El desarrollo y la fe
Sólo los chicos creen.
Pero los chicos crecen.
El equilibrista
Lo que nunca alcanzó a oír el equilibrista, antes de ponerse a caminar sobre la cuerda floja, fue que en el poste de la otra punta un peón del circo le dijo al payaso:
-Pa' mí que esta soga ya no da más.
Era tan fino...
Era tan fino, que no las invitaba a acostarse con él. Las invitaba a recostarse con él.
(Isidoro Blaisten, Cuentos completos)
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