21 noviembre, 2017

10 buenas razones para ver: Las confesiones del Señor Schmidt


No estoy tan segura si About Schmidt será la última película reseñada en esta sección. Nos queda un mes para el cierre y quizá una película navideña podría infiltrarse entre balances cinéfilos y seriales, pero de algo sí estoy segura: las películas de Alexander Payne me pueden y About Schmidt es una de mis favoritas. Por eso, sin dar muchas vueltas ni explicaciones al respecto ocupa su lugar dentro del reinado 2017.

Warren Schmidt tiene 66 años y está en un momento clave de su vida. Acaba de jubilarse de la compañía de seguros para la que trabajaba y se siente perdido con su vida, con su tiempo libre, en la diaria con su esposa después de 42 años de casados. Además, Jeannie, su única hija, está a punto de casarse con un hombre que él desprecia. Un incidente desgraciado y repentino que no pienso spoilear lo motivará a realizar un viaje de autoconocimiento. Su destino final es Denver, donde vive su hija, unos días previos antes de la boda. Durante el viaje, Warren compartirá sus pensamientos por escrito con un inesperado amigo, Ndugu, un chico huérfano de Tanzania, el cual patrocina a través de una ONG. A través del intercambio postal, Warren empezará a verse y a ver la vida que ha llevado.

Vecinitos, no les traigo una comedia ni tampoco una tragedia griega. Les traigo una película fundamental.
Pasen y lean:

