28 septiembre, 2011

Cuatro patas plateadas

Puedo empezar diciendo que Plata es pequeña, peluda, suave y tan blanda por fuera que se diría toda de algodón, pero mejor no porque me pongo nostálgica si sigo citando al Platero de Juan Ramón Giménez.

Por otra parte de nada sirve centrarse en lo físico, porque Plata podrá ser suave, peluda y todo lo demás como Platero, pero es NUESTRA.

No está en ningún libro leído en la infancia ni en un blooper en el Animal Planet. No vino de visita, vino a formar parte de nuestras vidas con todo lo que eso implica: risas, alegrías, retos, enojos, placer, preocupación, juegos, insomnio, lágrimas y muchos mimos.


Gata, mascota, hija, corazón...Plata llegó a nuestro hogar con un nombre y un sanitario bajo su brazo atigrado, pero rápidamente el lazo emocional y el febril fanatismo hicieron que Plata se convirtiera en "La Chiquitina" y que la casa se llenara de ratitas de colores fluo, plumas, alimento balanceado, la golosina apta para momentos en que se hace acreedora de un "premio", visitas a la veterinaria y una protección de balcón para evitar intentos suicidas.

Según los astros Plata es una gata libriana, aunque para nosotros presente características típicamente escorpianas como sus padres. Plata es cabrona, seductora, exigente y puede ser vengativa también. Por ejemplo, aquel que acredite más horas en el hogar a su lado es quien se llevará ese día la exclusividad de juegos, mimos y atención. Osea: Chiqui pasa factura, pero también es encantadora "amasando" panzas, degustando postrecitos edulcorados Ser y charlando, haciéndose entender entre maullidos y gorgojeos más o menos cortos, largos, ahogados según la situación.

Los móviles de grullas, corazones y pompones que adornan la casa se volvieron una tentación gatuna al paso, y el dormir con el ronroneo a los pies...una bendición

Según el calendario Plata llegó hace poco más de un mes. Sin embargo la experiencia de vivir con ella se volvió intensa al punto que nos parece que hace años estamos juntos.
Cada día es un juego, un descubrimiento, una sonrisa, y a nuestra manera un ensayo de lo que vendrá...

Aunque con menos pelo. Y menos patas.

Bienvenida al barrio, chiqui.

No hay comentarios:

Publicar un comentario