11 junio, 2014

Una muchacha y una guitarra

Foto fuente:
https://www.facebook.com/wakeupsusan?fref=ts
"Acurruquémonos, mi amor
Todo estalla en derredor
La miseria y su estertor nos mata"

(Estertor, Babasónicos)


Hay un espacio, en el límite entre Chacarita y Colegiales, en el que podemos sentirnos vaqueros por una noche, sólo hay que animarse al viaje, calzarse las texanas y salir a la pista.
A modo de soundtrack una banda en vivo toca canciones country. El repertorio incluye canciones románticas y otras de salón hasta el momento de la proyección de un video subtitulado que nos mete de lleno en la historia.

En la imagen, la quietud de una localidad rural de Texas es apenas irrumpida por el canto de los pájaros y los pasos de Susan que corre tras el ruloso Jack y su guitarra. Susan es su fan. Su única fan. Ella nació para amar e idolatrar a esa mezcla de Elvis y Johnny Cash que el destino quiso poner en su camino.
Corren, juegan y se miran como en una novela de Migré. Están enamorados. La propuesta no tarda en llegar y entre hamacas y animales de granja se casan y se juran amor eterno.
Colorín colorado...este cuento no ha terminado.

El idilio Jack-Susan del video no será el mismo que veamos con los actores ya en escena. La frustración, los reclamos, los celos y las inseguridades de la pareja no tardan en aparecer. El detonante es ese bizcochuelo que Susan es incapaz de cuidar; o porque el horno está muy fuerte, o porque le falta un ingrediente o porque Susan tiene la cabeza en la falta de atención de Jack quien, después de un día de trabajo, sólo quiere sentarse con su guitarra y componer un hit que lo saque del anonimato.
Ante la falta de una respuesta que la conforme, Susan utiliza distintos recursos: amenaza, llora, grita, exige cocorea y se esconde de un posible tornado que, en realidad, está en su interior. 
Wake up, Susan se trata de la búsqueda de ese equilibrio interior, de sortear tornados y tormentas sin espantar a los que nos rodean y convivir en armonía, a pesar que los bizcochuelos se quemen o la inspiración para el hit no llegue.
Si bien Wake up, Susan puede entenderse como una obra sobre el amor y la insatisfacción, su autora aclara que le interesa contar el conflicto desde el humor y así sembrar una esperanza en el público. Algo parecido sucedía en Jessi, Jenny & John, puesta anterior del grupo, donde un engaño y la competencia entre dos amigas se abordaba también desde el humor. Si quieren, pueden releer la crítica acá.

Si el fin de semana deciden ver un western les sugiero que sea en vivo y en directo. En la medida de lo posible debe incluir tres personajes geniales como Carolina Darling, Alejandro Gigena y Brenda Howlin, las voces en off de Dalia Gutmann y Sebastián Wainraich y una banda en vivo que acompañe la velada.

Diseño e ilustración de Marcos Murano
Wake up Susan puede verse todos los sábados a las 20 hs. en el Teatro Gargantúa (Jorge Newbery 3563)

No hay comentarios:

Publicar un comentario