10 buenas razones para ver:
Las confesiones del Sr. Schmidt


  1. El director. Lo dije en posteos anteriores y no me canso de repetirlo: Alexander Payne es un genio en el arte de retratar personajes antipáticos, difíciles, jodidos. Pasó en La elección, en Nebraska, en Entre copas, en Los descendientes y también con Warren Schmidt. Es su marca, pero también se encarga de agregar una cuota importante de absurdo en sus historias y se agradece, porque si ven una de Payne tienen que estar preparados. En sus películas no hay efectos especiales ni historias imposibles. Es la vida. La fuckin life. Con lo bueno y lo no tan bueno. De eso se trata.
  2. Jack Nicholson. Les puede gustar más o menos. Pueden pensar que es un desagradable o un genio, pero nadie puede negar que Nicholson es un peso pesado y sus películas una clara muestra de ello. En About Schmidt lo vemos perdido, desorientado con su tiempo libre de jubilado. Llena crucigramas, se levanta antes que suene el despertador aunque ya no tenga que ir a trabajar, intenta aparentar cierta comodidad que no existe, pero no importa el ámbito o la situación, Warren hace un esfuerzo. Esa es la palabra. Cada vez que se enfrente a compartir un momento con la familia del novio de su hija, ante los rechazos de su propia hija, cada vez que escribe cartas para el chico que patrocina en Tanzania, y hasta cuando se entere de una traición de juventud de su mejor amigo. Schmidt tendrá lo suyo pero lo intenta. Y eso es lo que vale.
  3. June Squibb. Una de las actrices fetiches del director. Participó en Nebraska y en About Schmidt y siempre es genial, pero es importante la mano del director. El ejemplo más claro es su desaprovechada participación en una pésima película de Navidad que reseñamos ACÁ y su luminosa aparición en la serie Girls. La viejita Squibb es genial siempre pero, por favor, no la desaprovechen.  En About Schmidt es dominante, es quien decide en el matrimonio, quien toma la palabra y también quien alienta a su marido en su nueva etapa como jubilado. La escena que lo espera en la super casa rodante con el desayuno es tierna, amorosa, única. La amo.
  4. Road movie. El viaje de autoconocimiento es un clásico de Payne y nunca nos aburre. Al contrario, lo esperamos. Warren Schmidt se sube a su supervan y recorre varios estados hasta llegar a Denver. Pasa por Kansas y vuelve a la universidad donde estudió y también por la casa donde vivió en su infancia, hoy, una tienda de neumáticos. A veces, sus paradas son en lugares lindos, con un lago de fondo. Otras, en lugares inhóspitos donde se siente el frío, la humedad, la soledad. Durante el recorrido, siempre está su voz en off. Es el relato de sus cartas al pequeño huérfano de Tanzania. Le cuenta sobre su viaje y los planes que surgen en el camino. A veces, miente o pasa por alto detalles dolorosos, como el rechazo de su hija ante la llegada repentina de su padre. A pesar del tema en cuestión, en Los descendientes el viaje era más fácil de ver porque transcurría en un lugar como Hawaii, donde siempre había un espacio de calidez como la playa o un barcito con unos tipos y sus ukeleles. Y sí, además estaba Clooney que siempre suma. En About Schmidt ésto no pasa. El viaje es más crudo. Hace frío, Schmidt viaja solo hacia un lugar y una situación (el casamiento de su hija) que rechaza. Y además, hay un plano donde ve la tristeza del traslado de unas vacas hacia su muerte. Si quieren llorar, ese es uno de los momentos para hacerlo. 
  5.  La familia del novio. A la cabeza, Kathy Bates. Ya sea como una loca desquiciada en Misery (inolvidable) o acá, como Roberta, la mamá del novio, Kathy Bates es lo más. Roberta es una mujer con varios matrimonios encima, medio hippie, liberal que nada tiene en común con Warren, excepto el parentesco que está pronto a suceder. Su hijo Randall, el novio de Jeannie, es ese amigo que Julia Roberts quería recuperar en La boda de mi mejor amigo. Irreconocible con pelo largo con colita y bigote horroroso, se dedica a vender colchones de agua y según Schmidt, es un tipo mediocre para su niña mimada que recibió la mejor educación y en su tiempo extracurricular practicaba equitación y violín. Todas las escenas de comilonas con la familia del novio, previas al casamiento, son bizarras y ayudan a sortear el drama detrás. 
  6. La casa rodante. Una confesión puramente personal: amo las casas rodantes. Hay una escena en la que Schmidt para en una especie de camping para casitas rodantes, y dicen que se trata de una Adventurer de 10 metros. No se en verdad existe este modelo pero sí podría vivir en una de esas, o al menos, hacer un lindo viaje. Es hermosa y tenía que estar en este decálogo por impresionante. 
  7. La escena de la estrella fugaz. Una escena de esas confesionales que los hará llorar a quienes tienen el lagrimal flojo. Schmidt lanza la pregunta al universo. Desde el techo de su camioneta, mira al cielo pensando en su mujer y le dice ¿Qué pensabas realmente de mi en el fondo? Era yo el hombre con el que de verdad querías estar? O te decepcionaba y eras demasiado buena para demostrarlo?  Dice más cosas, pide perdón, está abrigado con una manta, con unas velitas y unas figuras de porcelana como testigos. Desde ese cielo estrellado pide una respuesta y la estrella fugaz responde. Cuando amanece, se siente un hombre nuevo. No sabemos si es tan así, pero sí es una escena nocturna perfecta.
  8. La escena del brindis. A pesar de los intentos fallidos, en About Schmidt se celebra la boda y como es habitual, hay una escena de brindis. Todos nosotros, espectadores, pensamos que va a ser un desastre, pero no. Es otra de esas escenas únicas que nos regala el director. Quizá, a esta altura se hayan dado cuenta que About Schmidt es una película para llorar y sí, van a llorar. Cuando Schmidt diga su speech en el casamiento de su hija van a sentir ese nudo en la garganta, van a pensar en el camino recorrido, en ese padre que acaba de ver algo que no quería pero lo acepta porque se trata de la felicidad de Jeannie, en todo lo que perdió, lo que descubrió en su viaje y también lo que ganó.     
  9. El intercambio postal con Ndugu. Además del viaje como elemento transformador, About Schmidt suma el hecho romántico y nostálgico de un intercambio postal. Al principio, las cartas de Warren son prueba y error, pero después de un tiempo - tal como su historia - las letras fluyen. Mientras conduce, la voz en off de Nicholson nos relata cada una de las cartas que le escribe a Ndugu. Con mucho humor y humanidad, Schmidt le cuenta a Ndugu todo lo que ve, todo lo que siente. Las palabras brotan con una fluidez que le encantaría haber tenido con su mujer y con  su hija. Todo lo que no puede decirles a ellas se lo dice a un chico huéfano, en el otro lado del mundo, a través de una carta y un aporte económico mensual.
  10. El final. Los finales no se spoilean pero el viaje termina, y si vienen acumulando ganas de llorar con la escena de la estrella fugaz, el brindis y algún otro acontecimiento no mencionado en el post, acá tienen la frutilla del postre: la escena final. Estoy segura que la gente más sensible que pasa por este barrio va a derramar unas lágrimas. "Tengo que aprovechar al máximo el tiempo que me queda" dice Schmidt en una escena. De eso se trata. Nos lo dice Nicholson y uno de los directores favoritos de este barrio.

About Schmidt es una película del año 2002 y su director fue Alexander Payne, quien ganó el Globo de Oro a Mejor Guión y Jack Nicholson ganó como Mejor Actor en Drama. Además, Kathy Bates y Nicholson fueron nominados en los Premios Oscar como Mejor actriz de reparto y Mejor actor respectivamente.

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