27 abril, 2012

Vermut con papas fritas






-Adiós buen mozo, le dijo mi abuela mientras me llevaba de la mano por la calle Suipacha.

Todavía me acuerdo de ese día que íbamos con mi nona a buscar el resultado de mis exámenes en la Cultural Inglesa.

-Adiós, chicas - dijo Tato. El mismísimo Tato Bores, sin la peluca y el habano.Tato Bores era una institución en casa, como la Botica de Tango de Bergara Leumann. Se intercambiaban comentarios en las propagandas -hoy llamadas publicidades-, pero mientras Tato monologaba y comía los fetuccini no se hablaba, sólo se lo disfrutaba.

Mauricio Rajmín Borensztein dice Google. Para mi, Tato de América.

Hoy cumpliría 85 años.
Todavía se lo extraña...