La semana pasada Meryl Streep cumplió 67 años.
Ayer, el diario La Nación publicó una nota con motivo de los diez años del estreno de El diablo viste a la moda.
Con estos elementos a favor, y la experiencia acumulada en interpretar señales, el posteo de hoy era inevitable. Si bien esta película estaba en la lista de espera del barrio, gracias a estos últimos acontecimientos ganó posición y por eso hoy me siento a escribir un nuevo post de 10 buenas razones.
Andy (Anne Hathaway) es periodista. Recientemente graduada sale al mundo laboral y consigue un puesto como asistente junior en Runaway, la Biblia de la moda. Miranda Priestley (Meryl Streep) es su jefa, editora de la revista, y quien controla el mundo de la moda. La falta inicial de estilo de Andy y su poca experiencia la convierten en un blanco fácil dentro del mundillo Runaway, pero nunca perderá de vista su objetivo: foguearse durante un año con Miranda y con esa fortaleza y experiencia adquiridas ir por el trabajo de sus sueños.
Si todavía tienen alguna duda, pasen y lean:
10 buenas razones para ver "El diablo viste a la moda"
(Devil wears Prada)
- Meryl Streep. Devil wears Prada es Meryl Streep o Miranda Priestley, como prefieran. Ella es el sol y el resto del cast, los planetas que giran a su alrededor. Está bien que así sea porque aunque la película cuente la historia de una chica que quiere convertirse en una periodista "seria", Miranda lleva la película delante, exige, acosa y logra que nunca simpaticemos con su personaje. Es sabido que todo malo, en algún momento, deja de ser un poco malo. El villano nos empieza a simpatizar, puede quebrar y mostrar un lado vulnerable. Si bien Miranda lo tiene y se expone a cara lavada y con los ojos rojos de llanto, no deja de ser desagradable y despiadada hasta el final. Justamente, en la escena final, Andy la observa a la distancia. Ya relajada y con los dos pies fuera de la revista escucha cómo maltrata por teléfono a una nueva Andy que ahora ocupa su lugar. Jefa y ex-asistente intercambian miradas. Andy parece decir Me hiciste sufrir pero gracias por todo lo que aprendí. Lo piensa en silencio, desde la vereda de enfrente. Miranda sonríe a solas. Acaso con esa sonrisa nos quiere vender cierto aprecio por Andy y el recuerdo de cómo formó y sacó buena a una chica con aspiraciones serias en el mundo del periodismo. No se dejen engañar. Miranda vuelve a calzarse sus gafas oscuras y es la de siempre. Es Cruela DeVil. Sólo una actriz de raza como Streep puede lograr ésto y tanto más.
- Stanley Tucci. La vecinita ya declaró su amor por Stanley Tucci y en Devil wears Prada sufrimos con él cuando Miranda lo traiciona después de semejante fidelidad laboral. Moraleja: ser la mano derecha de alguien poderoso no te garantiza el éxito. Tengan cuidado.
- Emily Blunt. Una amiga de este barrio. Todavía no entendemos por qué en la vida real Michael Bublé no se quedó con ella. Emily es fina, buena actriz y very british. En la película no engaña a nadie; sabemos que al final será una copada. Hay que darle tiempo y Blunt esconde las garras. Una excelente coequiper en la historia.
- Moda. Es la columna vertebral de la película. Compramos esa idea. Sabemos que durante casi dos horas nos van a hablar de moda y de diseñadores. Vamos a morir por los outfits de Anne Hathaway. Vamos a querer usar boinas, collares, tapaditos, botas hasta arriba de las rodillas y los labios bien rojos. En una película que lleva Prada por título, la moda no podía fallar.
- Banda de sonido. No sólo la ropa y los zapatos son destacables, sino que hacen juego con la música de fondo. La película incluye temas de U2, Moby, Jamiroquai y Madonna, entre otros.
- París. Moda y París van de la mano. Amamos la escena de la llegada de Miranda y Andy a París. Miranda, acostumbrada al Fashion Week parisino, se mueve como pez en el agua y ni siquiera se dedica a mirar a su alrededor. A Andy no le dan los ojos para ver. París es hipnótica y, en definitiva, Andy sabe mostrarlo.
- Harry Potter. Miranda es una máquina de pedir. Un bistec con perejil, un café de Starbucks, reuniones a toda hora y asistencia a fiestas en fechas inconvenientes, pero hay un pedido que se lleva toda la atención: el libro inédito (no publicado) de Harry Potter para sus hijas. Como fan del niño mago, amamos este detalle. Andy nos transmite la desesperación e imaginamos cómo responder a un pedido ¿imposible?
- Una peli de chicas. No es recomendable sentarse con sus vecinitos a ver Devil wears Prada, excepto que ellos adoren la carrera cinematográfica de Streep o les guste Anne Hathaway. No podrán disfrutar a la par nuestro delirio por los zapatos, los abrigos y los pañuelos Hermes que vuelan por el aire. El diablo viste a la moda es un programa de chicas. Y nos encanta.
- Anne Hathaway. No sólo está impecable sino que junto a Streep hace un trabajo digno. Brilla y encandila con su sonrisa perfecta. Si no les gusta Hathaway esta película será la excepción a la regla. De hecho, no tenemos ninguna otra película en mente que la haya tenido a ella como protagonista y nos haya convencido.
- Libro. Dicen por ahí que cuando Lauren Weissberger escribió El diablo viste a la moda se basó en su experiencia como asistente de Anna Wintour, la temible y conocida editora de la revista Vogue. El año pasado, gracias a mis amigos de Mascotas en Adopción, tuve una doble alegría. Por un lado, seguir colaborando con este grupo mascotero a través de la compra-donación de libros. En uno de esos tantos intercambios, llegaron a mis manos un par de libros de Lauren Weissberger. Uno de ellos fue El diablo viste a la moda. Es pocket (ideal para la cartera de la dama) y como suele pasar, la versión libro es diferente desde el capítulo 1. En algún momento, ampliaremos.
El diablo viste a la moda es una película del año 2006 y su director fue David Frankel.