14 febrero, 2017

10 buenas razones para ver: Serendipity

Creo que tomamos nuestras propias decisiones pero el destino envía señales, según como las leamos somos felices o no.
(Serendipity)

Volvamos por un rato al modo navideño.
Sólo porque esta película lo vale.
Porque es el Día de los enamorados.
Porque no tiene vencimiento.
Porque estaba pendiente.
Y porque es Serendipity.

A Serendipity también se la conoce como Señales de amor pero su nombre original  y su significado al que haré referencia en el decálogo es demasiado perfecto como para arruinarlo con esa traducción del montón. 
Serendipity cuenta el encuentro casual entre Sara Thomas y Jonathan Trager en la víspera de Navidad. En medio de la locura pre navideña, los dos eligen el único par de guantes negros que queda disponible en el local. Hubiera sido fácil que el otro eligiera otro color de guantes, ir a otra tienda o un plan B de regalo, pero no sería Serendipity. Los protagonistas se ríen de la coincidencia, del destino y las señales y a pesar que cada uno de ellos está en pareja, conectan y pasan el resto del día juntos. Toman un helado, van a patinar y se hacen muchas preguntas hasta que Jonathan propone intercambiar teléfonos para seguir el contacto. Sara cree que si están destinados a encontrarse volverá a suceder. Sin embargo, ayudan al destino aunque de una manera extraña. Jonathan anota su nombre y su teléfono en un billete que rápidamente cambia de manos y se lo lleva el viento. Sara le anticipa que dejará sus datos en las primeras hojas del libro que tiene en la cartera (El amor en tiempos de cólera de García Marquez) y al día siguiente lo venderá en un puesto de usados. Volver a verse dependerá de una búsqueda del tesoro. Jonathan deberá encontrar el libro y Sara, el billete. 
Serendipity es así de ñoña y por eso sale en fecha especial.
Además, esta joya cinéfila abre una nueva temporada de una de las secciones "estrella" del barrio.
Pasen y lean!

10 buenas razones para ver
Serendipity
(también conocida como "la película del guante")

