25 noviembre, 2016

Hannah y sus amigas

Sabían que ésto iba a pasar.
Porque este fue un post pre anunciado y prometido.
Porque no alcanzó con retarla a duelo con su antecesora.
Porque ella y sus amigas ganaron cómodas su lugar en el barrio.
Y porque nunca mejor momento que el mes de los caprichos bloguísticos para hablar un poco más de:


Este post no se autodestruirá en cinco segundos pero sí tiene algo de misión imposible: los tengo que enamorar de Girls. Reconozco que es difícil porque la cabeza detrás de la serie es Lena Dunham y a Lena se la ama o se la odia. No admite término medio. Es guionista, directora, productora y protagonista de Girls, su creación, su piel, su sangre, sudor y lágrimas. No está sola. Su padrino artístico es el director Judd Apatow, king de la nueva comedia americana. Este detalle no garantiza que les guste la serie pero si se animan a transitar el camino, la esencia Apatow está presente en las cinco temporadas de Girls.

Para empezar, el peor error es creer que Girls es un lado B de Sex and the City, una continuación guarra, un intento fallido. No es nada de todo eso. Girls alude en el capítulo piloto a la serie de Carrie Bradshaw cuando Shoshana, una de las amigas de Hannah, le pregunta a Jessa si alguna vez vio Sex and the City. En su habitación aniñada hay un poster de fondo de la película de Carrie y cía. Con ese plano y un diálogo más largo que esa pregunta de Shosh, la autora viene a decirnos que reconoce el legado. Nos dice que no se puede ver Girls y desconocer a su antecesora, pero es sólo eso: algo tan estático como un poster, un recuerdo colgado de una pared. Hasta ahí llegó su amor. Lo que vendrá a continuación no incluye tragos de autor en copas de martini o zapatos carísimos. Hannah y sus amigas cruzaron el puente; viven en Brooklyn, les cuesta pagar el alquiler, conseguir trabajo, discuten con sus padres e intentan no derrapar después del fin de una relación. 















Hannah, Marnie, Jessa y Shoshana son las chicas en cuestión. Cuatro amigas que no saben muy bien dónde están paradas. Quiero ser la voz de mi generación o al menos ser una voz de una generación es el apostolado de Hannah a sus 25 años cuando sus padres deciden dejar de mantenerla. Ese es el punto de partida de Girls, y aunque podamos reconocer que Lena no nos está hablando a las de 40 podemos disfrutarla desde una distancia prudencial a pesar de la brecha generacional.

Los personajes de Girls son antipáticos e insoportables y Lena los expone sin piedad. Destroza a Marnie, la chica "linda" de la serie. La ridiculiza como la voz femenina de un duo musical con pretensiones de She & Him, la hace lucir como un mono el día de su casamiento entre tantas otras perradas. En Girls, un entrepreneur como Charlie, el ex de Marnie, puede reaparecer como un lumpen en la última temporada. Con Shosh hace su propio Lost in Traslation en Japón (a lo Sofia Coppola) y la hace trabajar en el lugar de mis sueños: ¡un bar de gatitos! Jessa, la hippie chic con pelo de sirena, juega cabeza a cabeza con Hannah. Es honestidad brutal y aunque genere un caos a su alrededor es la amiga preferida de Hannah. El amigo gay de Hannah es Elijah, mala pero incondicional. Ray es el loser que nos inspira una mezcla de ternura y patetismo, enamorado por siempre de la chica linda, y Adam es ese príncipe desteñido de azul que vive sin filtros y rescata a la protagonista en un final de temporada. Es Hannah en masculino. Es probable que si deciden ver Girls no toleren a Adam. Yo también pasé por esa etapa. Hay que darle un tiempo. El patito feo e impresentable puede convertirse en cisne, o al menos, en una versión mejorada de patito.
Por todo lo dicho (y cosas peores) Girls parece imposible de ver pero la madurez narrativa de su autora, sus guiones y la evolución de sus protagonistas nos llevan de las narices.

Durante cinco temporadas, como toda serie, Girls tuvo capítulos flojos y otros brillantes. Como ese episodio en el que Hannah dice sentirse en una película de Nancy Meyers (!) y comparte todo el capítulo de Cenicienta con Patrick Wilson; el episodio con su abuelita (June Squibb, ídola del barrio y actriz fetiche de Alexander Payne); el debut actoral de Adam en Broadway; el casamiento de Marnie; el reencuentro Marnie-Charlie; el trabajo de Hannah en la revista canchera; el fin de semana de spa con su mamá, el romance de Elijah con el periodista de noticiero; Japón, el posgrado en Iowa y muchos más.

No se si los habré enamorado.
Girls no es fácil de ver, pero vale la pena.
En lo personal, me gusta creer que Lena pensó Girls para todos los que fallan (sin importar la edad), para los que la pifian, los que se mueven en arena movediza y se hunden pero vuelven a salir a flote, aunque cueste. 
Prueba y error. 
Levantarse y volver a empezar. 
Eso es Girls.

Temporada final

Nota: La temporada final de Girls ya está anunciada para Febrero 2017. 

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