alimentarios también se alteran. Por cuestiones energéticas el organismo nos pide un suculento plato caliente en lugar del triste e insípido combo de ensalada y yogur o acaso, el frío es la excusa ideal para volver a comer un guiso y sus derivados. Pero entre tanta sopita artificial y tecitos calientes la receta para campear el fresco en la ciudad tiene nombre y apellido: Jack Johnson. El músico hawaiano no necesita gritar para predicar como mantra su filosofía de vida ni tampoco le hace falta una gran banda. Despojado de grandes artificios Jack celebra la sencillez. Sus canciones cuentan (entre otras cosas) las bondades de perder el tiempo, mirar las nubes, quedarse remoloneando y comer panqueques con su chica, pero también su popularidad le permite encender una luz sobre otros temas que le interesan y practica. Vocero de una organización ambientalista en su lugar de origen, Johnson dona buena parte de sus ganancias a proyectos y causas medioambientales, utiliza vehículos que sólo funcionan con diesel biodegradable y aunque el dato es harto conocido, vale recordar que su último trabajo discográfico fue grabado de forma analógica, sin postproducción digital, en su estudio ecológico alimentado por energía solar.
El ex surfista profesional, retirado de la competición desde hace unos años por una lesión, encontró la fórmula de la belleza donde muchos cayeron en el clishé del surfer de alto grado de exposición rodeado de chicas lindas. Jack no alardea con su tabla de surf. Ni lo necesita. Conoció a su mujer en la Universidad, estudió cine, se casó y tiene un par de retoños a los que compuso bellas canciones como Angel y Go on.
Lo atractivo en él es una cuestión de actitud, su visión de un mundo tibio y soleado no parece impostada ni negadora. Es un tipo auténtico que con su guitarra al cuello crea situaciones idílicas constantes y saludables. Johnson es pura vida, buena vibra. Sus canciones son luminosas y alegran un día nefasto, aunque la nariz gotee y nos salga humito de la boca.

Sleep through the static es el último trabajo de Jack Johnson.

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