  1. John Cusack. Tiene que encabezar este decálogo porque Cusack es una institución ochentosa. Todavía me acuerdo cuando irrumpía en la habitación donde estaba Andrew McCarthy y Jacqueline Bisset en esa película llamada Class. Era uno más del montón, pero con encanto. Y supo esperar. Y nosotras también. Y llegó el día en que nos enamoramos de él en Alta fidelidad, Disparos sobre Broadway, Must love dogs y más que nunca, en Serendipity. Cusack no gana por su altura, su porte o sus ojos. Gana por su labia. Tiene un PhD en labia y dulzura y así se gana a Sara, diciéndole que ese momento con ella, en la pista de patinaje, encabeza su momento favorito en NY; dibuja una constelación en las pecas del brazo de Sara y le cuenta la leyenda romántica de Casiopea. Cada cosa que diga o haga Cusack puede parecer asquerosamente melosa, pero no lo es en el contexto de la película. Ahora, Cusack es un chico grande y algo botoxeado, pero en el pasado se ganó el primer puesto al hombre más dulce de la comedia romántica. Y siempre siempre le vamos a tener un cariño y amor especial. Serendipity es una buena muestra de ello.
  2. Aidan. ¿Se acuerdan de Aidan, el plan B de Carrie Bradshaw? En Serendipity es el novio de Sara. Se llama Lars y tiene una banda de música hindú. Lars es un poco ridículo y grasa, pero lo queremos tanto que hacemos la vista gorda y nos bancamos su proposición matrimonial con pétalos de rosa de fondo, sus velas, su música y ese anillo de compromiso que, como una señal del destino, no va en el dedo anular de Sara. Lo peor de todo es que Aidan vuelve a tener un contrincante fuerte del otro lado del ring y pierde. Again.
  3. Serendipity. Si buscan en el Diccionario de la Lengua Española encontrarán que existe la palabra Serendipia. Se refiere a un hallazgo afortunado e inesperado que se produce de manera accidental o casual. ¿No es una linda idea? Hagan la prueba en Google. Van a encontrar muchas imágenes y filtros con esta palabra y su significado. Creo que todos tenemos que vivir en esta vida un Serendipity, aunque no incluya a Cusack. 
  4. Navidad. Porque la película abunda en lucecitas de colores, nieve, regalos y el caos de la ciudad  que nunca duerme en plena víspera navideña. Serendipity forma parte del combo irresistible navideño de la vecinita.
  5. Nueva York. Porque es linda, fotogénica, inspiradora y motivadora, NY es una de las razones para ver esta película. La apertura transcurre en un local tan new yorker como Bloomingdales y la trompeta de Louis Armstrong nos introduce en la historia de Sara y Jonathan. ¿Hace falta algo más?
  6. Los amigos. A pesar de cierta resistencia al principio de la historia, la amiga de Sara y el amigo de Jonathan ayudan y se enganchan en la búsqueda del libro, el billete y todo lo que conduzca a los tórtolos a un happy end. Son esos amigos que, aunque al principio pongan el grito en el cielo colaboran para que todo llegue a buen puerto. Son AMIGOS.
  7. Referencia cinéfila. En Tienes un email, Kathleen Kelly le preguntaba a Joe Fox qué tienen los hombres con la película El Padrino. F-O-X respondía que El Padrino es la suma de toda la sabiduría y la respuesta a toda pregunta. En Serendipity, Jonathan compara a su novia, Halley, con Sara a través de la referencia cinéfila de la película de Francis Ford Coppola. Cusack dice de su novia: Halley es como El Padrino 2. Increíble. Quizá, hasta mejor que El Padrino 1. Pero no importa cuánto te guste la 2, todavía tenés que ver la 1 para entender y apreciar la 2. Kathleen Kelly tenía razón. Los hombres tienen algo con El Padrino. Al menos, los hombres de las comedias románticas.
  8. La novia de Cusack. ¿Será coincidencia? No lo creo en una película que viene a machacarnos tanto sobre el destino. En Serendipity, Halley es la novia fina y divina de Jonathan. Ella, como Aidan, también trabajó en Sex and the City. Fue la novia de Mr. Big. Osea, en Serendipity trabaja el ex de Carrie y la ex de Mr. Big. El mundo es un pañuelo. Y si no fuera porque queremos que Jonathan se quede con Sara, amaríamos a Halley porque es amorosa. Será en otra oportunidad porque nuestro corazón está con Sara.
  9. La vida es caos. Esta película tiene escenas increíbles y diálogos mejores. Uno de ellos sucede cuando Sara viaja con su amiga a NY y busca a Jonathan en cada rincón de la ciudad. Su amiga, un poco enojada y más preocupada, le dice a Sara: Es un hermoso pensamiento la idea de que toda la vida es parte de un plan maestro diseñado para guiarnos a nuestra alma gemela. Pero si es verdad, ¿para qué sirve vivir o tomar decisiones? ¿Para qué salir de la cama cada mañana? Lo hacemos para cometer errores. Errores como este viaje y si eres lista, aprendes de tus errores y te das cuenta que la vida no es una obra de teatro con instrucciones para los actores. La vida es caos. Cuánta razón. Por más que ensayemos qué decir o qué hacer ante determinadas situaciones, la vida es sorpresa. Todo el tiempo.
  10. Destino. Sin espoilear el final, hay una escena en la que las cosas no salieron como Jonathan esperaba y su amigo, periodista del Times, le escribe a modo de chiste su necrológica: Mi amigo, Jonathan Traguer, vivió aferrado a la creencia de que la vida no es sólo una serie de accidentes o coincidencias sin sentido. Es más bien, una colección de hechos que culminan en un exquisito plan divino. Al final, concluyó que para estar en armonía con el universo debemos poseer una fe inmensa en lo que los antiguos llamaban "fatum", lo que hoy definimos como "destino". Jonathan lee su falsa necrológica y sonríe. Sabe que sus actos tuvieron consecuencias no deseadas, pero aprendió del destino y sus señales. 
Y este cuento de hadas viene a decirnos, con nieve o sin ella, con guantes, billetes y libros que NUNCA dejemos de atender a las señales que nos pone el destino por delante.
Y esta vecinita no puede estar más de acuerdo.
Ojalá el destino nos sorprenda con un hermoso Serendipity!


Serendipity es una película del año 2001 y fue dirigida por Peter Chelsom.

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