07 abril, 2017

Elige tu propia aventura


Empezar una nueva serie es como ir a comprar zapatos.
Cada inicio de temporada marca una tendencia: plataformas, stilettos, taco chino, tachas, gamuza, flecos, acharolados, guillerminas, borcegos, texanas, chatas...
El rubro calzado es inabarcable. De hecho, una serie que todas amamos dedicó varios capítulos a explicar el fetiche y la fascinación que experimentamos por un buen par de zapatos.
Habrá vecinitas audaces que se animen a los colores de temporada. Otras, optarán por algo clásico. Dejando de lado el modelo o el color, nos tenemos que enamorar. El par elegido nos tiene que hacer sentir bien y casi una obviedad: queda terminantemente prohibido hacernos doler. No sólo nos tenemos que sentir cómodas arriba de esos zapatos, sino que tienen que convertirse en nuestro caballito de batalla, adaptables tanto a faldas como a pantalones o vestidos. 

Lo mismo pasa con las series. 
Hay para todos los gustos. Ciencia ficción, terror, legales, médicas, románticas, de época y la lista sigue.
Hay clásicos que no fallan y hay otras que, como algún taco, son todo un desafío. 
Hay series que abandonamos como un zapato equivocado, tal vez comprado a las apuradas o producto de una mala decisión. Hay otras series que nos encantan, como esas guillerminas que nos hacen sentir un poco aniñadas pero que van perfectas con ese vestido que espera en el placard. Esas son las series que cuidamos porque queremos que duren, que nunca se terminen. Y cuando al fin sucede, hablamos de ellas, las extrañamos y las recomendamos como se recomienda dónde comprar esos zapatos hechos a medida.

En lo que va del año, en este barrio nos enamoramos de Suits (ACÁ hice mención al respecto), nos amigamos con la segunda temporada de Love (el año pasado la defenestré ACÁ, perdón) y devoramos la segunda temporada de The affair (ACÁ, la crítica a la temporada 1).
Ninguna fue un error. Puedo recomendarlas fuerte, pero sólo ustedes sabrán si están para calzarse los stilettos o ese modelo de botas que, de tan cómodas, parecen pantuflas.
Las dos son válidas y hay momentos para todo.
Eso sí: si llevan hace un tiempo incorporadas las botas - pantufla no pasen de golpe a los stilettos.
Idem para las series.
Hagan un paréntesis entre modelo y modelo; entre serie y serie.
Las series se merecen ese espacio y mucho más.
La misión es encontrar la horma justa de sus zapatos.

Se podría decir que, en este barrio, vamos por buen camino.

Buen finde!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario