Mientras yo escribo a destiempo y a contrareloj el plan de viernes, que dadas las circunstancias temporales pronto pasará a llamarse "el plan de fin de semana", Anne Hathaway contempla soñadora cual diario de princesa su diseño ¿Valentino o Channel? que lucirá esta noche cuando reciba el Oscar como Mejor Actriz de Reparto por su papel de Fantine en Los Miserables. Desde su metro noventa, y con la elegancia que lo caracteriza, Daniel Day Lewis caminará por la red carpet con la convicción de saberse ganador por haber interpretado al presidente Lincoln, y Robert de Niro demuestra su grandeza y da un paso al costado para que Tommy Lee Jones -injustamente- brille y le gane el Oscar en la terna de Mejor Actor de Reparto por su papel en Lincoln.
Adele y su vozarrón tan british como el agente Bond insistirá con dejar que el cielo se desmorone para afrontar de pie y hasta el final todo el peligro que nos rodea en Skyfall, la espectacular canción de la última película de James Bond nominada al Oscar y ¿será el mismísimo presentador Seth MacFarlane quien interprete "Everybody needs a best friend", la canción de la película en la que dio vida y voz propia a Ted, el osito non sancto?
Hoy a partir de las 22 horas se entregan los premios Oscar y todos los años me pasa lo mismo. Soy como un chico frente a una juguetería: no puedo evitar mirar durante 4 horas (mínimo) todo el glamour de la red carpet y la frutilla del postre: los premios, las categorías, los fragmentos de las nominadas, los musicales, el homenaje que este año será a James Bond y sus 50 años de espionaje.
En la entrega de los Oscar no vale el zapping. Ni siquiera en el momento necrológico de la noche, el In memoriam que nos muestra alguna cara conocida y nos encontramos diciendo "No me digas que éste murió". Este año, por primera vez y por más ridículo que suene, me pondré de pie para aplaudir de pie cuando aparezca Nora Ephron en el video, esa directora que con sus películas hizo feliz a muchas mujeres soñadoras como yo.
Mañana por la mañana y durante todo el día, los medios dirán lo de siempre: que la entrega es larga, aburrida, previsible, que sólo un par de gags funcionaron y que para el próximo año deberán buscar una manera dinámica y novedosa de presentar los premios más famosos e importantes de la industria del cine. Ya le encontrarán defectos al presentador MacFarlane, Billy Cristal o quien sea que se haga cargo de incomodar a las estrellas, aunque sin perder del todo el estilo y la elegancia del evento en cuestión.
Siempre es lo mismo, pero no para aquellos que nos encandilamos con el espectáculo. Llámenlo cholulismo o como quieran. Somos aquellos que disfrutamos de lo clásico, de ver en una sola noche ese Super Bowl que conforman los Oscar de la Academia. Somos los que todavía nos acordamos cuando un año el bailaor Joaquín Cortés interpretó al ritmo del flamenco toda la música nominada, o cuando el carilindo Rob Lowe, allá por los 80, hizo un numerito musical con Blancanieves hasta la presencia de Uggie, el perrito Jack Russell que el año pasado disfrutó desde una butaca del Kodak Theatre, la entrega de LA película premiada de la noche: El Artista.
Hagan sus apuestas. La suerte está echada.
Los dejo con algunos videos que delatan mis preferencias para esta noche.
A brillar como los Oscar!
Como su nombre lo indica, Una aventura extraordinaria es eso: Extraordinaria, bella y dolorosa, como todo lo que hace ese genial director oriental llamado Ang Lee.
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