06 septiembre, 2013

Caparrós y la cocina

...El asado también es un aprendizaje de los límites, un caso extremo de esa enseñanza que cocinar siempre supone: cuando uno pone un cacho de carne sobre el fuego pierde cierto control. Con la carne en el fuego puedo poner más brasas, avivarlas, acercar o alejar la parrilla de esas brasas pero no mucho más: un asado - cualquier situación en la cocina - te enseña que no hay forma de acelerar o demorar el tiempo. Lo intentan microondas, ollas de presión, máquinas tontas; el resultado suele ser una desgracia fofa. Cocinar te impone la evidencia de que hay un tiempo exterior, y que no hay modo de saltárselo - y asar, donde las variables son muy pocas, lo muestra tan preciso. También por eso, decía, me gusta cocinar: porque te pone en tu lugar.


Fragmento de "Comí", último libro de Martín Caparrós


Anticipamos: este libro será debidamente disputado en el barrio. 
Aún no puedo afirmar a ciencia cierta sobre cuál de las dos mesitas decidirá reposar primero.
Haré mis esfuerzos.
Caparrós bien vale la pena.

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